(A mi madre, que se llamaba Dolores)
mi madre era blanca,
una variedad de trigo
que no se disculpa.
blancas sus manos, sus uñas
su pecho, sus hombros,
blancas sus cejas
sus piernas verdes
ya sé que sus ojos
pero su voz verde
que confunden, ellos,
con la mía blanca
y despojo de yerba
verde su tez inmaculada,
su albatros de amuras
cobijaban mi
corazón
verde tan verde
corazón
la semántica piel
vestido
mi duelo de esperanza.
mi duelo.
No lloro por mi madre.
Verdeo por mí teniéndola
cerca dolores, Dolores, dolores
de desconsuelo blanco
y verde.
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¡Qué arte, hija!
ResponderEliminarNi se acerca al de tu madre, :) (y la mía)
EliminarUn beso, hermana.