presenciaré el casorio
de los fantasmas del parque,
tan parecidos a nosotros
con su junta de gasa envolviendo
los a-cantos y las palmeras
ya se alquitranan para dejar
paso a las aves del paraíso:
jamás tan linda boca
en el hemisferio lunar
de una barbilla. Quiso el hombre
cubrir con pelos su delicada piel
como si mono de araña
cabalgase a lomos de ese tronco
caído sobre la loma que ahora
ya no habito. Porque me quedé
sola encina y muda y de brazos
rota como todos los fantasmas
del parque.
Adiós, yegua, adiós.
la cebra y el coto,
la biodiversidad más estable.
La Amazonía, para tu barba.
Sofía Serra (De La exploradora)
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario