lunes, 15 de febrero de 2010

Limpieza, cavas y cantatas, digo, patatas.

Título de la fotografía: Acto poético


Cantar, lo que podemos entender por poetizar, se parece mucho al trabajo desarrollado por un ama de casa (hablo en femenino porque soy mujer ama de casa, conozco muy íntimamente al mejor amo de casa del mundo). No termina nunca. Son las 24 horas. Lo típico, lo que todas las marujas del mundo hemos dicho alguna vez...¡es que no acabo nunca, joder, cuando no es una cosa, es otra! (conste que nunca he entendido a la persona que se aburre en su casa, pero en fin...).

Más en fin, chascarrillos aparte, hoy me duele la espalda como cuando cavaba las patatas en el huerto (para que después al día siguiente se helaran. Como ven otra actividad que se parece mucho a la de cantar o a la de ser ama de casa, trabajar en un huerto. Ingratas, siempre hay algo más que hacer o se deshace lo hecho por fuerzas incontrolables por una, nunca está acabada. ¿Quién puede sentarse a descansar contemplando el panorama?) y eso que hoy apenas he "cantado", al menos por escrito. Algo la deja de pronto a una muda por fuera, que no por dentro, y es esta actividad creo yo, la sorda, la que no se oye, una de las más onerosas. De ahí, supongo, "el" tanto dolor de espalda.

Algún día dejaré aquí el pequeño articulito que escribí hace algún tiempo sobre el hecho de poetizar; pero hoy no, hoy sólo voy a hablar de limpiezas.

No puedo negar que canto para intentar limpiar, para intentar alentar, para desde mi ínfimo papel de ser humano intentar hacer algo porque este mundo y esta gran familia que somos todos los seres humanos, viva un poco mejor. Es como cuando apañas la casa, exactamente igual, ¿para qué hacer las camas si luego se van deshacer?, dicen los chavales cuando son pequeños en tono de broma. ¿Para qué fregar un vaso si hay cinco más?, ¿para qué mullir los cojines si luego se van a volver a aplastar?, ¿para qué limpiar un suelo que se va a volver a ensuciar y más estando el tiempo como está, sin parar de llover?

¿Y el gusto que da sentarse en un sofá puesto de nuevo blandito y bien encajado cuando tras cenar decide alguien acomodarse en él para disfrutar de un momento de relax antes de dormir? ¿Y poder encontrar un retrete limpio donde no dé miedo darse de cara (mejor de culo) con el monstruo del lago Ness, ¡y en posición tan vulnerable!?

En fin, más en fin, que el efecto de limpiar creo que todos lo agradecemos, unos por dentro, otros por fuera, pero siempre repercute en nuestra salud psíquica encontrar un entorno cuidado, aunque sea en lo mínimo.

Claro que a mayor tamaño, las "prendas" son ineludiblemente más grandes, y por lo tanto mayor el peligro que se corre si el "dueño" de turno no las ha recogido.

Saquen sus propias conclusiones entre la fotografía y esto que hoy una canta en verso de lomo "deslomado"...como el posterior a la cava de la patata, sí, el mismo, el mismo del día siguiente a la cava, cuando se sumó la helada sobre las verdes hojas de tan hermosa y alimenticia planta al estrago físico causado por la dichosa y dicha cava.

Menos mal, al menos, que aquí no hiela.

Aquí y allí. Algún día haré un canto para la maestra que enseña geografía a sus alumnos de preescolar, con su mapa mundi, su mapa de la Península Ibérica y su mapa de Andalucía (comprados con su sueldo) adornando su aula. Seguro que esos aún jóvenes seres humanos no sufren transtorno de ubicuidad cuando sean mayores, y por tanto, casi seguro que sabrán a ciencia cierta dar con el lugar adecuado para depositar sus excrementos. No harán falta tal vez así, voces cantoras limpiadoras.

Pero mientras tanto...

Que tengan buena noche. Yo con mi espalda a la cama voy. A intentar descansar, sólo por un rato, eso sí.

domingo, 14 de febrero de 2010

Un poema para el día de los enamorados


Si alguien logra extraer de estas dos fotografías la relación que las une tan intrínsecamente que casi no podrían existir la una sin la otra, si alguien es capaz de llegar a dar con todos los mecanismos que la han hecho posibles y comprender el concepto que subyace a cada una y a ambas en unión, es que entonces sabe qué es la poesía. No que pueda escribirla o entender más o menos un poema cuando se lee, no, eso depnde de menores circunstancias, sino que llegará a saber QUÉ es la poesía, que es distinto. Se puede llegar, de verdad, los datos están todos en ellas presentes, aunque es cierto que habría que entretenerse mucho en indagar. Yo sí sé lo que es Poesía. Pero la poesía no debe explicarse.

La poesía sólo debe "decirse", con cualquier lenguaje que a manos se tenga, aunque sea con el de los hechos, o mejor aún, especialmente con el de los hechos, aunque para éste no celebren certámenes ad-hoc. Bueno, sí existe el mayor certamen posible para ellos, el de la vida.

Un hombre ha escrito un sólo cuento en su vida hasta ahora. Ese cuento se titulaba "Cuento para mi hijo", un hijo que aún no había nacido. En él le explicaba, bella y literariamente, quiénes eran los lunáticos y por qué se les llamaba así.

