viernes, 2 de julio de 2010

Yamoré




Hay quienes piensan que escribir libros es de gilipollas.
Y yo les doy la razón, pero sólo la razón.
El resto del conocimiento, que lo adquieran con sus propias herramientas, si es que saben dar con ellas.






La flor del magnolio recoge cuerpos vivos en la sombra

Ya pertenezco a cierta mudanza que canta al olvido/
de media vida./
¿Dónde te quedaste, compañera mía?/
¿En qué barrio de las afueras?/
¿En las tres mil viviendas?/
¿O tal vez en el desguace ferroviario/
de la orilla izquierda de la antigua carretera de la muerte , Nacional-630?/
No importa,/
sólo quisiera poder encontrarte./
Proclamaré un bando desde el ayuntamiento./
Pondré a setecientos mil vecinos en pie,/
alertaré oídos y limpiaré ojos y cristales,
contrataré detectives, me patearé las calles/
(aprovecharé para sacar a Lupita)/
cogeré el coche negro cuando tenga para gasolina,/
teclearé todos los números del listín telefónico,/
¡cómo no soy yo nadie  cuando sé lo que quiero!/
Y sé que siempre lo logro./
Mas, y ahora caigo, las afueras/
y el adentro combatieron hace tiempo/
ya solapándose, hache sobre hache,/
en esta flor de magnolio/
algo ajada y abierta según qué pétalos/
se han expuesto al sol de junio/
según a qué hora del día,/
según en qué día de la semana,/
y aún no sé si las raíces aéreas de este árbol mío/
dan para extenderse más allá del olvido de cierta tierra/
que aré y aré y aré hasta enjutar la sangre de mis venas./
Cuando los magnolios, reconozco,/
sólo necesitan calor para que florezcan./

Así que te encontré, ahora te veo;/
pero aún no sé si debo utilizarte./
Mis herramientas siempre son como tú,/
o como yo,/
tan delicadas y primeras,/
que da dolor hacer uso de ellas,/
por si fraudulento resultase./

Sofía Serra, Junio 2010

jueves, 1 de julio de 2010

Clavados en mí misma

Sin repasar de anoche mismo. Me lo debo. Ya reeditaré para trabajarlo y tal vez grabe en voz.
(ya he grabado y reeditado, he dividido para hacer una estrofa más en una anterior más larga y añadido un "tan humano ", aún dudo algunas cosas, eso siempre, nunca se acaban del todo.)




Clavados en mí misma


Quedaron como muertos bajo la escarcha, congelados/
bajo el frío del abuso y la medida dura/
de tus ojos/
clavados en mí misma/
tras el cristal del despropósito,/
el desvelo, el celeste/
de maldita frialdad que nevaba desde tu cintura/
a la mía, quedaron muertos,/
quedaron muertos,/
quedaron muertos y enterrados.../



¡Mas hoy gritan!/
Aúllan reprochando/
el abandono,/
la inutilidad,/
la agridulce empresa,/
el resentimiento,/
el disfraz,/
la injusticia... humana, todo humano,/
tan humano.../
Tan humanos sus recuerdos clavados a mí misma./


Pasmado dolor nervudo en estas arterias/
convertidas en tensos alambres de espinas/
recorre desde mi médula hasta mis uñas
torturando entrañas, aliento y sangre./
De obsoletos entuertos se alimenta esta vida.../


Y quedaron, quedaron como muertos/
clavados en mí misma./


Hoy soy yo la que aúlla de dolor./
Redigiero la roca que me obligaste a tragar,/
como si nunca hubieras sabido que esta garganta/
sólo era tierna carne sedienta de tu saliva./

Sofía Serra, 31 de Junio de 2010

lunes, 28 de junio de 2010

Punto de inflexión (Turning point)


Se trata "tan sólo" de una fotografía. Escribo entre comillas ese "tan sólo" porque efectivamente, una fotgrafía es tan sólo eso, una fotografía. Para muchos, para mí incluso algunas. Otras no, otras son lo que sean, verbalmente intranscribible.
Ésta llega tan cargada de sí misma que aún me siento incapaz de verbar auqnue sólo sea para titularla. Pero quería dejar constancia de ella aquí. Constatarla, a ella y a lo que con ella se revela.
Aprovecho para decir, amigos míos queridos que seguís este blog, que probablemente para dspués del verano salga mi poemario "La presencia por la ausencia" publicado en papel.
Bohodón,  Bohodón Ediciones va a asumir ese riesgo.
He tenido que cerrar el blog en el que lo tenía publicado no por intereses editoriales, sino porque puesta a revisarlo por mil millonésima vez y queriendo ir a la vez cambiando lo que fuera preciso en el mismo blog, se me han estropeado algunas "entradas" en él, y en este momento no tengo el tiempo necesario para dedicarme a rehacerlas.
Dispongo de menos tiempo porque, además, he tenido la fortuna de pasar a formar parte del equipo de la editorial, corrigiendo y seleccionando originales y diseñando las portadas en las que mi trabajo pueda servir . No, no ha sido a cambio de la publicación de mi poemario. Los dueños de la editorial habrán tenido sus motivos para aceptar lo que yo pueda aportar. No voy a discutírselos, no soy nadie para ello. Actualmente me hallo, me siento motu proprio implicada íntimamente en su proyecto.
Cuando era jovencita soñaba con poder ejercer ese tipo de actividad algún día.
Después se me olvidó ese sueño.
Ahora lo veo cumplido.
Sentía la necesidad de poder compartirlo con las personas que siguiendo este blog sé que me quieren de verdad, vosotros, mis queridos amigos.
Gracias por estar ahí.

