
Si sólo saliéramos al campo cuando la naturaleza nos ofrece su rostro más agradable, perderíamos la oportunidad de amabilizar su semblante. Hay que actuar como las perras, seres valientes, y quien no, que se encierre en su casa como los caracoles...ya terminará aplastado enriqueciendo con su sonido crepitante de alegre muerte las atmósferas y bonanzas primaverales.
Si al final, por mucho que nos guarezcamos, siempre terminaremos abonando, a pesar de nuestra querencia a sólo alimentarnos.
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario