Hoy desperté con el mar en mis neuronas
A veces la sustancia herida
me reclama como hija suya,
como hija del tiempo escindido
de aquellas manos otrora generosas,
la veracidad y la similitud
de tu endiosado plano que curva
los troncos de los árboles
permanentemente hacia el viento,
contra el mar. Los pinos dramatizan
el desconsuelo de las dunas
y mis manos, también en el otro tiempo
generosas, acarician el horizonte
de esa playa, herido
seco y decente, o sea, justo,
como las dunas y los árboles lejanos,
que son los que lloran.
Mendigué abatida por el viento de levante,
mas ellos siempre colmaron mis manos
con los tesoros de sus lágrimas.
Tan verdes son, madre, tan verdes…
Al fin cama-leona fui, madre.
Tan verde, madre,
tan verde.
Sofía Serra, 7 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
Tornillería
Una entrada que se quedó perdida en el limbo de los borradores (2 de julio de 2011)
Con este poema, el que enlaza éste (hay que leerlo si se quiere seguir esta entrada, o, como mínimo, visualizarlo) en el poemario "Canto para esta era", intento responder a la más o menos pregunta de sendos amigos en otro blog sobre EL RECURSO de la supuesta escritura vertical de un poema. Y digo supuesta porque pienso que en realidad no hay escritura más horizontal que la de un poema así formalmente escrito, ya que, y precisamente, atiende al corte visual en la horizontalidad como recurso, es decir, como una herramienta más entre las infinitas posibles de las que el autor decide echar mano para hacer poesía ESCRITA para ser LEÍDA, no recitada.
O sea, el autor parte del condicionamiento de la lectura habitual en Occidente de izquierda a derecha y en horizontal, el recorrido que los ojos habitualmente describen al posarse sobre un texto, para jugar con él, consciente e inconscientemente, y convertirlo en uno más de los engranajes que soportan el hecho del ARTEFACTO del poema.
Esto referente a "nuestros días" en los que, y acompañando al consabido rompimiento de reglas y normas en el Arte que desde el siglo XVIII-XIX viene produciéndose en nuestra cultura, el cuenteo de sílabas o el celo por la métrica "antigua" han dejado de ser condición sine que non existe el hecho del "poema".
Para una mirada global y con sentido común creo que resulta evidente que deriva de la necesariedad de ellas contemplada en otras épocas, del vehículo del verso como segmento, parte del poema.
Pero es que el hombre evoluciona, y así como en el Imperio Romano no existían los "mercadonas" donde nada más entrar la música te entra por los oídos normalmente acompañada de letras que por su forma y "el estado del oído" al que va dirigida exigen la interposición de unos ritmos exactos y distintivos, los poetas (y con ellos la poesía, además de no ser escrita para ser leída "en silencio") eran "tan sólo" autores que escribían siguiendo una métrica, es decir una medida impuesta, no auto-sugerida o encontrada: En sus composiciones hablaban del amor, del olvido o se dedicaban a recrear las batallas perdidas o ganadas por tal o cual general emperador (aproximadamente igual que las canciones de hoy en día, salvadas las distancias). Es decir, tan sólo y mucho es, hemos diversificado, hemos encontrado más posibilidades a nuestras expresiones artísticas, hemos hecho lo que como seres humanos nos corresponde hacer sin que nadie nos lo diga ni nos lo ordene: hemos abierto el orbe.
Llevo 10 años 10 tremebundos años respondiendo a la misma pregunta una y otra vez.
Por otro lado me parece inútil la aceptación de formulismos y etiquetas en una época en las que los significantes se han resquebrajado. Hemos logrado deconstruir, y de este aparente o real caos podrá surgir o no una nueva nomenclatura, siempre en evolución permanente, mucho más abierta, donde tal vez algún día se consiga que sólo los matices, los infinitos matices sobre un todo, establezcan las posibles variables sobre las que se estructure, cada vez más elástica, flexiblemente, hasta que cada matiz de cada mirada de cada individuo tenga cabida en ella.
Un imposible, sí, pero es que no hay metas, sólo un camino sin fin, como los tornillos de ese tipo.
Sólo hay que mirar de vez en cuando la caja de herramientas que tenemos en el cuartillo, en el lavadero o bajo el fregadero para entender "claves áureas" más o menos sociológicas, psicológicas, filosóficas y hasta metapoéticas.
Por algún poema lo tengo escrito:
¡A follar, señoras y señores,
a follar con los poet@s!
(y no pienso hablar ni una sola vez más sobre el corte o no del renglón en un poema; algunos, con toda la mala idea del mundo y en el afán ninguneante que suele caracterizar a las ignorancias más supinas, hablan de él como lo único que diferencia a un texto escrito en prosa de otro PREVISTO como poema.
Yo, ya, sólo me quedo con algo. Si al autor le ha acompañado la intención de escribir un poema, eso será un poema, me guste o no, vaya en vertical, en horizontal o como si lo ha querido escribir en el techo o conformando una esfera holográfica. Si no ha sido su intención, no lo será, aunque lo escrito comience con un puedo escribir los versos más tristes esta noche. Será lo que tú digas, y me esforzaré en devanarme los sesos para encontrarle el motivo en mi mente por el que yo también pueda nombrar ESO como poema. Y lo conseguiré, aunque tu poema comience con "En un lugar de la mancha" y recorra cinco mil páginas sin un sólo corte en la horizontal del renglón.
