domingo, 14 de julio de 2013

Los escritores estamos discriminados, Edith Checa dixit

Independientemente de mi aversión al hecho del concurso porque como tal acto  plantea la competición en una realidad que no lo admite "per se", el Arte, no puedo estar más de acuerdo con las palabras de Edith Checa. Por ello comparto públicamente su correo.




Los escritores estamos discriminados, es injusto

Estoy cansada, harta, de que a los escritores nos discriminen en los certámenes, en los concursos literarios. En todos pone lo mismo, que el poemario, la novela, el cuento etc. no haya sido premiado en otros concursos, y nos obligan a jurar por escrito que la obra no ha sido premiada y que no está pendiente de otro premio. Es decir, que si escribes una novela y la presentas a un premio no puedes presentarla a ninguno más hasta que no se falle el primer premio. Como suelen tardar seis meses en fallar, he calculado que una novela sólo puedes presentarla a dos premios al año. Todo bajo juramento. Entonces decides presentar una novela a un premio, escribes el juramento y lo mandas, pero a un premio modesto porque los grandes están medio amañados todos, y lo ganas, te dan 300 euros y NO te la publican porque esas son las bases del premio. Esa novela jamás podrás presentarla a otros premios, nunca, porque está prohibido en todas las bases de los certámenes literarios. La metes en un cajón y te olvidas de ella. ¿Por qué? ¿Por qué? Las películas por ejemplo pueden presentarse a todos los premios que les dé la gana y cuantos más premios obtengan mejor. Por ejemplo Blancanieves de Pablo Berger. Fue presentada a 10 certámenes diferentes y ganó 34 premios. ¿Por qué nuestras novelas, poemarios, libros infantiles o relatos no podemos presentarlos a diez premios y ganar todos los que sea posible hasta que alguien nos publique el libro?
Si estás de acuerdo con mi queja, comparte esto para que los convocantes de premios se enteren.
EJEMPLO:
PREMIOS DE LA PELÍCULA “BLANCANIEVES” DE PABLO BERGER
Festival Internacional de Cine de San Sebastián: 2 premios
XXVII edición de los Premios Goya: 10 premios
LV edición de los Premios Ariel: 1 premio
Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos: 8 premios
XXII Premios de la Unión de Actores: 1 premio
Premios Sant Jordi: 1 premio
Premio Cinematográfico José María Forqué: 2 premios
Premios ACE (Nueva York): 3 premios
Premios Gaudí: 4 premios
Fotogramas de Plata: 2 premios

Edith Checa

viernes, 12 de julio de 2013

Petr-óleo

Petr-óleo

Guardo un secreto
con un acebuche dentro
lo injerto con esquejes
de olivo gordal y grueso
el tronco tan joven
se extingue ante las hojas
para dar paso a perlas
de aceite y piedra.

jueves, 11 de julio de 2013

Un país llamado Arcad(i)a

Un país llamado Arcad(i)a

Ácida arcada
los ácidos corroen las columnas
de cualquier patio de luces

A mí no
Ácida
Me haréis.
Ya tengo bastante
Con los jugos
De mi estómago.
Vomitad sobre vuestro suelo
Vuestros juegos infantiles
Como cuando los crueles
Niños arrancan las patas
A los insectos—en ellos está el futuro
Y hasta el pasado—.
A mí dadme un pico y una pala
Y mi cansancio de oír
Arcadas que se tienden
Entre columnas
Que nada sostienen.

Dulce arcad(i)a

Sobre el estado general
De las cosas debo añadir
Pan y azúcar que ya no como.
Los mendrugos alisaron mi vientre,
La amargura me sacó de las casillas,
La tabla flota camino de las antillas
Occidentales a la península,
Tal como la salvación
De todos nuestros males:

Seamos sensatos
Por las luces y las cuerdas,
Por no perder la arcadia,
Para poder volvernos locos
Como dulces cabras
Tiernas y felices,
Con barbas y a lo loco
Trotemos vertiente abajo
La miseria de afluente
Que brota de las rocas
Que vamos golpeando
Meninge sobre meninge
Como si no fuéramos en el fondo,
Del valle de la arcadia,
No más que algunos bueyes
Con un lamento ojeroso,
Con un lamento ojeroso de buey
Que salta asustado
De su torcido peso
Sobre las pezuñas y la bilis,
La vejiga y el evacuatorio
De la montaña algo verde
Con acebuches y reclinatorios
Y estandartes rosas y rocosos
Donde nos abrimos de patas
Y los tobillos se nos quiebran.
Tan torpes somos, ¡ay!, tan limitados
En importancia nos bebemos
Nuestro propio cerebro
Pensando que de nuestro
Lamento ojeroso depende
El destino del mundo,
Y por qué no ya también
El del mismísimo universo.

