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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Pampa eleusina, un poema...

... cuyo autor, Juan Carlos Sánchez Sottosanto, me concedió el privilegio de dedicarme al escribirlo.
Quizás, rememoro ahora, cumple sueños que una tuvo de adolescente y que luego olvidó: que un buen poeta la tuviera aunque fuera mínimamente en cuenta a la hora de inspirarse.

Pampa eleusina
                           a Sofía Serra Giráldez, musa sevillana.

Mistagogo divino,
de áurea piel quemada por el sol,
mistagogo de bronce: dame luz.

Si tu rostro conserva la afilada
dulzura y acritud con que recuerdo
tu paso por las calles, el camino
fácil harás.

Al menos al principio:
procesión hendiendo la alameda,
embriaguez del aromo y de los tilos.

Ayunaré si quieres,
libaré a los dioses y a las diosas
–recordaré a Deméter y a Perséfone–,
entre estos campos del lino y del maíz.

Y en la fecha prevista
me hundiré en las riberas del Atlántico,
portando el cochinillo.

Y después, si elegido
estoy entre los puros,
descenderé a los antros
bajo el auspicio azul de tu mirada.

Andaré en las tinieblas,
pero a la hora
de la epoptē entornaré los párpados,
y pediré a los dioses y a las diosas
–recordaré a Deméter y a Perséfone–
que no me baste la visión.

Más bien, que el paso
continúe a las charcas y a los rostros
fangosos de la Tierra.

Y separado ya de tu mirada,
mistagogo divino, piel de bronce,
me hundiré en el Orco de la pampa:
los dioses me dirán el sitio exacto.

En la postrer vigilia,
tu recuerdo arriará los miedos
al demonio Zupay, y ante las machis
del portal, lloraré junto con ellas
un mundo fenecido.

Debajo estarán los muertos
rasgando las vihuelas, y los cantos
me hundirán otra vez, hasta los sitios
desde donde regrese sólo en sombra.

Visitaré los campos en otoño,
y el resto dormiré bajo la greda,
la arcilla, las arenas
del mar sagrado que se alejara un día.

Mistagogo divino, piel de bronce,
recuérdame a los dioses y a las diosas
–no te olvides de Deméter y Perséfone–
en tus plegarias.

(De Medición de la pampa. Imagine Clouds Edition, 2013)

martes, 17 de abril de 2012

Un poema, un hermoso poema, un gran regalo de Leonardo B.

Hace escasos días he recibido un hermoso regalo de parte de un poeta al que admiro además de que su poesía me llena como lectora. El es Leonardo B., y éste el hermoso poema que me dedicó. Necesito guardarlo y mostrarlo en este cuarto claro.

(lo reproduzco con la imagen de la pintura de Stäel con la que él mismo lo acompañó)


[imagem: reprodução de Les Mouettes (1955)(?), Nicolas Stäel]

Imitação de Grão, O Grande Azul Deserto


Para Sofía Serra Giráldez, com carinho e admiração


apesar da linha curva
hemisfério e visível asa,


dos tão calmos, os vestígios
dos moldes, a nuvem
da raiz, a palavra como ruga de imitação
na linha da mão,


trago em mim algumas breves nascentes
dos centos dos rios
que contei,
alguns sem margem, alguns
pequenas sementes de
pequenos desertos azuis,
desenhos declinados por um deus de passagem
projecto de um país sem fim, desigual
como ao compasso de universo, tão frágil


como ao verso que trago por asa,
tão frágil a parte que em mim
me refez pássaro rude e primário, que


apesar de tão só nesta tão grande casa,


faço concisa da pedra de fogo
o grande rio que do sopro levante
o meu subterrâneo e vulgo lugar, o grão
de silêncio derramado raiz,
e que dos centos dos rios
de tão azuis
como ao deserto, do voo
do voo incerto ao despertar
ao lugar da nuvem, a casa, o corpo
coração primeiro,
e de tantos
o molde mais saliente, o livro aéreo
o que quero e por tão concreto invento,
digo ser
o meu mais discreto país


o lugar que habita esse tal de pássaro,
o pássaro coronário comigo dentro.


Abril 9, 2012.
Leonardo B.
 
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