miércoles, 1 de agosto de 2012

Al sur del Alentejo, a Portugal



Al sur del Alentejo, a Portugal


Más allá del Tajo
no llegó el oro de Europa
con sus fondos feder-
er su… al sul
de más allá del Tajo
las encinas son ufanas
naderías oficiadas no sé
si por las cabras
o una motosierra gigante
que alenteja por abajo
y por arriba sus copas
negras sobre el amarillo
suelo y la tierra del escarbo
gris, tal vez la ausencia
que diera lugar al milagro
de servicio a la puerta,
resto que me extraiga
de esta vil onomatopeya
entre la legumbre y la ley seca
de un norte que sólo existió
unos miles (da igual cientos) de años
después de que inventáramos
los turdetanos el garum.


a otro tal felipe
y a un poeta encam(o)ado
debemos esta grieta
que separa, que ataja
un grupo o pueblo
que llamaron hispano.
Portugal reúne
mar y aroma de marca
con la que me friso
—también Saramago lo hizo
para surtirme de una metáfora
en la presencia—.
Que dios mismo bajara,
de norte a sur,
y dijera si es natural
o designio divino, él sabría
sobre sus mismas tropelías, quizás
una fruto de sus tantos poemas,
que por cuatro reyes (tal vez menos) y un poeta,
tanto nombre diferente,
tanto artificio de grieta para una novela,
tanta frontera y distancia
entre los feder encauzados
entre huertos y castañales
y esos que nunca llegaron
a mis pobres encinas
con forma de lenteja.

Sofía Serra (De La exploradora)

martes, 31 de julio de 2012

El cansancio de Afrodita (Que vuelvan los lilas)


El cansancio de Afrodita (Que vuelvan los lilas)

Como las lilas de ultramar.
Así me posé sobre la yerba
cercana a tu estanque,
convertí cañas en siringas
hasta inundarte
de ti. Canto y taño.
En honor de las letras me hago sangre,
despedazo cada labio por ver
si al nombrarlas consigo
oír el descanso.
Anhelo el otoño sin que haya nacido el verano.


¿Y si me dejas en reposo?
No morirás aunque duerma,
la luz se hace luz sin el tiempo:
hay algo más.
En el vacío interestelar
coexiste la anti-materia,
¿por qué yo no puedo auto-extinguirme?
Ser capaz de perpetrar deicidio
contra estas cansadas manos,
estos pesados brazos más tuyos
que míos: deja que duerman.
Al parecer, sólo el aire me mantiene viva,
ventana y lumbre.
Al parecer, el sonido no ondea sobre el agua,
puerta y límites.
Al parecer, los lilos florecen una vez al año.


¿Qué tal si me permites apoyar la cabeza
aunque sea en la nube de espinas?
Ahuyentarme. Dejarme en paz de mí.


Auto-ventilarme en un sol,
en una punta,
en un nítido y exento atisbo
del negro sobre el blanco.
¡Puff!, y dejar...
Dejar de ser.
Auto-inhibirme en el altar
de las lilas abiertas a lo que sea.


Al blanco.


Sofía Serra (Correcciones de Los parasoles de Afrodita)

Cometieron dos errores



Vagancy (sic)


Vagancy (sic)


me han dado
con la puerta
en la nariz
de mi entraña
no vacante.
una puerta pintada
con color de titán
y un lujo de ellos
que lleva el nombre
en la etiqueta de la lata
que lo contiene, o lo encierra,
de “cerrado por vacaciones”.

Sofía Serra
 
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