lunes, 7 de junio de 2010

Más nueva biología


Título de la fotografía: A dos pasos


Vértebras

No basta sólo un hombre para abrir estas carnes/
al huracán del deseo./
Ni dos, ni tres, ni un millón. Ni siquiera mujer./
Se necesita acopio de la nada hecha vida,/
pálpito en el vacío,/
rumor de arterias,/
flores de nervio/
en la voz, aunque fuera muda./
Mas yo, herida siempre abierta, sostengo/
encarnizada batalla/
por saber en qué consiste, me pregunto, ante mi falta de esfuerzo, tu entrega/
que me hace vida toda laxa, toda suya , toda de un orden cierto de mundo./


La palabra y Dios, o tú, me depositan con mi cuerpo/
en cierto no-lugar del que no deseo alejarme./
Un lugar de mi sangre, la tuya,/
y de un todo más que sé no tiene materia./


Quedarme sin nada, mentir mi propia ruina,/
la del doblez de esa espina que nunca ha sido bífida./
Conectar bajo un circunloquio,/
un yo, un tú,/
un no sé de dónde llega,/
un comunicando./


Nos jugamos la vida en cada paso./
Acera incesante fabrican los muslos,/
las rodillas, los tobillos,/
nuestras plantas,/
la cadera avanzando de atrás hacia adelante de la columna/
quebrando el continuo del aire,/
dibujando camino hacia el horizonte diseñado por nuestra anatomía./
Ahí concluye nuestra gesta, que no es muda./
La mirada al viento la construye la osadía de cada pie, cada dedo,/
cada tarso./

Y van por pares, normalmente./

Sofía Serra, 5 de Junio de 2010

domingo, 6 de junio de 2010

Oye

Uno de hace varias semanas y que ya debo "soltar".

Oye


Oye...es que hablas de Amor.
¿Sabes de qué va el asunto?
¿Tienes idea de lo que significa despellejarte,
y que la piel, ésa que nos protege y normalmente cuidamos, los que pueden,
con más y más minutos de más bajo y tras la ducha, quede así expuesta,
rozando el aire, tan liviano en apariencia,
tan afilado al surtir el hambre,
izando cada célula viva a contra pelo
hasta que los dientes que no tiene
sufran el acoso del calambre, del escalofrío, del dolor, y ya
se deshaga en muerte, en agua , en clara energía
deseando ser protegida
a la vez que suicida sobre el aire?
Es que hablas del Amor, ¿sabes?
Y tantas veces, quebrados sobre este saber, sobreseemos el vocablo, lo aturdimos,
lo negamos, lo desgarramos vivo sin recuerdo de lo que nos hace, que,
olvidamos, nace allá.
En el estómago.
En las tripas.
En el cerebro.
En cada neurona.
En cada vello que, a algunos, los cubre...
Amor...Roma.
De tan lejos, que no sé por qué no vestimos con taparrabos.
A ver qué haces tú con tu i-pod.
o aquélla con su i-pad... ¿ya?, ¿tan grande?
el libro,
o la mano dada,
cuando al fin,
beso a beso, labio a labio,
nos transfundimos sobre esta piel que,
¿lo conocías como órgano inmune al paso de cualquier ser vivo extraño?,
nos cubre como vestido cada vez más aderezado de lentejuelas y falsos onanismos, porque al final,
¿en qué piensas cuando te masturbas?
¿En ti follándote vivo como el del ombligo taladrado
y el caniche siempre blanco, el que cose pieles de seres muertos, antes vivos,
para dejar de ser dolor?
Ésa, ése, los que entierras en tu aliento,
son pecho vivo como tú.
Sangre terrena somos todos. Duele
la gozada del aire sobre el pellejo vivo, duele
Amor sobre cuchilla a la carne en sangre viva.
Duele,
y sólo quiere nube,
colchón de viento humedecido,
Como para ti siempre anhelas...


¿Sabes ahora de lo que hablo cuando nombro Amor?

Sofía Serra, Mayo 2010

sábado, 5 de junio de 2010

Poema para PoeSÍa contra la barbarie

Han tenido la generosidad de aceptar este poema que ya hace algún mes subí al blog, en la Convocatoria PoeSÍa contra la barbarie, una convocatoria que tanto me reclama interiormente pero  a la que no podré acudir  por los mismos motivos de siempre. Todo lo que hago nace siempre de lo mismo, desde que nací, creo, pelear contra la barbarie producto de la estulticia, el miedo y la soberbia humanos. Tal vez por ello mismo en mis propias carnes he sufrido muchas veces su acometida. Sé que a algunas personas que conocen mis fotografías o mis poemas les puede extrañar esta afirmación, pero es que cuando se tiene tal vez la especial predisposición para percibir el mal, producto de la pereza y la estupidez humana,  a alguien que la llama la actividad creativa, o en la que cree, sólo le queda por hacer intentar embellecer y ennoblecer, por quizás poder ofrecer algo más  hermoso sobre todo a los inocentes, y también, puede ser,  por no terminar volviéndose loca una misma. Así que, con la sola presencia  de ese poema en el blog que han preparado expresamente para ello, AQUÍ, ya me emociono y me siento orgullosa, y sobre todo muy agradecida por mínimamente haber podido contribuir.