Las estrellas poblando esta noche
Nos contemplan en nuestra
Terminal palabra: arañitas,
Nada más que arañitas
Tejiendo con nuestras bocas
El silencio del abandono
De lo que somos: bueyes en el establo
De la vida, soberbios bueyes tuteando
El fragor de la noche blanca, bueyes
Con mitra de reyes como los cretenses
Ya muertos seamos indulgentes
Con nosotros, convirtámonos
En cabras, cabras con luces y ligero
Peso sobre la arcadia,
Nuestro país, nuestro territorio.

Arcadas para tipis

Acababa de parir la india en la pradera cuando el gran manitú se le apareció para decirle:
olvídate de la depre post-parto y corre a tu nación, sí, esa entre los que naciste,
hazles ver su locura, se creen búfalos o bueyes.

—¿Alguien recuerda
Cómo se orina
Con cuatro patas?
¿Cómo piensa una
Frente con cuernos?
¿Cómo espantar una mosca con el rabo
O se mastican las aulagas, las retamas,
El lentisco o el romero?
Piedras sólo conocemos
Por nuestro riñones, he aquí
El claro ejemplo de nuestra
Desmedida inteligencia:
Miramos con los órganos excretores,
Tejemos con las patas traseras,
Bebemos whisky y cerveza
En vez de agua del corriente río.
La pradera nos mira
Con vergüenza ajena, le pesa
Nuestra locura como patria.

Las flechas se frotan
Entre sí ronroneando
De placer porque se cierra
El círculo de nuestros tipis,
Nuestro yugo, nuestra yunta,
Nuestra arcada. Ellas
Se las prometen lanzadas
Y felices en nuestro país,
Nuestro territorio de toro
Y pezuñas izadas
Contra
Nuestra
Propia
Frente—.

La india miró sus pies,
pidió perdón a manitú,
viró sobre sí
y volvió a su depresión
Post
Parto.

miércoles, 10 de julio de 2013

Duelos

Conservar la decencia de doler por nuestros vivos, no por los que hemos perdido.
Creo que la conservo.
Creo.

Al sur del Alentejo, a Portugal

Al sur del Alentejo, a Portugal

Un rosal en la frontera me avisa:
para valorar la diferencia
sólo hay que darle la vuelta.

(leer en clave de soul)

Al sur más allá del Tajo
no llegó el oro de Europa
con sus fondos feder-
er suh… al soul
de más allá del Tajo,
las encinas son ufanas
naderías oficiadas
no sé si por las cabras
o una motosierra gigante
que alenteja por abajo
y por arriba sus copas
negras sobre el amarillo
suelo y la tierra del escarbo
gris, tal vez la ausencia
que diera lugar al milagro
de servicio a la puerta,
resto que me extraiga
de esta vil onomatopeya
entre la legumbre y la ley seca
de un norte que sólo existió
unos miles (da igual cientos) de años
después de que inventáramos
los turdetanos el garum.

a otro tal felipe
y a un poeta encam(o)ado
debemos esta grieta
que separa, que ataja
un grupo o un pueblo
que llamaron hispano.
Portugal reúne mar
y aroma de marca
con la que me friso,
—también Saramago lo hizo
para surtirme de una metáfora
en la presencia—.
Que dios mismo bajara,
de norte a sur,
y dijera si es natural o designio
divino, él sabría sobre
sus mismas tropelías, quizás
una fruto
de sus tantos poemas,
que por cuatro reyes
(tal vez menos) y un poeta,
tanto nombre diferente,
tanto artificio de grieta,
tanta frontera y distancia
entre los feder encauzados
entre huertos y castañales
antes de el rosal de la frontera
y esos que nunca llegaron
a mis pobres encinas
con forma de lenteja.
 
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