sábado, 13 de octubre de 2012

Indignación de un español de noble espíritu (1810) [Wordsworth]

Podemos soportar que Él desvaste nuestras tierras,
despoje nuestros templos, y con la espada y la llama
nos vuelva al polvo del que provenimos;
tal alimento exige la ambición del Tirano.
Y podemos sufrir la idea de que por sus manos
España pueda ser oprimida, y él poseer
para su diversión una solemne estepa
donde todos los valientes muertos yazcan. Mas
cuando se atreve a hablar de las cadenas nuestras que romperá,
de beneficios, y de un día futuro
en el que nuestras ilustradas mentes bendecirán su poderío;
Entonces, el esforzado corazón se encuentra falto de fortaleza;
nuestros gemidos, nuestros rubores, nuestras mejillas pálidas proclaman
que él tiene poder para infligir lo que a nosotros falta fuerza para sobrellevar.

(Wordsworth. Poemas. Editora Nacional, 1976)

A Van Gogh en su época negra. (la otra cara)

A Van Gogh en su época negra. (la otra cara)

quietismo es sentencia
de lúcida horda
con los ojos muy abiertos
asaltando mi abismo sobre el abismo
de negros zurcidos
y la piel
enmohecida por el pésimo
llanto con sabor a tierra
mojada
por el vaivén de la lluvia
y su escapulario de incierta
esperanza se balancea
y tu hipnosis agujerea
el lienzo ajado y tenebroso
de los aullidos del tiempo
donde demoraste
el hallazgo
del color
del paisaje
en tu oído mutilado.


En esta persistente demencia.

Sofía Serra (De Solenostemon)

viernes, 12 de octubre de 2012

nocte parade

nocte parade

soy la muda que retorna
como un chino al engañabobos,
al avispado fraude. Trabajo
sobre hombros pequeños
signos cantores que no saben,
precavidos habitantes de la rosa,
si bifurcarán el silencio
de la madrugada, de mi madrugada,
hasta los grises líquenes.
De la niña, tú,
el clavel, cuántico azar
pernoctando sobre la soleada
techumbre.

Tan cándido, azahar,
a la noche
duermes y despiertas
a la gris aurora
donde cuerpos y sombras
son tan iguales
tan cándidos son
como tú, cuántico azahar,
signo cantor en sol
mayor de día
sobre los hombros de la rosa
sin niña ya ni la noche.

(Sofía Serra, De La dosis y la desmedida)

Yo sí celebro

Celebro llevar un apellido catalán y ser del Sur. Celebro tener siempre mi corazón en la otra orilla, y hasta en la tercera. Celebro poder comunicarme con medio mundo en la raíz de mi pensamiento madre. Yo sólo creo en el mestizaje, en los matices hábilmente mexclados, yo sí celebro hoy.

También celebro que a pesar de todas las salvajadas, sólo propias de la época, sólo propias de seres humanos con 500 años menos de evolución neuronal que nosotros, aquel hecho histórico sirviera para sentar las bases del futuro derecho internacional y la protección de los pueblos con menor poder político; celebro saber que hubo hombres avanzados a su tiempo y que salieron camino de allá por este suroeste.

Quien desprecia el día de hoy y tan sólo nombra  la desaparición de culturas indígenas, no conoce la historia, no se conoce ni a sí mismo, por tanto; revela el más profundo analfabetismo, y lo que es peor, está despreciando a millones de habitantes americanos que descienden de genes indígenas, y de genes africanos, y de genes mediterráneos, y de genes noreuropeos y hasta de genes asiáticos. Quien habla así me recuerda a Hitler, que sólo pensaba en la pureza de su "indígena" cultura.

Yo celebro no pertenecer a ninguna raza pura: esa es mi esencia. Que Hitler me hubiera encerrado en un campo de concentración, por errante, por nómada, sin patria más que la humanista.
Esto celebro hoy.

jueves, 11 de octubre de 2012

Tus piernas

Tus piernas

En esta distraída tesitura
en la que te encuentro anudado
a tu sombra y tus dos piernas
relevándose
quisieron
juntas ser
cánticos de ti
hálitos de dios
que te nombra
cada vez que tus luces
siniestran el incendio
del sol de la mañana

como mis dos juntas
alas se te engarzan
en las caderas y dejo de ser
savia o suerte por donde cabalga
la yegua hasta llegar
mi terreno
al tuyo.
que restallen las estrellas
cerca de tus sienes
sólo tiene una salida
de ti en mí.

Y aún así y tus reflejos
sendos deshonro
al verte transparente lento
y denso manantial
de blanco hueso
lúcido y líquido
de la luz de las estrellas
en tus pozos cristalinos
de simientes. Para mi asombro,
tu mirada oculta bajo los párpados
célebres del misterio
de tu caída al gozo
y a mi pozo el bien
de oírte en mis sienes.

mañana, como un día cualquiera
que yo no busco ni hallo
en el calendario de la dulce estampida,
tú y mi sentencia sobre ti
de cuerpo amado,
tú y la venda de mis ojos
lavando la costra
de tu mar
que yo hablando lamo
un rostro que deseo
entre mis manos y tu acierto
de cielo azul entre tus negros.

me sostendré insana hasta
que tú decidas verte y no verte
venir cuando yo te vengo
una gota de saliva sana
que se descuelga
de tu labio
mentón
mi fino
paladar la divide
en dos
sendas
piernas de ti
juntas
para que nunca yo
vuelva a tener sed
de tu caminar
viéndote
llegar.

Sofía Serra (De Solenostemon)
 
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