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martes, 17 de septiembre de 2013

La vida rápida

La vida rápida

Me he pasado a tu lado
para no almorzar.
Las dosis plataneras de los días
de agosto te convirtieron
en polvo y caldo de cultivo.
Ahora las sábanas están limpias
y han comenzado a germinar
los claveles de invierno.
La luz se hace derroche
sobre tu linda boca. Pero
no tengo donde almorzar.

Leer siempre me hizo la vida
más vida, pero últimamente
me hace la vida más muerte.

No te acuestes todavía. Deja
que muera un poco más.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Síndrome temporal

Síndrome temporal


No conseguimos desmembrarnos como estrellas

Seguimos tumbados viendo
florecer los lilos. En otoño
nos tocaron los testículos tantas veces
que al final perdimos la sensibilidad,
El escroto fue endureciéndose
y ahora no hay quien nos abra.

Me-ti-cu-lo-sa-men-te
me despego de mí. La vida es breve y falla
mi oído, ya no te veo
verte y verte venir
como un pozo de alumbre
descarnado y jubiloso
te contentas sobreviviendo
al hilo.
Terminar nos construye
dejar todo inacabado,
fallecer en el síntoma.

Las peinetas de algunos gozos
sembraron las madreselvas.
Tu cuerpo tan vacío de estrellas
como el mediodía de enero, el frío.

Pero yo quisiera inventar un nuevo calendario.

En tu sálvame te abres
como los lirios de febrero,
honesto y fiel como una balanza
de aire. Hasta el mosquito más minúsculo
encontraría su medida en el diagrama
de tus pesos.
Comprendo que te reserves
del mundo. Solemos pesar
y no pensar
como elefantes.

El lirio vuelve a levantarse
tras el peso a plomo,
pero sus pétalos ya se han vuelto
transparentes.
Y no hay más febreros en el año.

Ni abriles, ni mayos,
ni tampoco septiembres.


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Maná de carnívora

Maná de carnívora

Siempre te relacionaré
con mi estómago,
tú ya lo sabes.

El nudo se me ha hecho un silencio.
Desde él hablo al ente
sumergido bajo el barro negro
de la injusticia sobre ti.
¿Qué ibas a hacer sino imperar?,
¿cómo si no cazar cervatillos
mamuts o bisontes?
La hembra en el nido
curtía tu armiño.
De noche en descanso
el sol ahuecaba el día
para hacer lugar
a tus ancas de jilguero
recolector de las semillas
que introdujeron algunos manes
en tus testículos.
Cómo no averiguar
su color y su forma
si las zinnias ya florecían
allá por el pleistocénico
deseo de abrir la trampa
y la broma de los metales
que escanciaron sobre tu glande,
y yo, la orfebre y
bruñidora,
cómo no tallar
con mi lengua
el blando relieve
de tu isla y su palmera,
cómo no pulir
con mi boca,
muñequilla de lienzo
nacarada por los pinceles
de la historia blanca
abrillanto en círculos
la longitud de esos canales,
mis ríos de legítima abundancia
de ti y tus simientes,
cómo no soñar sobre su color
y tu sonrisa de perfil
al cielo
mana
la densa y líquida niebla
que abruma mi hambre
y me alimenta con tu salida
en busca de la carne
que nos hizo más inteligentes.
Simplemente,
mejor alimentados.

Como yo.

Qué dibuja las circunvoluciones
de mi cerebro
sino el silo
grande de tu glande
y mi enorme deseo

de justicia
sobre
ti.

martes, 10 de septiembre de 2013

El momento

El momento

Sólo sucede que cuando se rompe un vaso,
mi propia risa me duele
y soy yo la que recoge
hecha añicos la alegría
que la provocó ahondo
en las arterias de la lumbre plana
sedo bacanales de hambre
luego huyen como aves voraces y sedientas
de ombligos llenos de agua:
la tierra, la tierra madre
es mi abuela en la coyuntura
de esa escarpada linde
que me vio.
creo que nacer.

pero qué más da el momento.