"Poesía eres tú". Bécquer nos estaba implicando a todos los lectores, nos instaba a implicarnos en la ejecutoria del poema que fuera tuviéramos delante.
(Nota aclaratoria: esta entrada está escrita en tono de broma, mucha broma y chanza para quienquiera tomarlo así Y con toda la ironía y la mala leche consecuencia de la indignación que me provocan las "autoerecciones" como doctores en "lo que sea" por parte de otros (algunos críticos, algunos lectores, algunos poetas), le acompañen o no títulos pontificales, universitarios, callejeros o "plazolenses", cuando en realidad, sólo son doctores en la más perfecta ignorancia. Perfecta, sí, no hay ignorancia imperfecta. Sólo me vale la actitud-intención del individuo (voluntad), no su "nomenclatura".)
Es será
Es será
qué es un poema sino
tan sólo un dolor solo
por mucho que cantes
un aviso nada más.
Aunque, aún y ya, sea tarde,
tú no calles aún y ya dime.
Serán un frío y una noche
que cerrarán la puerta
a la mensajera indeseada:
Seré su perseguidora
hasta que se haya ido.
Sofía Serra, 1 de Julio de 2011
qué es un poema sino
tan sólo un dolor solo
por mucho que cantes
un aviso nada más.
Aunque, aún y ya, sea tarde,
tú no calles aún y ya dime.
Serán un frío y una noche
que cerrarán la puerta
a la mensajera indeseada:
Seré su perseguidora
hasta que se haya ido.
Sofía Serra, 1 de Julio de 2011
martes, 5 de julio de 2011
No hay sombras bajo la noche
Teniendo en cuenta los dos o tres años que llevo padeciendo casi veneración por la palabra de este hombre, puedo decir que la otra noche me ocasionó un gran disgusto... ;)
No hay sombras bajo la noche
Lombardas y geminadas
tus ventanas jugaron complacientes
a la cuerda de tu boca que canta
metástasis de abundancias e imperios.
No menguaste la vasta endemia,
de ese silogismo abreviaste sin pasar
por la casilla de salida,
no:
injusticia
engendra debilidad engendra
desdicha
que provoca debilidad
que favorece los abusos
que conllevan más injusticia
que genera debilidad
que reproduce la desdicha
que manifiesta más injusticia
sobre el débil,
que se fortalece
si hacia él te inclinas
fiel a tu debilidad,
fiel también a tu injusticia.
Y la balanza se equilibra,
y el fiel iguala voces,
y el equívoco del poeta
toma luna y ya libera:
Acosada la paloma
tan sedienta de huella
no sabe que en el agua
sus pisadas se ahogan.
Sofía Serra. Julio, 2011.
No hay sombras bajo la noche
Además el sentimiento de justicia, hasta una completa ausencia de sentido moral, me era desconocido. En el fondo de mi corazón estaba totalmente entregado al más débil y desdichado.
(En busca del tiempo perdido. La prisionera. Marcel Proust. Traducción de Carlos Manzano)
Lombardas y geminadas
tus ventanas jugaron complacientes
a la cuerda de tu boca que canta
metástasis de abundancias e imperios.
No menguaste la vasta endemia,
de ese silogismo abreviaste sin pasar
por la casilla de salida,
no:
injusticia
engendra debilidad engendra
desdicha
que provoca debilidad
que favorece los abusos
que conllevan más injusticia
que genera debilidad
que reproduce la desdicha
que manifiesta más injusticia
sobre el débil,
que se fortalece
si hacia él te inclinas
fiel a tu debilidad,
fiel también a tu injusticia.
Y la balanza se equilibra,
y el fiel iguala voces,
y el equívoco del poeta
toma luna y ya libera:
Acosada la paloma
tan sedienta de huella
no sabe que en el agua
sus pisadas se ahogan.
Sofía Serra. Julio, 2011.
domingo, 3 de julio de 2011
Paleografía (el sí)
De ayer mismo:
Paleografía (el sí)
He estado descansando,
cosiendo y descansando,
mirando la tele,
viendo películas y descansando
reparando algún libro,
reparando en las luces de mis párpados
cuando mis ojos descansando se han cerrado
saliendo a la calle conforme me ha pedido
mi cuerpo descansando
calculaba las posibilidades
de encontrarse con un paleógrafo
tirando una centena de libros
a un contenedor,
a las dos, dos,
de la tarde
en Sevilla,
un sábado dos,
dos, de julio:
Una entre un millón
de habitantes
que no tiene esta ciudad.
Pero acerté
y di con él.
“Libros que no sirven para nada”,
me ha comentado.
Yo he asentido con un SÍ
que me ha cosido el descanso.
Sofía Serra, 2 de julio de 2011
Paleografía (el sí)
He estado descansando,
cosiendo y descansando,
mirando la tele,
viendo películas y descansando
reparando algún libro,
reparando en las luces de mis párpados
cuando mis ojos descansando se han cerrado
saliendo a la calle conforme me ha pedido
mi cuerpo descansando
calculaba las posibilidades
de encontrarse con un paleógrafo
tirando una centena de libros
a un contenedor,
a las dos, dos,
de la tarde
en Sevilla,
un sábado dos,
dos, de julio:
Una entre un millón
de habitantes
que no tiene esta ciudad.
Pero acerté
y di con él.
“Libros que no sirven para nada”,
me ha comentado.
Yo he asentido con un SÍ
que me ha cosido el descanso.
Sofía Serra, 2 de julio de 2011
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