El hombre de hierro
…Y este hombre de barro, ¿a dónde mira o a quién se parece?
Y allá vase el niño, de ambula/
torio en/
ambula
torio,/
de/
ambulando/
por las/
esquinas,/
toro contra/
burladeros y zarzales./
Mas fuerte prenda y corazón tan grande sorteó,/
jugó,/
y erró:/
Yerro trasplantado sin padre ni madre,/
a suelo,/
solo, sin ser ni lo que/
era/
errando./
Sofía Serra, Agosto, 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Perra puteada, perdón, quiero decir, puenteada
Título de la fotografía: Puente de doble sentido
La doncella viviente
Vivo en la edad media, donde el hombre/
resuelve su miedo rezando a un dios./
Yo, que no creo en ninguno/
mas que en éste con cuerpo y alma de mujer,/
y un poco, poco aunque ya es bastante,/
en aquel otro que siendo ateo/
crea en los milagros, o an-tropos,/
vivo rodeada de monoteístas creyentes,/
no importa si de veinte, treinta o sucesivas docenas (perdón, decenas) anuales./
Ya me lo han dicho siempre,/
te equivocaste de tiempo al nacer, hija pura,/
tú que siempre has muerto,/
una y otra vez,/
sin tener miedo/
más que a ese dios, que ya nombro dos y muchas son, polimorfo./
Cuarenta y siete años,/
seguro que más de media existencia/
muriendo y re-naciendo,/
dan para muchas vidas./
Mas no soy gata,/
sino perra, con nombre griego,/
que sólo canta:/
para segundas lecturas, o mordidas, preguntar por sagesse,
la musa, digo perdón siempre, la muda./
Sofía Serra, 8 septiembre 2010
Para leer y ver otra entrada relacionada con esos benditos animales llamados perras picar aquí
martes, 7 de septiembre de 2010
La flor
La flor
Por más que esbozo,/
que enmiendo este lienzo glauco,/
petroglifos o bisontes de Altamira,/
no importa dónde nos circunscribimos,/
no acierta/
esta mano deshilada/
a trazar el dibujo./
Entelequias, en nuestro nacimiento se prevé nuestra muerte,/
se proyecta./
Comprometidos homos sapiens
desde el canal del parto/
trazado por el nombre/
(¿quién nombró, ¡quién!, por primera vez?),/
a veces acierto a descubrirlo en la carcajada de la nube./
Y de la lombriz./
Ya huelga el umbral del cielo./
A dos pasos de dios, nos hacemos flor./
Sofía Serra, Agosto 2010
Por más que esbozo,/
que enmiendo este lienzo glauco,/
petroglifos o bisontes de Altamira,/
no importa dónde nos circunscribimos,/
no acierta/
esta mano deshilada/
a trazar el dibujo./
Entelequias, en nuestro nacimiento se prevé nuestra muerte,/
se proyecta./
Comprometidos homos sapiens
desde el canal del parto/
trazado por el nombre/
(¿quién nombró, ¡quién!, por primera vez?),/
a veces acierto a descubrirlo en la carcajada de la nube./
Y de la lombriz./
Ya huelga el umbral del cielo./
A dos pasos de dios, nos hacemos flor./
Sofía Serra, Agosto 2010
lunes, 6 de septiembre de 2010
Con-trato de animales
Título de la fotografía: Palomas sobreexpuestas
La osa
Ahora comienza un tiempo de decadencia vana.
Sin haber saboreado las mieles del triunfo
la osa pergeña la cueva donde hibernará.
La osa siempre está sola.
Menos mal que aún le queda Mozart.
Ahora todos querrán adelgazar.
Yo no he engordado.
Las perras
Las perras, las perras, lamen las heridas de las perras.
Animales batallando contra la espina clavada entre las pezuñas,
…y esos ojos, esos dorados ojos que hacen del aire niebla transparente.
Las palomas
Espanto, espanto ante el silencio,
espanto ante el sol escondido con los brazos,
espanto,
te quedarás sin saber,
espanto, que él cante por mí, espanto,
¿quién soy yo para espantarlo?
…Y esas dulces y bellas palomas sobre-expuestas.
( Sofía Serra, Agosto-Septiembre 2010)
miércoles, 1 de septiembre de 2010
El mío cardio no se infarta
Sólo tú sin nombre
Duelen a veces las patrias: Suelen.
También las matrices: Hacen.
Duelen en otras los enseres sobre los que vacilamos,
si pensar sí,
si pensar no,
ajustamos el estómago a las curvas
ciñendo nuestro patri-monio, o matri-monio,
a meras huellas de partidas. O llegadas.
De nacimiento o defunciones,
(de cualquier tipo, hechura o estilo, todo hay que decirlo)
están los archivos llenos, colesterol que satura a
los ácidos que nos ayudan a digerir
que no somos ya, no somos ya
ni apenas un designio divino.
Ni siquiera amor,
ni siquiera pábilo.
Si acaso sombras, sombra mía, sombra tuya y sombra del otro más el edificio
o la señal al ocaso,
sombras juntas,
sombras fundidas en sombra una sobre el suelo.
Él nos redime de los límites.
También de las circunstancias.
¿Qué nos queda entonces?
Sofía Serra Agosto, 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)