Algo así le ha pasado a mi mirada fotográfica con el uso (casi obligado) del móvil como cámara y la fortuna de que mi hijo me recomendara un simple programa de edición para los disparos hechos con el teléfono. Así podía terminar el proceso. Y hoy descubro, contenta, que en la limitación del dispositivo, comparada con la casi nula de la cámara y de mi propio ordenador, mi mirada se ha refrescado y vuelve a ser ella misma, casi catorce años después.
También hoy estoy ya segura de que aquellos óleos q pintaba sobre fotografías analógicas cuando aún no existían las cámaras digitales, no constitutían más que postprocesados, ediciones o revelados de los disparos. En un sinquerer, siempre he necesitado revelar.
O quizás todo sean neuras de una.
Título de las fotos (con móvil): Rabbit's road, Palma y Mediodía.
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario