miércoles, 26 de enero de 2011

Tras la detonación

Tras la detonación

¿Dónde se acaba todo esto?
Mientras buscas la sutura,
arrecian molinos,
mientras bebes equilibrios,
se cocina el desastre,
serios ángeles tuercen la esquina
llevándose consigo
paredes plenas, convexas y con ombligo.


Allá quedó colgando del cable
que cruza la calle mi cordón umbilical:
No sé dónde me desvisto
y veo el mundo del revés.


¿Quién o qué queda tras el eco?
La sonrisa atraviesa la piel estremecida,
la sonrisa se levanta como el sol,
la sonrisa amaga
y yo me perpetro abominando del vacío
de tantas sonrisas llenas.


¿Quién eres tú que enmudeces?
El eco sella las montañas,
el día a oscuras, la luz a las afueras,
un cuerpo, de noche,
asoma su volumen en el velamen de la ropa de la cama.
Descanso aunque no me quede ombligo.


El pecho sinuoso tumba el horizonte.

Sofía Serra, 2011

2 comentarios:

  1. Hay poemas que hay que descifrar y para ello hay que leerlos con atención y trabajo para entender lo que hay más allá. No es el caso, tus versos se arraciman en la lengua y se dicen solos pero, mejor gozar de ellos varias veces, lectura tras lectura.
    Un saludo

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  2. Un saludo, Luis, y gracias por tu visita y haber dejado tus palabras.

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