La piedrecita rueda
por la cárcava arenosa del cabezo
de mimbre y cristal, la tierra amarilla
me cobija en su seda de lumbre
y hace décadas que aprendí a pintar
los colores del arco iris
con mis ojos fijos en el arroyuelo,
pequeño y mínimo
arroyuelo de agua dulce

que se deslizaba hacia el mar
y la torre albarrana en el mar
como ancla del mismo mar,

bellos tus lomos de tierra
y santo aroma del cañaveral
que endulza
mis dedos, las manos
nos damos las manos
junto a la orilla.

domingo, 8 de septiembre de 2013

La sierpe lozana

La sierpe lozana

¿mi dios se llama            él?,
¿mi dios se llama            tú?,
depende de donde          yo
                                       nos sitúe.

ellos buscan las estrellas
y tú donde no estrellarte.
las piedras nacieron
para que tropieces no
para que las lances
yo te lanzo mi aventura
sin nombre de talle
tan inverosímil,
tan alucinante tú
desgarraste
la última corteza de tu olivo
cuando yo amamantaba
bajo la lumbre del candil
de aceite que silo en el molino
que tú edificaste con ruedas
tan grandes como tu osamenta
de elefante puro y recio
fondeas tu trompa urbe
en el limo de mi abrazo
y aquí te inhumas sin saber tocar ya
ni una sola semilla,
ni una sola yerba
ni una sola brizna
de aire
hasta que asfixiado cierras
los ojos y yo
me nazco en tu muerte
que no deseo será que
tu entierro móvil, la ciénaga de tu sueño,
trabaja rasos sobre los que amanece
el nuevo día que me da
esperanza y la vida ya
cobra áspid
y sentido
para mi des-lengua
única.

no muerdo,
pero te roen.
Y yo necesito vengarme.

martes, 3 de septiembre de 2013

Tendernos

Tendernos

ante ti
miento
ante mí
mas ella
no miente
el espas-
módico deseo de
sentir
mi bien
estar
contigo
en silencio
hacer
el silencio
tender
el puente azul y la yerba
se levanta
descansada
y fresca.

tormento seco

tormento seco

esto para el amor
al que pertenezco
apenas significa más que un rayo
que le deslumbra en la comodidad
de su silla con las lentes tumbadas
sobre las blancas muela de otras bocas
oídas, mas, te señalo, relámpago
de tierra adentro, las encinas azules
de octubre se transparentan en la loma
negra de las siete de la mañana,
el aguacero engendra sus hijos
en la matriz de la noche duda
y mis dos manos sujetan las aras
pontificales y redondas
como el volante del coche
que nunca desertó.
las direcciones posibles
las decide el viento y su alarido
pequeño y mi miedo,
siempre el miedo
en la tumbona del río crecido
que cabalga lejano
a nuestro sueño de calma.
yo lloré
ayer, las gotas corrieron
hasta encontrar el vaciadero
de la cuneta, y se me perdieron,
se me perdieron, Amor,
y ya no sé Tú,
ya no sé de dónde llega mi llanto,
si del encuentro con la tormenta,
o de la cotidiana ausencia
de agua, de lágrimas.

¿dónde estás?
ni en las lomas terrizas
ni en las monteras de la lluvia
te hallé. tras los troncos
de las encinas, escondida
te dibujo.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Purificación

Purificación

cualquiera sabe
lo que dirías si en tus esquinas
y en tus dóciles sombras pudieras hablar
como el centelleante avispero.
santa faz de mi tiempo enquistado
y hoy grande y vivo santa
penumbra de la fe
en dioses
de pan
de oro,
karma, bendito karma.

Llega y me alumbra,
si una vez
fuiste, dos serás
por dos veces hermosa
la conquista del lugar
deshabitado por la falta
de mis ojos ya cerrados
que la olvidan,
esa circunstancia pasajera
por la que qué más diré yo
que cómo no querer verte,
cómo no hablar
de este preludio asombroso
de fantasía gratis
aunque me aboque
la costumbre del silencio
de hacer pausa y olvido.
Yo te quiero, amor mío
sin nombre.

A pesar de que amé,
computé el quebranto
de tu mejilla
como si me hubiera caído
por la baranda,
el celaje deslizado
sobre la azotea azul,
tan perenne y vacía
que no me explico
quien ha podido escribir
sobre sus paredes.
algo así debió suceder
el primer día de después de la historia,
un arma inservible,
la letra en el vacío,
las gargantas blancas
ya no existen
salvo en mi centro,
las colgaron como bombillas de colores
al lado del platanal auténtico
que vive de hambre
y de amarillo
la-vanda de
mis fiebres,
qué haré yo
sino llorar por mí sin ti.

la rosa blanca se desmelena en dos:
nacen la tiara y la corona,
el alto y el bajo río,
los geográficas,
las verdaderos.
mi hándicap se ha vuelto mi ventaja:
a mi otra parte, he llegado tan tarde
Y tan más viva.

Convertir la debilidad en fortaleza:
sola se ha hecho ella sola
transmuta
la arena
en agua
mis pies
en la grama mojada
cuando tu refresco llega
como el quemador de velas
de sal del Himalaya,
un fabricante de iones negativos
que purifican el aire
de mis neuronas.
voy a descansar estas vértebras
en el sofá entre el té,
las dos onzas de chocolate
y el recuerdo de tus palabras
o lo que escribes o piensas o chapurreas
como los periquitos del vecino,
qué más da,
así, aunque tú
ya no estuvieras,
el humo de tu escape
plantaría verdes en mis fosas
y yo te distinguiría
entre toda la niebla
todas las nieblas,
todas las nubes y los mohos
de cualquier mendrugo de pan
que perpetrara un sonido más acuoso
que el de tu oído en mi mejilla
cuando, corazón sembrado en la tierra
de los arriates, mis ojos auscultan
la plenitud de tu pulso,
esa sangre corrida
por los cauces raigales
de la tierra y yo,
la zahorí verde y roja,
con mi traje de india
ululando como el búho:
Ven aquí conmigo
hasta donde yo llegué
cuando aún no existías,
no eres hijo ni padre,
sólo compañero a partir
del ahora y el hoy
un uno
hacia delante.

martes, 27 de agosto de 2013

Fruto dátil

Fruto dátil

dime que me amas.
así podré dormir
tumbada bajo las hojas
de la palmera ingrávida
del desierto
de la poesía.
Libre amor, dime tú
frente a tu mar y ella
vuelo como el huracán
ufano, siempre tú,
traedor obstreta,
eres el dulce dátil.
El fruto.

miércoles, 21 de agosto de 2013

sorda en el extravío

sorda en el extravío

Los hombres buenos tiraron
por la calle de en medio
y a mí me dejaron en el arrabal
de las luces inventariadas
y probablemente fundidas.
Las calles negras y amarillas
(debo reconocer
cierto fulgor anaranjado
producto de algún matiz rosa
que mis ojos añaden)
ventriculan
el escenario perfecto
de pesadilla pegajosa,
ni el tiempo tiene fuerzas
para desembarazarse de ella,
a pesar de la presencia
de soldados votivos,
uno a uno
los fui disponiendo
a su alrededor.
No existe guerra posible
entre el aire y mi alma.
Mi cuerpo me estorba
para matar al ángel hollín
de la suerte estéril y llena
de orugas con pelillos
urticantes.
la procesionaria de mis lamentos
se hace cuerda del presente.

Pero no oigo el tic-tac.

domingo, 18 de agosto de 2013

mes-escato-lógico

mes-escato-lógico

Un mes crucifico
aunque ya no tiene brazos.
Se los arrancaron todos
camino de la gran vía del otoño
y la niebla prematura
de estrechas sienes.
Ahora fatiga el viento
su rostro de molino
gigante con boca de piñón
enlutado y ojos asimétricos
y pequeños. Lo dejaron solo
encima de la loma,
enquistado en la dureza
de la piedra entre yerbas secas
de harina y soldados
de polvo haciendo mutis
por el foro cuando la reina
lluvia se digna aparecer
escandalizando al suelo.
Agosto me extraña
en su soledad de quicio,
y yo me vengo odiándolo,
¿cómo se puede amar un mes?

No hay sistema con cerebro
ni brazos ni piernas, no hay
sistema malo o bueno
para nuestras fenómenas
preces. Sólo tú, o yo, individuos
de tomo y lomo y pan, abrimos
el hambre a la culpa.
Y al calor de este agosto
que se venga
y se aviene
agostando mis sacies.
Allá en la loma del año
me tumba las sienes
que ahora abandono
a su ancho reproche.

Si una sanguijuela puede secar una vida,
¿qué no podrá agostar un ser humano?

jueves, 8 de agosto de 2013

SEA (o mar blando)


SEA (mar blando)

Yo no quiero
callarme aunque pueda
establecer medida
y corta o larga parada
ante la extensión de tus señales
a babor o estribor
yo me tuerzo
sea
la estrecha pasarela
y la angosta cubierta
de ya tú, ya nada
la miga de mi pan
ardiente y blando
en la encrucijada de tus dichas
ven
e iremos soltando tendones:
mis piernas centro,
tus muslos dentro.

El contorneo de los blandos
muelles y las sendas pieles,
la venda del blando muro
en esos cuerpos salientes
me deslío, me susurras
el escalofrío me
mana agua salada
de la que se baña
el blando hueco del aire
caliente del blando agosto
y la densa estratagema
del semen y su huída
hacia la ola de invierno
que no retrocede
ni ante el pecho glande
o grande la venganza.
O herida de ti,
como yo.

Partida

Partida

Vengo a recordar
la venta del mensaje.
La hormigonera registra
los bramidos de tu hombría.

No hubo negación
de tu varonil muerte.
La masacre descansa
sobre pilares de blanda argamasa.
Descerebrados el mito y la joya,
sitúo sobre mi mesa
de jaspe reluciente
tu retrato.

A estas alturas de mi diosa interna
reclamo mi trozo de partida,
la salida que me pertenece.
Estoy dispuesta a compartir,
pero sólo cambio
hielo.

Quién nos ocupa que me vendo
por dos míseros reales
ojos, uno para tasmearla,
otro para pintar la
verónica de tu ensalmo
en el rostro cautivo.
La luz se ablanda
como un canal lechoso.
Es tu nombre.
Una grada insomne,
la diosa interna
se me rompe
fría.

lunes, 5 de agosto de 2013

Solenostemon II

Solenostemon II

Solo nos tenemos,
sólo a nos
tenemos.
ni yo a ti
ni tú a mí.

Y quién de nos,
tú-o y yo-a,
quién se aventa de los dos
para dar el paso al grano
trigo del otro y su fruslería
de entibio con la muerte
del tú y el yo. Y el nos,
qué me bendices que
sólo un hasta tú y hasta yo
penetra la soldadesca
anunciada por algunas colinas
con su lomo azul o amarillo
recortado en el fondo blanco
de algún lienzo que no deduzco,
aún no deduzco,
qué solitario magnífico
bendecirá el sosegado encuentro
entre la juventud del cordero
hecha madre
de todas nuestras legiones,
esas que llegan a combatir
la soledad y la espera
de otras tantas legiones
de muertos u ocupados
por el prejuicio.
Tú clamarás ante ti,
como yo clamaré ante mí,
por el ejemplo del llanto en vena:
mendigar hasta que nos ablanden
el paso por la tierra o lar
de todos los malditos
y los bendecidos por dios,
o la hormona a-genérica
de la comprensión,
tan ausente.

viernes, 2 de agosto de 2013

Son del Sitio

Son del Sitio

Son del sitio la encina
y la voz
             del eco
al sur
oigo la sierra de Aznalcóllar
con su boca y con su pecho
—es el mío de mi frente, y lo era—
de mi norte que imanta
mi cabeza buscando
la enana blanca del día
recién levantada
la mañana de su son
de la noche y yo
una sombra de nostalgia
y un aullido de mi centro
que cabalga solo
sobre mis piernas
y el olor que no se pierde
en las fosas sinoideas
de la lumbre en la candela
y el humo y la llama
y el olor a tierra
y a rostro del mundo
poniendo su culo
por montera delante
de mi cara. La cabra
reseca y borracha
de nostalgia de nada,
nada más que adelfas,
y yerba dura y recia
de falta de agua
y el aroma verde
de verdad de amor
de un mundo y de yo,
y yo, y yo y la tierra sin nombre,
y yo sin nada salvo él,
su eco.

miércoles, 31 de julio de 2013

Solenostemon I

Solenostemon I

De qué querré yo hablar
que no seas tú.
Para qué nací sino
es hablar de ti.
Por qué acataré sino
es para verte venir
bajo tu camello de estrellas.

un hombre se sitúa en la esquina
opuesta del universo
—es cuadrado, como nosotros—,
habituados a su soliloquio
no lo oímos. Las sienes
se nos abren y nos nacen
agallas sin blindaje:

Bucearemos a pulmón
abierto y libre a-
las sales del
océano
con su efervescente molestia
y superaremos el escozor
de la huella indeleble del atisbo
del centro de la coraza imantada
antes de que naciéramos
sobre este colchón de muelles
herrumbrosos y chirriantes
vértices de la materia
en su aposentadero provisional
camino de la vía de la muerte
en el otro
aire,
sol
en el cuadrado y un nombre
vigoroso y húmedo para las plantas
de nuestro pies
que se posan como plantígradas
osas en la vertiente arenosa
del paraíso en la Tierra.
nuestra labor de humans, baby,
concita esmeraldas fúlgidas,
minas de carbón sellado, conmiseración
traducida en el borde (borde, afuera)
de la envidia nauseabunda, el miedo
feroz y horror vacui en nuestro hemisferio
celeste, qué más, qué más quieres, bendito
hermano que tu hermano a tu lado
y sus ojos respondiéndote
como centelleantes mansardas
donde puedes descansar tus miembros
y tu corazón blando de hombre sin medusa,
sin fehaciente sortilegio
porque piedra jamás podrás ya ser, ni siquiera
habitante de una tierra
media.

