martes, 18 de junio de 2013

"contra nadie", poema de Blas Muñoz

contra nadie

a la memoria de mi madre
y a las madres de nuestra posguerra,
a quienes se les secaron los besos y el llanto


dame vértigo y humo
bajado hacia la altura
del escabel del llanto
               para mí
niño de invierno y de dedales
de despiadado estío
               dame
la tizne de tus nazarenos ojos
llovidos nunca
desde cuándo

               naneábamos
pan negro de posguerra
y tildes africanas
sobre gritos esdrújulos
bajo incólumes palios
              en la cumbre del pío de poniente
se suicidaban
de incógnito los pájaros

dame el secreto pulidísimo
              la ternura
de tus ayes de madre
              que escondías
en cajitas de hielo
para que nunca comprendiéramos

cuánta dureza cupo en tu brega incansable
en tus nudillos nuestros
de zozobra y lejía
cuánto amor nunca dicho
cuántos besos no dados

                  mamá
fragilísima linde amurallada
contra qué contra quién
contra quienes querías sin decirlo

contra nadie

(Blas Muñoz Pizarro)

(Un poema que necesito apadrinar, con el permiso de su autor.)

viernes, 14 de junio de 2013

Buenos tiempos para la lírica



El viento

El viento

el cuerpo cortado
la nariz sangrante,
para el arrastre
tantos troncos
de hombres huérfanos,
molido y si tú,
negado y si yo,
re-sentido espacio
inútil este
o norte del bien
estar como bandera
eres extendida
al viento.

Y qué es el viento sino el mal
estar de dos masas de aire
que se encuentran...

miércoles, 12 de junio de 2013

Aman(i)ta caesarea

Lloré y me lamenté viendo el lugar infrecuentado (Empédocles)

Aman(i)ta caesarea

muerto el hombre se domestica
la raíz el agua-fuerte levanta
la tierra aflora la adormidera
huevina, tanta yema, tan color
como el bokeh de Venus
cuando esta noche ha pasado
por delante del sol.
Como Afrodita, aunque sin quemarse.

Las tanas me recuerdan de dudas
la siembra de mis añadas mozas,
cuando aprendí a deletrear
m-a-d-r-e-s-e-l-v-a
tras haberme perfumado
en los maitines de mi madre
cuando ella llegaba del trabajo
con su vestido de enfermera
para echarlo a la lavadora
según yo dudaba y sembraba
pequeñas setas en el aire
de mi habitación a oscuras hasta hoy.

Si la yema, si la flor
sobre  la tierra,
un hongo puede ocupar kilómetros
bajo el  suelo y yo no me mido,
encuentro sol y me desnuco.

Así que no soy Venus.

Miro siempre de frente,
¿no veis mi tez morena?

martes, 11 de junio de 2013

Extinción de ruina II

Extinción de ruina II

Habitantes somos
de un resto de palacio esparcido
como escombros de la luna,
como si ella hubiera ido derrumbándose
desde las alturas oficiantes
de la noche y su capa caída
de negro onanismo.
Blanco el eje y los cascotes
de caliza blanca se amontonan
bajo la lumbre también blanca
del hueco de su círculo
plano, todo es plano
en la noche averiguada
de silencio oscuro.

Porque para qué
hacer o seguir negando
que todo es para nada.
La luz termina con un simple
punto, un punto final
.
 
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