jueves, 11 de abril de 2013

El equipo

El equipo

He hecho hoy
dos cosas importantes:

untarme crema en las manos
y la otra no la recuerdo ahora.

Ah, sí, fotografiar
un girasol.

(Sofía Serra. De La exploradora)

miércoles, 10 de abril de 2013

Signos cantores en un otro suroeste

Seis, casi siete meses entre idas y venidas ha tardado en llegar.
Se escribe para hacer vida y desde haciendo vida. No hay otra forma. Esa es la verdadera lectura, la seria lectura de lo escrito, lo verdadero.
Feliz hoy porque ya esté en tus manos, como un mucho desde tus manos nació.

Foto by El Potro

Fueron ellos siempre


Fueron ellos siempre

Porque cuando
el hombre puso pie
sobre el suelo, lo construyó,
Así cerró la puerta al conocimiento de lo verdadero.
La clave está en los árboles. Desde sus copas el continnum hasta sus raíces. Desde sus raíces a sus copas. Los mismo por abajo que por arriba.

Fueron ellos siempre
susurros los árboles
cantores de genes
que te nombraban.
permanecen mientras
la aurora se ausenta
la diurna jugaba
a domar las huellas
de los precipicios,
las ocultas sombras,
la casa enciende estrellas
que habitan el día
enluciendo con sus luces
el otro lado de las paredes.

La clave no está en el claro
del bosque, sino en el árbol
señalado y señalante.

Observen el tronco
de un árbol a nivel
del suelo pisado.
Lo observan,
miren,
vean
dónde se rompe el horizonte.
¿Existe el ras cuando existe el tronco?
Ésa es la clave. Ellos constituyen la prueba, la señal que la naturaleza nos regala para que no olvidemos que es posible, para que recordemos cuál fue nuestro error necesario.
Lo verdadero, lo mismo por abajo que por arriba, como los árboles, como algunos árboles, sobre todo la encina.
Tanto excavar pozos artesianos cuando los árboles nos los dan ya hechos.
Son los troncos de los árboles los que rompen el ras del horizonte.

(Sofía Serra. De La clave está en los árboles)

martes, 9 de abril de 2013

La exploradora occidental

La exploradora occidental

El pueblo se acercaba
flotando                     mientras llego
y no llego el sol se acaba
depositando               sus negras luces
transparentan
revientan
en cristalinas sombras
iluminando                el desconcierto
opaco y feroz la noche es
sin ausencia
clamando                   perturbar
el oeste y encamarse
en sus montañas persiste
cierta luminiscencia del océano
que arrastré en mi avenida
con sus lenguas verdes
y feraces.

vengo a decir
-te
a golpear
te
-dios.

Sofía Serra (De La exploradora)

lunes, 8 de abril de 2013

el columpio

el columpio

Incluso a la encina
le llega el momento
de callar. Y yo
¿acaso más que ella?
Aun mucho menos,
perduro sedienta
de mi propio silencio.

seis y siete, trece
vive, quizás el año
de aprender aún me queda
la esperanza de tu risa
cuando el viento voltee
la esquina y se lleve
con él la tapia del cementerio
de tu condenada similitud.
como todos los edificios
sordos y ciegos,
como toda la juventud amable,
como cualquier suerte
que se desvencija
cuando la silla...
Ay, el asiento y el dolor,
y el dolor y el consuelo,
la similitud del consuelo:
el balanceo.
y mi balanceo.
y me balanceo.

Sofía Serra (de La clave está en los árboles)
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.