Sólo cuatro versos por ahora:

Se alojó la tormenta sobre el lienzo,
la vida en nuestras manos, la vida endecha
en arco de retorno, la nube extiende
su raciocinio más allá del tren de ida y vuelta.

Sofía Serra, 27 junio 2010

(El signficado del verbo inglés to turn es tan amplio que acoge todo lo que esa fotografía puede revelar. Hoy tal vez el poema sea la posibilidad de ser expresada en un idioma que no es el natural de una)

jueves, 24 de junio de 2010

Di-ablando en rojo (Para los diablos azules)





De dios al diablo

He hecho una fotografía./
He blandido carne de cuerpo arracimado./
Dios me venga cada día, dios me luce/
en el sol escondido/
que ni yo misma encuentro urdido entre las prendas/
que por el suelo voy dejando cuando me desvisto./
Osamenta y ruda percha para colgar ese pliegue envejecido/
que arrastra, arrastra, arrastra tantos años y ninguna basura./
Hasta que me desnudo./


Si yo sólo una tengo, ¿a qué me debo?/
Juventud y buen verso riñen como hervidero de pirañas en el Amazonas./
Al final, será siempre espina y hueso./


Que venga, que viene, que suelta melena,/
que viste sola, que quiebra paredes,/
destreza,/
que yuxtapone, que suma y alivia,/
que poetizo guerreando contra todo hasta sin mí y ya me dejo hasta derrengarme entera./
Cada verso, una batalla ganada,/
cada renuncia de muerte, un paso hacia el caos,/
cada palabra, un menos de Ti,/
cada suerte echada, cada sol en vida./
Abandonar toda sombra/
y dejar de entrecruzar las manos sobre este vientre; preñan/
en vida a la soberana muerte./
Cantar y desposeeros,/
cantar y desvanecerme,/
cantar y subvertir:/
ya la jacaranda cubre suelo/
con sombras verdes dibujadas en el cielo./
Ya la tierra arranca muerte y anega agua,/
ya justifico el frío bravo,/
ya averiguo sobre las piedras,/
ya niego el pasado canto azul,/
ya solo quiero verde, a media tinta o dios./
O diablo./


Y endiabladamente me veo/
poetizando, que es lo mismo/
que amando, jugando o sorteando/
el acá y el allá/
tras el cristal que recita descifrando/
las señales y el ritmo tardo, la lenta alquimia, la cansina suspicacia/
de ciertas pautas y medidas./


Ya bate el colmo sobre la mejilla ardorroja,/
verde beso a beso de mayo a verano/
expandido más allá del límite en subjuntivo:/
Rojo y veo,/
rojo y muerto el ocaso,/
rojo y ardo,/
rojo y vivo/
grande y llena./
¡Bah! ¡Porca miseria de labrantíos parcos y desdichos de sí mismos!/
...Ya asoma el tren de las vueltas sobre/
la hélice de esta quimera encendida./

Sofía Serra, 24 junio 2010

martes, 22 de junio de 2010

Fotografía de Una rosa


Título de la fotografía: Fotografía de Una rosa


Poema para no titular

Cuando sabemos, cuando sabemos,/
la rosa se fotografía:/
Perdernos sin conocer dónde llegamos./
Si todos abaratamos el amor, ¿qué valor tiene la pérdida?/


Creo que nada busco,/
y ya, que nada soy./
Nada me gobierna mas que Ella y algún contrapunto./
Un contrapunto, un acertado contrapunto en decoroso escenario./
Bate a consciencia ahora son dos las que baten son./
Baten/
asas imantadas de caliente y negro hierro/
de éxtasis fundido en el subsuelo de la caverna./

El problema estriba en  que siempre se confunde al amor con los raíles derretidos del tren de vía estrecha,/
es decir, la concurrencia, el sibaritismo, los modales o la propia gutapercha./
Terminamos, terminan, digo hoy, por proveer a los dadores de unos silogismos extraños a sus puercos intereses./
Allá ellos con su divina suerte de saber amar./
Queden como circunscritos por el oprobio del Amar-izaje en la A-libertad o en la An-independencia,/
cuando,/
arracimados,/
se duplican en soberbios y exactamente armónicos triángulos/
engarzándose pubis contra pubis/
hasta que logran cerrar la puerta a la bestia./
Las batidas en razzias siempre fueron enemigas/
de la buena muerte./
Que se equivoquen, humildemente digo que se equivoquen los que hablan./
Yo sólo canto:/

Tren a dos vueltas de ancha vía y nube grande de agua./
Tren que/
me va y me llega por la montanera de esa silueta que/
salta y salta sobre las vías, que/
nunca caminan más que/
cuando traban el breve reborde de este empeine que/
se dobla y se dobla justo cuando el zapato calza/
sobre la nieve de rosas, que/
me desnuda/
sin desvestirme en la helada, que/
me cubre y me enllaga en la tierra de la sonrisa que/
vertebra y faculta todo asomo de arena./
Ardo-rrosa arena./


Siempre permanecerá fresca la flor de la memoria/
depositada sobre estos muslos abiertos/
a plena y caliente alegría./
Cuando sabemos, cuando sabemos,/
la rosa se fotografía./

Sofía Serra, 22 de junio de 2010
 
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