martes, 6 de noviembre de 2012

La corriola del pozo

La realidad es esta:
sólo se quiere lo que no se tiene.
Con no estar es suficiente,
la verdad lo sabe muy bien,
sabe hacerse querer,
ella se oculta tras la mentira.
Somos unos asesinos
de nuestros propios deseos.
necesitamos matar,
es nuestra naturaleza,
nuestra forma de poder
seguir estando vivos,
de poder volver a desear.

La corriola del pozo

¿qué papel el del amor?
el del amor es la fuerza, solo
tan sólo por sí mismo
creado y creador
de todas las cosas
en verdad, en verdad nos dice
que sólo hay que usarlo
para que nuestra vida se haga
indecible, es decir, inefable
o infabulada.
No dicha.
No matada
por tanto
sino viva.

El mal de los sargazos,
el mar de los abrazos,
la santa onomatopeya
que libera blancas
y medias arenas del revés
dispuestas con un sol,
el dado para el suelo,
con un dicho, el dado
para el muerto
de hambre de amor de
no somos nada más
que ese cuerpo de cal
tornasolada con todos
los colores del universo.

y yo sin ti qué seré
si ni dios llega
a la doble entente
del aire y el fuego
que son la luz, la luz,
la tierra, nosotros
y el agua, el barro.

Con la luz y el barro
fabrico los candiles
de carburo hidrogenado,
esos que espantan a los alacranes,
esos que todas las noches
enciendo con una gota de agua.

siempre el agua,
siempre el amor
el que logra sacarla.

Sofía Serra ( de Los cabezos amarillos)

lunes, 5 de noviembre de 2012

Paisaje de Verdad

No tengo muchas ganas de explicar ni de escribir, ni siquiera poesía, pero sí de dejar esta fotografía aquí. Llevo días queriendo hacerme con ella.
No se ven los cabezos amarillos. Estaban, están, justo enfrente de esa orilla, y esa torre. Esa torre albarrana, albarrana porque yo lo digo, porque es la extensión de una muralla que nadie conoce, esa torre mora, ese faro ruinoso, ese faro que aún sigue en pie, con su misma fortaleza y su misma debilidad. En ella se refugiaban los cangrejos, los erizos y tantas especies de bichos raros según mi nomenclatura de la época, y actual.
Nada ha cambiado. Todo permanece.
La verdad siempre es verdad.

Mi padre y yo en el loro



Los cabezos amarillos

Los cabezos amarillos

De los rizomas aguados
al venerable panorama
de los iris sumergidos
como aflora el manantial
desde la tierra hunde,
la llama vertical
del suelo de los cabezos
las peinetas de la playa
azul,
el blanco y el amarillo
solicitando un acebuche de sal
como las cañas verdes y dulces,
la arena de mi tierra y mi muralla.

Así fue aquel paisaje
donde me extendí ante tu vida,
o para tu vida, aún brotan
los siete colores terrenos,
la luz y el agua se encendieron a tu paso
para que yo recordase ahora.

Llega la lluvia a la playa
como llegaban desde el pueblo blanco
el cuaderno, los lápices,
la bombona de gas butano, la ciudad
y sus regalos, como si de las indias
vinieran,
y como india, de tan morena
como la torre que me guardaba.
No tan roca.
No tan alta.
Sí tan rota.
Sí tan permanente
en la orilla.

(Sofía Serra, de "equis")

domingo, 4 de noviembre de 2012

Paleografía (el sí)

Paleografía (el sí)
(poema documental)

He estado descansando,
cosiendo y descansando,
mirando la tele,
viendo películas y descansando,
reparando algún libro,
reparando en las luces de mis párpados
cuando mis ojos descansando
se han cerrado saliendo
a la calle conforme
me ha pedido mi cuerpo
descansando y calculando
la posibilidad de encontrarme
con un paleógrafo
tirando una centena de libros
a un contenedor, a las dos,
dos, de la tarde en Sevilla,
un sábado dos,
dos de julio: Una
entre un millón
de habitantes
que no tiene esta ciudad.
Pero acerté
y di con él.
“Libros que no sirven para nada”,
me ha dicho.
Yo he asentido con un SÍ
que me ha cosido
el descanso.

Sofía Serra (de La dosis y la desmedida)

La porquera

La porquera

La realidad es que de tu boca nacen margaritas,
así que los cerdos disponen
de comida abundante durante mucho tiempo.

¿cómo no va armarse de amor
alguien que devana el mundo
entre almejas y bellotas,
luces y alacranes, tro-
pezón y puerta
blandiendo el alba?

soy la más creyente de los mortales.
Mi dios es mi bandera,
a imagen suya me tejió
junto a los lodazales irisados
del manantial de los cabezos
amarillos.

Exacta neocirugía de verdes
tú, eres quien yo vivo
sin sobre
saltos,
sin sobre
agudos, los bajos
inundados
paz a paz,
sin palabras.

mi dios es el más común
de los mortales,
el que no habla.

(Sofía Serra, De El hombre cuadrado)
 
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