Hoy hace 24 años que ese Poeta me dijo por primera vez "te quiero", y el caso es que ninguno de los dos caímos hasta años después en la cuenta de que EL HECHO coincidió con un día de San Valentín (valentín, valiente, qué casualidad, ¿verdad?).

Ni siquiera hoy lo he recordado, el detalle, hasta el momento de hacer la segunda fotografía.

Hoy el poema de esta entrada es "todo esto" dicho.

Sofía Serra, 14 de febrero de 2010

Post scriptum al poema:
Feliz conciencia sobre la poesía, amigos, es lo que os deseo de todo corazón.

sábado, 13 de febrero de 2010

Guitarra

Voy a intentar hacerme con esta partitura.

Dedos como vasos, alma como la del cántaro




Recuerdos



Sonido al vuelo y la guitarra:
los acordes,
el punteo,
el olor a humanidad y madera que humea desde mis dedos
hasta resonar en el blanco mármol de la escalera.

Diatribas,
diablillos infantiles, tan ruidosos en sus carcajadas bellas
que obligan a convertir las aulas en jardín,
en compás, en Américas recién conocidas.
Sonido tan quebrado,
tan conocido por mis recientes uñas,
tan alondrado
que mi alma solventa los aires negros
y suspira, respirando en quietud
esa paz de orilla,
de mar atlántico,
de horizonte resucitado
de rasante salinidad.

Suena en tu olvido,
en la pared familiar,
la mano cálida y corta,
tan presente y quieta ya,
que espera en reposo volver a la raíz de su tronco,
árbol de santo,
de frutal sonoro y arisco a mis cuidados.

Y en vaivén, en tu risa
de seis surcos
labras el aliento del alma con la aldaba de la aldea...

Viven ferias y primaveras que me alimentaban.

Sofía Serra, 2001

Poesía

Llevo varios días pensando hacer una entrada en relación con lo percibido, vivido en torno a un encuentro con un blog relacionado con la poesía, pero finalmente opto por no escribir sobre ello, tal vez salga en algún poema, tal vez en alguna fotgrafía, o tal vez simplemente me dedique a leer el diez minutos que hace muchos años que no lo hojeo.
Prefiero dejar el enlace y que cada uno extraiga sus propias conclusiones, si hay interés. Podría adobar esta entrada con palabras que me han llegado por correo, con palabras que he dejado en otros blogs de poetas, podría dar mil y un detalles, y hacer visibles mis reflexiones, pero no está el ánimo de una para ello. Lo que para unos es divertimento o simple trabajo que los encadena a las miserias de este mundo sin que sean capaces de percibirlo, para otros es esfuerzo y pan de vida, y yo, hoy al menos, necesito alimentarme. Y hoy, al menos hoy, tengo la sensación de que sólo puedo alimentarme de mí misma.
Aquí el enlace, aunque recomiendo el blog en general, muy encarecida y sinceramente.

http://criticadepoesia.blogspot.com/2010/02/premios-mejores-poemarios-2009.html

miércoles, 10 de febrero de 2010

Descanso (malva)

Título de la fotografía: Mauve



Al piano del Vecino de arriba

Calló./
Pervertido el orden del sonido, en la umbría entre el techo y mi suelo,/
se abandona a la vereda musical conformando lluvia de sostenidos en el reverbero de las docenas de campanas que en mi alma habitan./
Del piano no nace la música./
Hoy resuena la ardiente festividad desde el piélago profundo, que ya duermo plácidamente sobre las ubres saladas de las manos candorosas./

Cruje, cruje, cruje el porvenir. Cruje porque se rompe./

El sostenido, mis dedos,/
la justa y la presa, el nacimiento que ondea la bandera curva,/
la curva que activa a mi alma para que cante la inofensiva melodía que a mis oídos llega./
Que ya no calla./

No va más tras el asomo del “tú recuerdas”/
que la memoria incansable, la sombra que nunca se aleja,/
vaticinando el cauce que le has dejado abierto a las estampas hacia tu avenida./
Ya se desperezan sus niñas morenas, las hijas de la grávida matriarca,/
al sol mañanero rielando sobre las sábanas blancas./
Las negras palomas de sus iris que, risueñas, te dan las gracias,/
proyectan el brillo de sus ojos/
sobre tu frágil estuario. Que ya no habitó el hombre; ya no fue más el olvido./

Ya murió la inerte roca, la condenada reclusa./
Ya reverdece el paisaje yerto del asolo sobre el mismo desconsuelo/
de alma preñada abierta al asombro./
Ya levantan los muertos: ya sólo existe el recuerdo./

El de no vivir, el del pervertir para fustigar./

Y aquí, en vida, hallo la somera estancia que me albergue y humille,/
la ligera brisa que me alivie./
Un canto de solaz como el del piano./
Un sueño que llegue tras esas manos celestiales que algunos días vuelan delante de mis pupilas./
Una misma vida para dos, manos./
Un gemido bajo el retumbar del abandono./
Un soplo para tus pulmones./
Un atisbo de gracia en esa ventana de tu alma dormida, bella alma dormida resonando./
Un resurgir bajo el trono de los que poseen, un vivir sin caer, un reencuentro con las tuyas.../
Un descanso./
Un temporal descanso./

Sofía Serra, Febrero 2010
 
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