
Que un templo, de sabores cristianos (Dios del Amor) permanezca con sus puertas cerradas, es una provocación, pero con la lógica de nuestra sociedad sirve, el hecho, para que la expresión individual, en este caso inconformista, se manifieste y por tanto llegue el arte sobre el arte, la superposición de las manifestaciones culturales que tan abundantemente encontramos en la ciudad de Sevilla a otros niveles.
Sinceramente, no creo que esa pintada o graffiti debiera ser borrada jamás. Más bien debería ser convertido el escenario en muestra de un Museo para la Historia del Arte, con lo cual, y aquí, llega la tesitura contradictoria de todo aquel que se manifieste amante de La Historia del Arte, como lo es la que suscribe.
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario