martes, 4 de septiembre de 2012

SEA

SEA

Yo no quiero
Callarme aunque pueda
Establecer medida y corta
O larga parada
Ante la extensión de tus señales
De babor o estribor
Yo me tuerzo
Sea
La estrecha pasarela
Y la angosta madeja
De ya tú, ya nadas
Hecho migas
De mi pan ardiente y blando
En la encrucijada de tus dichas ven
E iremos soltando tendones:
Mi piernas huesos
Y tus muslos dentro.

Sofía Serra (De Solenostemon)

lunes, 3 de septiembre de 2012

La otra

La otra

Un continuo malestar.
Digo como cuando
tiemblo ante el frío
súbito.
Él me impide permanecer callada.

¿y si todos sois fantasmas
y os presiento pero no puedo
veros?



¿Y si soy yo el fantasma?

Mi cintura
me da la razón,
y el frío.

(De Solenostemon)

sábado, 1 de septiembre de 2012

el puente azul


el puente azul

ante ti miento
ante mí
mas ella no miente
mi espas-
módico deseo
de sentir
mi bien-
estar
contigo

en silencio
hacer el silencio
tender
nos el puente azul
y la yerba
se levante
descansada
y fresca.

Sofía Serra (De Solenostemon)

viernes, 31 de agosto de 2012

Las lomas

Las lomas

un mundo en desorden por nacer
arquea el vientre de la tierra.
Conjuros y otras hienas
abocados a la suerte de la encina,
abocados al éxtasis sucinto,
exacto, precisa linde unitiva
entre el amarillo del sol
y la fragante rosa excavadora.

la verdad toda la verdad nada
más que la verdad hace tiempo
no despierta mi cuidado.

verso nieblo o duda sólo
en la espesura del bosque
circunvalo el gesto y el armisticio
del poblado caminante
y solitario ecúmene entre las fieras
y el óbito de la noche.
… Tan rosados sus laureles de día…

Abre brecha la gozosa
y los cantores prestan su niquelado
silbo al aire sutil y candente
carmen de mis flores
y la nauseabunda gracia
de tantas lágrimas dulces
sobre los silos de las hojas…

A mis pies mojados,
ni el cuero de las botas
los enternece.

…Y me dicen elegante…

Sofía Serra (Correcciones de El hombre cuadrado)

jueves, 30 de agosto de 2012

Del libro al aire

Del libro al aire

Pasados ya los vientos huracanados,
el depósito se nutre
del libro alojado en la arena
quieta del conocimiento
de aquéllos a los que llega la luz
de la esfera radiante, o la de las estrellas.
Los más pobres se alimentan del breve oxígeno
que los más ricos resolvemos no extinguir.

Suerte nuestra de tú que con sólo tu boca abierta
alimentas a la atmósfera con limpias emanaciones
de ser humano lejano y herido.

Mi cantar se hará eléctrico para los sedentes,
descarga de ejecutoria sentencia de muerte,
quizás,
mas para ti será ya
siempre mi canto vivo a plena luz,
sol del día:
que con la fragancia del mar penetre hasta tus pulmones,
que lo halles entre los escombros
de los solares construidos por las bombas
y en la sangre de tu madre apedreada,
en la bala con la que maniataron a tu padre
o en el muñón que la mina entretejió
con las venas de tu carne tierna.

Que no existen las ausencias, yo te digo,
que el suborden de todo lo que te maltrata
es presencia de amor, de casa,
de madre con ríos de agua fresca
chorreando por su rostro
tras el baño en la poza cristalina,
y de padre con una azada en sus manos.
Y la tierra, la tierra siempre latiendo
bajo esos cascotes de muerte, la tierra,
con sus oreadoras lombrices y sus fértiles
minerales, siempre la tierra permanece.
Viva espera la lectura de tus ojos
ahora que la has sembrado
con el peso alado de tu pierna.

(Sofía Serra, Correcciones de Del bestiario de los inocentes)
 
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