viernes, 5 de diciembre de 2008

Alienación y e-"timologías contemporáneas"




Alius, alia, alium, del latín, el otro, la otra, lo otro.

El fonema "li" del latín deriva en algunos casos en el sonido "j" en español: ajeno

Alienación, según el D. R. A. E :
1. Acción y efecto de alienar.
2. Proceso mediante el cual el indivíduo o una colectividad transforma su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.
3. Estado de ánimo, individual o colectivo, en que el indivíduo se siente ajeno a su trabajo o a su vida auténtica.

Son tan obvios estos estados en la sociedad actual, individual o colectivamente hablando, que no me extraña que las consultas a los psicólogos o psiquiatras sean más mayoritarias que nunca. Lo que no se entiende es la falta de conciencia de esa supuesta transformación de la conciencia por parte de otros muchos, cómo esa alienación llega a ser aceptada y hasta asumida como natural en determinados indivíduos o colectivos.
Bueno, sí se entiende, se asimila al concepto de adaptación (hábilmente esgrimido por algunos terapeutas, siempre persiguiendo, por supuesto, el "bien" de sus pacientes, y por otros no tan "terapeutas"), ¿querrá eso decir que el ser humano que acepta su alienación es el ser que "evoluciona"?, entonces deberá concluirse que el ser humano tiende cada vez más a dejar de serlo, con lo cual el progreso hacia una humanidad cada vez más libre e independiente de las circunstancias tiene ningún camino, de tal forma que reniego completamente del tal proceso de "adaptación", equivocado, proceso erróneo que infringe todas las "leyes" de lo que un ser humano conforma.
En psiquiatría, se entiende por alienado al loco o demente, y así, resulta también obvio que pocos quieran reconocerse como tal, atribuyendo al otro con conciencia de la alienación, la calificación de "ido" o loco, persona, o colectividad, con comportamiento extraño (otra versión del "alius" latino) o simplemente no igual al estando alienado sin conciencia de ello.

Habría que partir de qué grado de conciencia de ser humano tenemos todos y cada uno.
A mayor, también es obvio que mayor sentimiento de alienación dependiendo de las circunstancias sociales que cada uno vive.
Todo con conciencia de alienación será tenido siempre por "distinto", cuando lo "distinto", resulta obvio también, y por derivación de la misma significación del proceso serán las circunstancias en las que toque vivir, obligadas o elegidas, completamente generales o particulares, y que producen ese sentimiento de alienación.

Más claramente, si se tiene conciencia de alienación en tiempos como los contemporáneos, es que se es más ser humano. No abandonarla es la única vela que nos queda para seguir navegando.

Paloma que sale volando cuando el comedero ha sido recién llenado de grano, en este caso, obligada, por zapatazo de la fotógrafa para provocarle el vuelo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Azotea de Sevilla


La ciudad de Sevilla no sólo son sus calles, también sus azoteas forman parte del urbanismo, y el "humanismo" de la población, al menos desde mi vivencia, desde lo que soy. Constituyen una especie de tercer nivel de conocimiento, sobre el asfalto o el adoquín y sobre la intimidad de las viviendas. Desde ellas se sale al cielo, a los árboles y al laberinto de sus planos urbanos, además de que permiten el vislumbre de los humanos que habitan esas cajas de ladrillos enjabelgadas que conforman sus calles cuando ellos también las usan.
Una especie de sincrético tercer nivel.
Y como tal, permiten la vivencia íntima asomada al resto de la ciudad.
Como buena ciudad del sur, del sur de Europa, del sur del hemisferio Norte, en Sevilla la azotea es una zona más habitable del hogar, alivio de algunos extremos. Se puede tomar el fresco de la noche tras las endiabladas temperaturas del día durante el estío, y durante el invierno, permiten las caricias de la luz del sol. Como Sevilla, sobre todo en su casco histórico (creo recordar que uno de los más grandes de no sé qué grupo) es ciudad achaparrada, extendida, puedes avistar desde ellas las elevaciones que los edificios más emblemáticos de la ciudad ostentan.
Al fondo, cimborrio del Palacio de las Dueñas (SXVI), con algunos cipreses que pueblan sus extensos jardines.
Esta fotografía llega del archivo, constituye una de los primeros disparos que realicé con cámara digital. Revelada para la ocasión.
Esta azotea ya no existe tal cual.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Naranjas de la China


Por cierto y en relación con la entrada "Mare Nostrum".
La "China" es sólo la piedra, material de construcción el cual apenas ha sido usado en Sevilla a lo largo de la historia, ya que no cuenta con canteras por la morfología especial de su suelo (sedimentario, valle del Guadalquivir, arcilla). Sólo existe una de granito en la localidad de Gerena, de la cual siempre se han extraído los adoquines con los que se pavimentaba antigua (y actualmente) las calles. De esa forma, la gran parte de la riqueza monumental de carácter arquitectónico fue elaborada con ladrillo de barro cocido, ya el normalmente utilizado en la época musulmana.
Al fondo, el bokeh de la fotografía está formado por la imagen de la Iglesia mudéjar de San Marcos (SXIV). Son numerosas las iglesias de este tipo en la capital. Recién conquistada por los cristianos se construyeron muchos templos para la observancia de la nueva fé, en un estilo arquitectónico que aunaba los gustos imperantes en aquella época en Europa (gótico) con la idiosincrasia de la cultura sevillana. Los alarifes, maestros artesanos de la piedra o el ladrillo, la madera o la escayola, el yeso, podrían haberse convertido al cristianismo, pero el gusto o la tendencia natural va más allá de las religiones que imperan en cada época.
En primer plano un reclamo de una tienda de verduras y frutas que se encuentra en esa acera aprovechando el mástil de una señal de tráfico. Diciembre, claro. No sé si aún subsistirá, la tienda.
 
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