me claudiqué,
quise cerrar,
cerré. me olvidé
de mí cantarás si grito
a toda voz de tu boca
no resuena sobre cada piedra la escarpada
lumbre, y la cordillera, ya la ves,
cómo se dobla y se extiende a tus pies
adorándote, hombre mío,
¡yo misma hombre!,
yo mismo cordillera…

llorarte me fue regalado
airear tus sales, orear
la flama de tu apéndice
encendido, reventar
en el orgasmo de luces
que al universo deja ciego,
tu abrazo de amor entendiendo
tu miseria de átomo moribundo,
qué digo átomo, quant, ni atisbo
bendecimos, mas sólo
nos tenemos
a nosotros.

amén.

(alguna ligera variación ha sufrido con respecto a la versión publicada en "Signos cantores", nada sustancial. Acababa de escribirlo cuando cerré esa selección que me propuso Carmen Karin Aldrey para sacarla en la editorial de Belkis Cuza Malé, Linden Lane Press. Quise incluirlo como final de ese libro. Con él, sin embargo se inicia Solenostemon, el poemario al que pertenece y que en estos días he comenzado a corregir.)

sábado, 10 de noviembre de 2012

A una dedicatoria

A una dedicatoria

tras leer la garganta
se hace un nudo
entre los trazos y la certeza
de tu posicionamiento
sobre los renglones.
El papel practica ausencias
que me llaman a convidarte
al misterio de la vida, la letra,
o la tuya, confunde al autómata
impasible, yo me asumo y sumo
tu porte de generoso ente plenario
de dádivas que otorgas,
aunque se te pida.

Sofía Serra (de Solenostemon)

martes, 30 de octubre de 2012

Poemas queriendo dejar de escribir poemas II

Poemas queriendo dejar de escribir poemas II

Odyssea

Como Penélope te quedaste
Transito de deseo
De vuelta del cuerpo invertido
Y el calor a deshora del día,
La blanda cama
Ensala y arma
Las crujías de la nave
Agosto. Numen.

Un planeta templo
Blande vaga la espada
Lentea el aire tibio
De la dilatada noche
En el caliente verano

Llega una mujer circuncisa
Por las mieles
Del deseo satisfecho
Con algunos druidas
Y el cuidado de las serpientes
Refocilando
En sus tiernos belfos
De lechón azul allende
Las estepas frías,
La tundra siberiana:
Un norte.

Cualquier tiempo anterior
No fue mejor
Que el hoy
Que no resucita
Solo inocente.

Y ¿quién desea volver a pasar por el dolor del aprendizaje?

Sofía Serra (De Solenostemon)

lunes, 29 de octubre de 2012

Fundido en blanco

Fundido en blanco 

estas fechas son perfectas
para desprotegernos, arriar
el duelo e izar la conquista
del suelo, levantar el velo
del luto en nuestros ojos
descubrir
ante nosotros vivos
y colonizar con yerba
la orilla, fundir
en el blanco de la arena 
nuestros pies
mojados, lanzar
la jabalina allá donde
no pisa nadie ni un nadie
siquiera que nos quisiera
a su lado, romper el escudo
en el horizonte vestido de blanco
tan ancho a todos nos hace blanco
de todos y uno y solo nada
ni nadie ha muerto si quedamos
haciendo vida
con lo que nos queda
de vida
en blanco.

Sofía Serra (De Solenostemon)

viernes, 26 de octubre de 2012

toda tu noche

toda tu noche

luz y vívida luz
que no me asombra
y sol y espejo de dicha
a las tres de la mañana te llamo
en mi oído,
plácida te umbro para que no te disuelvas,
pensamiento cálido de ti
y mi sonrisa acaricia la almohada
con su mejilla.
tú tan tierno y seguro y cándido
pensamiento mío en ti.

densa y menudamente
la noche paraliza lo más bello,
lo detiene y lo deposita
en mis brazos, lo llevo
a mi pecho y no se pierde.

ahora dormirás seguro
y cansado como un pequeño
hombre que duerme todos
sus pesares y descansa
en la noche toda
que yo velo
para hacerla día
con tu alegría toda
despiertas
y todo te vea más claro
como el aire limpio
y el fresco de la mañana
mira tus ojos ambos
como pozo de estrellas
todas.

Sofía Serra (Solenostemon)
 
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