miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sino abrir los ojos

Sino abrir los ojos

a dormir, corazón,
cantaba la canción.


Posar mis ojos en tu instante,
descubrir que el mundo
no se hizo en un día sino
en tus cuatro extremidades,
solventar aritmética de relojes
y gusanos universales horadando
las paralelas estancias que habitamos,
remedar sin pausa la lentitud de la flor
al abrirse, el remero de las olas
al habituar al mar
con su vehemente persistencia
y comunicar que no somos dioses sino
algarabías devaluadas
por nuestra especialidad en menospreciarnos,
y, así,
decaer nuestras manos
hasta que el otro no las halle.

Eso he vuelto a descubrir
hoy, nuevo hoy, el abismo
de nuevo, tu soledad.

martes, 11 de noviembre de 2014

Puesta de sol individual

Puesta de sol individual

A esa puesta de sol
aspiro, cuya mañana,
ya desdibujada, me depare
la lumbre del pacífico
despertar a la sombra
del árbol del amor
y sus rosadas transparencias:
la muerte bajo sus flores,
mi negativo sobre la pared
dorada y suelta
de un pensamiento sin luces,
de paz ataviada
de nadie y de nada.

A esa puesta des-
comunal muriente yo
a la luz del sol
que yendo yo
o él
me ilumine, exangües
él y yo.

Y solo tu suelo
vivo.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Poblamiento

Poblamiento

Todo horizonte es siempre el vacío de un rostro.
(Edmond Jabès)

A todos los oídos silencio
con este secreto ya sellado,
de todas las bocas deduzco
la mudez, la controversia
analizada por tantos dioses
como jueces obsoletos,
el mísero canto del ronco
gravitar sobre el par de ojos
de tu frente, la corona nasal
de la mirada ciñe este rostro
que describe la línea
del horizonte que se aclara.

Ya no árboles enviados
hacia los arcenes del camino,
ya camino solo y despejado
con ambas orillas
semovientes que danzan
ligeras a la par que el trigo
encanece, ya maduro,
ya siendo él mismo
vello de la tierra
en este junio cansado
de sol y espera lenta,
el mes infantil del verano
que se abre como el camino
se abre ya sin márgenes
a la vega naciente de los hombres
tiernos, almidonados ya
solamente por sus rostros
amables, ya vacío el horizonte
de vacíos.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Perita en dulce(s) (sic) ¡(Y más sic)!

Un poema que he recordado, aparte de que esté de nuevo remaquetando el libro del poemario del que forma parte, a raíz del "suceso" que he reflejado en mi último estado en facebook, a saber, y es, este:


Ole ole ole!!!!, se me estropeó del todo la lavadora. Deceso total. Ge-nial! :))))

Este poema lo escribí recordando otra defunción de una lavadora.

;)


Perita en dulce(s) (sic)


Hoy he encontrado mi nombre
enredado en la malla de tus nervios.
Hay suicidios previstos
por la red de tortura china
donde introduzco mis prendas delicadas.
Soy dermatóloga: Secar la colada al sol
me mancha la piel.
Soy traumatóloga: Lavar a mano con agua fría
me congeló las falanges.
Hace tiempo que aprendí a cambiar
la electro-válvula de mi único soldado.
Mi cerebro fabrica repuestos
para mi corazón, que padece AIDS.

jueves, 6 de noviembre de 2014

El sí

El sí

Cómo nublar el sentido
del cielo raso y sin nombre,
cómo ocultar la luz
sino es con mis puños
cómo poder no poder
defender lo que es cierto
y me atora la garganta
si el aire y mis pulmones
son lo mismo cuando lloro
como el cielo llueve cuando se nubla
el sentido de las cosas y se ve
holgazanear al tiempo
que no me ayuda pasando
deprisa como las nubes huyen
ante la presencia de los rayos
del sol y tu luz cómo nublarla
sino es con mis manos
y con mi lluvia.
Cómo no llorar con ellas
y ser agua que recorre las calles
hasta tu avenida hacia
mí.
Cómo no llegar a dormir
mientras la ciudad despierta
y así no llorar, ni llover
ni huir de mí misma.

Cómo negarme.
Cómo negarte.
Cómo negarlo.

Cómo no
decir sí.

martes, 4 de noviembre de 2014

Jardinera

Jardinera

Hoy el tiempo sin embargo
se hace más lento,
cualquiera sabe de sus biorritmos
si ni siquiera sé yo de los míos
o los tuyos, el tiempo,
repito, se ha lentizado.
No dejo de preguntarme
quién se ha separado
ya yo de él,
tú de mí
yo de ti,
él de ti
tú de él.
O él de nosotros.
Somos cuatro
aun sin parecerlo,
aunque sí padecerlo.

Este cansancio de abandono,
huerto vacuo niego
el exento jardín pasado
extenúa el sueño.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Convaleciente

Convaleciente

Suavemente asoman
los dardos verdes, caen
a plomo sobre el iris
clavando la preñez
de un estado de esperanza.
Convaleciente convengo
con mi vientre en el réquiem
por un pasado tan lejano,
los errores cometidos
ahora nacen remediados.

Y remedo con mi sombra,
que sí me pertenece
y a la que domino,
cuantas veces entorpezca
el camino el cansancio
por la desventura, el exilio
desmesurado de tu cuerpo
en estas noches mías — y de mi sombra—,
tan quejosas, tan enfermizas, tan a luces
del alba que renace. No hay dolor
que por gozo no llegue. La partida
vuela siempre el ave de retorno.

Como las cigüeñas de un norte.

Del amarillo al rosa escribo
tiñendo los días grises
de negro y rojo,
nuestros jóvenes colores
de duelo por el ayer
que vivos hemos muerto
de amor por un hoy,
que ya nuestro y no yerto.
 
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