martes, 4 de agosto de 2015

Sadismo de banco

Hoy uno de "procuradurías"
Sadismo de banco

Socava la escasa cordura que una le queda contemplar cómo su caderas ocupan aproximadamente el mismo volumen: Merckel y Rajoy, Rajoy y Merckel. Por un momento , al visualizarlos en la fotografía, se me han asemejado a los muñecos de playmobil con los que mi hijo jugaba cuando pequeño. Pueden doblar la cintura, girar levemente las cabezas y levantar o bajar brazos y piernas. Difícilmente la prodigiosa versatilidad del cuerpo humano puede añadirse a la visión de sus cuerpos (seres humanos son, como usted y como yo) paseando, imaginarlos en posturas conexas, correspondientes, integradas con el ambiente que los rodea o que entre ellos crean.
La verdad es que no se entiende por qué se protesta tantísimo contra los políticos, ellos en concreto, si, aquí, además, el signo hace décadas que ha desaparecido, la tendencia , la ideología, el saber qué se quiere más allá del piso, el automóvil... A propósito de automóvil, ¿cómo nadie pudo predecir que Alemania dominaría Europa económicamente? Si de pronto, sobre el año 2002, que ya es decir, por la cantidad de años que hace, en las carreteras españoles solo se veían bemeuves, audis o wolkswagens (absténgase de comentarios los conocedores de los intríngulis de compra/venta entre entidades) ¿Cómo no iban a, no solo crecer, sino conquistar, los BeMnWditos alemanes?
Antiguamente, los ejércitos de los diferentes imperios o reinos lograban establecer su presencia en territorios extraños a golpe de espada o sable, sajando vientres, cercenando cuellos. Hoy, somos mucho más pacifistas, ya todos lo sabemos: parece que nos desmayamos al ver la sangre aunque la pituitaria nos salivée tan solo imaginando un filete de lomo de buey. Conquistamos, o conquistan, a golpe de marca, de anuncio, de identidad corporativa. Un país se hace dueño de al menos un cuarto de mundo con tan solo introducir, a modo de ariete, el gusto por la marca de unos automóviles de alta gama. Lo peor es que los que les abrieron las puertas, hoy reniegan de ellos.
Todos nos podemos equivocar, pero debemos recordar que los muñecos de playmobil solo se mueven porque nosotros los movemos. Sin golpe de sable. Con voto, o sea, cambian de postura porque nuestras manos así se lo ordenan. Solo cierta previsión nos urge, quizás cierta conexión entre nuestro cerebro y nuestros dedos, porque pudiera suceder que el muñeco se nos convierta en el pigmalión de nuestras narices.
O de nuestras caderas.
¿Y se imaginan follando a Merckel y Rajoy? Porque yo, no. Pero jodernos, bien que nos joden. Quizás se han equivocado de "bando". O, simplemente, disfrutan con lo que hacen. De padecer el sadismo, pocos seres humanos logramos librarnos, en uno y en otro band(c)o.


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lunes, 3 de agosto de 2015

La sed

No recordaba este poema de  "La exploradora" cuando he hecho este verano esas dos fotografías con idéntico título... 

La sed

La endorfina sustantivada
en el beneficio del edénico
recuerdo:

ya que por mi conciencia
me esgrimo como fiel espada
tuya y del nido que construimos
entrambos, cucos somos al fin
y al cabo pájaros presurosos
de la tarde de nuestras vidas.

La naturalidad con la que el agua
muge entre tus dedos, ¿la has oído?,
cómo sacia la sed, nadie la piensa
hasta que falta. Recuerdo el río.
Y el grifo.

No se puede estar en todo
como quien incluye certezas
o sus condiciones
así como yo me extraigo
de los botones de tu camisa,
abrirla, no hay misterio,
sólo lo oculto lanza voces,
el secreto
se oye tanto
se oye.




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sábado, 1 de agosto de 2015

La compañía

La compañía

Se sumaron algunos versos
al continuo de tu boca.
Trabarme entre tantas luces
fue necesario, colmar el silencio
de tus mejillas, entregarme
a un solo punto de tu página
en blanco, presentirme
en el sonido de la miseria
haciendo aguas y calderilla en el bolsillo
de tu mano hueca, mano abierta,
soldado del crisantemo
que se posaba en tu espalda
de soledad y senectud extendidas
sobre el mantel de un jardín
silvestre la melaza
de las flores se evapora,
nosotros la vemos,
algunas huellas de tu futuro se ahogan
en la laguna de las hojas muertas,
agua dulce, inútil lucha la tuya,
el gentío inexcusable sin el don
de la palabra te conminó
al extrarradio: afuera.
Aquellas murallas fueron
pan de alforja,
mas hoy

éramos dos y se quebró
el límite del imperio,
éramos dos atravesados
sobre la corriente.
Hoy tus pasos y las azules rejas
o el transparente de tu medida
taladran otras lindes de la mañana,
y sus solares huecos de noche,
y los vacíos que me dejas.

(De "La exploradora", del ciclo Suroeste.)


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martes, 28 de julio de 2015

Nadie quiere aprender

Pero eso ya lo sabía...


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lunes, 27 de julio de 2015

Los pasos

Los pasos

El círculo dorado se cierra como un puente levadizo. Ya ha surcado la pequeña nave el estero. Era necesario cederle el paso. Ahora ya despejamos de zarzas nuestro puente y el camino de nuestros pasos.



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