sábado, 10 de mayo de 2014

El alma desterrada

El alma desterrada

El corazón no duele,
pero a cambio
el cuerpo desaparece.

La sangre me hierve
y cuando llega a su natural
condensación por el frío
que me rodea, me chorrean
las lágrimas, agua y sales
como la urea que al matojo reverdece,
el poso es tierra donde
el cañaveral germina y crece,
mas estoy
a revienta calderas
y el barco de vapor
busca el otro motor
de aceite y gas
que me suprima
de esta artificial suerte
de esperar sobre margas azules
cuando los amarillos
me destilaron
los siete colores del arco iris,
me explosione y, convertida
en masa humeante y celeste
intangible,
vuele por los aires
hasta mi padre marítimo
una vez
él también se condense
en olas de salinas
y reales y blancas
tempestades, no importa
si pequeñas o grandes.

Todo ha ido aumentando
como la marea sube
y los girasoles
que me alimentaban justo
cuando te oí, crecieron.
Ahora su amarillo
ya tiñe el lugar del encuentro,
del que nunca he salido.
Nuestra es la bandera del exilio
interno y la verde playa
amplia y sola.

Salir de donde no estoy
para llegar a donde mismo
soy, que no soy más
que tú o yo
o el mundo que odio,
pero del que formo parte.

Ni siquiera la tormenta, con su gran poderío,
puede decir a las nubes: ¡no soy vuestra!

No mates los días que te quedan por vivir.

jueves, 8 de mayo de 2014

Rosa de Alejandría

Rosa de Alejandría

en el tiempo justo
de momento, en su estallido,
la obcecación, en el justo
tiempo de la bifurcación ——comienzo
para desandar lo aprendido.

Manifiéstate como una rosa,
sálvame de Alejandría
y su biblioteca en llamas.
O mejor, quémame
como si yo tu
manifiesto fuera
en blanco.

A mi servicio

El necronomicón. Me dicen que en vez de hacer fotos de rosas parece que estoy ilustrando el Necronomicón. Y es verdad. Si algo me fastidia de la fotografía es que consigue transparentarme entera. No la domino. Me domina ella. Ella hace lo que quiere, se hace sola, sin mi voluntad pero con toda mi presencia. Sucede como si el espejo perdiera su capa de alumbre y en vez de reflejar, transparentara lo que hay detrás, o dentro.
No sé si este tipo de fotografías que me salen hora llegan a causa del ojo casi cerrado que tengo en estas semanas, por mi estado interior o por todo a la vez. Pero la máquina, la cámara se convierte en un artilugio con garfios que logra arrancarme las entrañas. No sé cómo lo hace. Cualquier marca que haya usado, siempre me sucede. Vislumbro que aunque me pusiera una caja de zapatos delante del ojo (bueno), lograría, la Fotografía, hacerse igual.
Fotorrosas, negro rosas, rosas de luto, metarrosas, rosas ultrajadas.

Siempre he hecho lo que me ha dado la gana con ellas, es verdad también. Las uso. Las utilizo. Me siento en la libertad. Para eso las crío con mis manos y mi esfuerzo. Son la tramazón de mi escatología, de lo último de mí. Me sirven. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Discoverer

Discoverer

Si he perdido la palabra,
¿qué me queda?
Si he perdido la mirada,
¿qué me queda?

Me queda lo inaudible,
me queda lo ilegible,
me queda lo invisible,

me queda todo
lo importante

por descubrir.

martes, 6 de mayo de 2014

Asolada

Asolada

Tú y yo nos pensamos como la yerba
a sí misma se piensa brotando
de la tierra y, entonces, el verde
se hace, nace y crece como
la linde que une el cielo con el suelo,
sueño presente de un futuro
ya nacido sin pasado que recurra
la sonrisa sobre el recuerdo
trascendente: bendecir
haber cruzado el río de yerba
con soledad es decir
con tu compañía. Un a-solas
conmigo misma y tu razzia
de viento de levante,
o de locura.
 
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