El poema lo escribí tras la visión de una imagen poco cruenta en realidad, un chavalín palestino sentado sobre escombros, un chavalín que miraba a no sé donde con la boca muy abierta pero sin cara de asombro. Se suceden mil imágenes así por nuestras retinas. Mientras, "aquí" en esta mente nuestra y en este lugar de esta nuestra sociedad sobre la que no paramos de quejarnos, peleábamos, discutíamos, debatíamos sobre si es mejor publicar en papel o no, autopublicarse o simplemente hacer lo que en nuestras manos esté con la poesía hacemos. Exponerla en este medio que casi al alcance de cualquiera está.

Ahora lo he grabado y confieso me he emocionado al recitarlo , y aún lo estoy.
(He corregido una palabra y una coma)




Del libro al aire


Pasados ya los vientos huracanados,/
el depósito se nutre/
del libro alojado en la arena quieta del conocimiento/
de aquéllos a los que la luz sólo de la esfera radiante llega,/
o de las estrellas./
Los más pobres se alimentan del breve oxígeno que los más ricos resolvemos no extinguir./


Suerte, suerte tú que con sólo tu boca abierta/
alimentas a la atmósfera con divinas emanaciones/
de ser humano lejano y herido por las lanzas de los posesos./


Mi cantar se hará eléctrico para los sedentes,/
descarga de ejecutoria sentencia de muerte, quizás,/
pero para ti será ya/
siempre mi canto vivo a plena luz,/
sol del día:/
que con la fragancia del mar penetre hasta tus pulmones,/
que lo halles entre los escombros de los solares construidos por las bombas/
y en la sangre de tu madre apedreada,/
en la bala con la que maniataron a tu padre/
o en el muñón que la mina entretejió con las venas de tu carne tierna./


Que no existen las ausencias, yo te digo,/
que el suborden de todo lo que te maltrata/
es presencia de amor, de casa,/
de madre con ríos de agua fresca/
chorreando por su rostro tras el baño en la poza cristalina, y de padre con una azada en sus manos./
Y la tierra, la tierra siempre latiendo/
bajo esos cascotes de muerte, la tierra/
con sus oreadoras lombrices y sus fértiles minerales,/
siempre la tierra permanece./
Viva espera la lectura de tus ojos/
ahora que la has sembrado con el peso alado de tu pierna./

Sofía Serra, 2010 (De "Del bestiario de los inocentes")

viernes, 4 de junio de 2010

Le petit trianon

I

Van saliendo cortos, será que conjeturan
el breve tiempo del verano aún leve,
o tal vez sólo reconcilian medida,
adaptación al ritmo taquicárdico
que el calor genera entre tu piel y la mía.



Título de la fotografía: Rosas por la luz

II

Vuela alto, vuela vida

Casi transparente eres, niña rosa,
casi transparente si no fuera
por la nácar que atavía la piel de tus nalgas.
No ha desilusión en las rosas rojas:
hoy más pálidas sólo hacen suscribir el escarlata de tu mejilla
cuando la perpetua alumbra tu interior,
ufano y vehemente como un ángel muerto de hambre.
Transitó el frío espasmo del pie contrahecho,
la esponja de las lágrimas sanó las llagas,
y tu planta, niña hermosa,
testigo frecuente de la dicha y decantadora de la bebida de los dioses,
vuelve a caminar con su zapato de rosas.
Esta vez por la ciudad de la lumbre que te vio nacer:
Parió tu madre a la alegría.


III

Puerta del sol
abierta al hemisferio
rielante.
Isótopo profetizado, corrimiento hacia el rosa,
silogismo impecable de la ley de Hubble.

Sofía Serra, Mayo 2010

jueves, 3 de junio de 2010

Más calor (Corpus)

...aunque hoy ya parece que refresca.

Sur

¿Jueves de Corpus?
Cuerpo de jueves.
Tu cuerpo, bendito
jueves de la semana de mi vida,
siempre en medio, siempre entre mi mirada, mi deseo
y la frontera de tu piel, custodia de mi eucaristía.
Bienquerido.

* * *

Septentrión

Nunca es tarde cuando el calor aprieta.
Nunca esos bueyes que aran más allá de donde nuestros ojos,
nuestros ojos frenados por la curva del horizonte, alcanzan,
dejan de trabajar por más que el sol se ponga.
Mi esperanza no reside en mí,
sino en la vigilia de ese paraíso ordenado
por nadie.

Sofía Serra, 3 de junio de 2010

(Edito al día siguiente para titular ambos)
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.