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domingo, 10 de junio de 2012

La estrella más profunda

la estrella más profunda
porque cuando
ya no quedan flores
aparece la sonrisa de tu estómago.


Hoy se recompondrán vericuetos de helio y sordos tragaluces. Los agujeros negros hacen tiempo fabricando las estrellas del desarme. Sobre el planeta de las uniformidades pasean juntos el volumen y la estratigrafía de los segundos. Nos queda por saber cómo se pinta un vacío lleno de soles esféricos y dádivas cúbicas; las mil y una preguntas de las bocas desarropadas viajarán a la velocidad de la luz camino de la otra geometría. Al final, sin escisión, nos encontraremos en el borde del universo, que es finito, como tu perfil.
No concebir, verificar, caducar y asesinar y asesinarnos como cualquier átomo que arrima electrones al besamanos del contiguo. Traspapelar hasta reconstruir el espacio que estrato tras estrato tras estrato
vamos deshaciendo
besos que sorbemos
olvidando los labios
que los dieron.


Engendramos 
con el coito
interrumpido.


Reconstruir a la medida de la estela invisible,
el campanario erguido de almuédanos cantando
la mesura de las teselas,
las lombrices traedoras de tierra
hasta el pavimento enlucido.
Pavor ante la diferencia:
Tantas fallas solícitas de terremotos
y lugartenientes armisticios.

Sofía Serra  (De El hombre cuadrado)

viernes, 8 de junio de 2012

Septiembre

Septiembre


La paz se aposenta
como hada sin cuento
ni moraleja.
En las soledades descansa,
enemiga encubierta del mundo
y sus arpegios.


silbe la acetona del aliento
que yo me rasgueo confundida
entre las torres en tres d y las viñas doradas.
Los adioses no labran la vendimia,
ellos levantan uvas recitando
el diapasón del vino del mejor año.


la milonga y el cigarro,
el merengue y el palo de nata,
el mosto y el cubata que no pruebo,
el sabor del terciopelo –mío, es sólo mío-
en mis neuronas busca
y anida corcovado
mullendo los afilados cantos
de las piedras de tus riñones.
Excretar y presumir
sales facticias de ubérrimas gramas:
la urea labra de verde
el vejamen de la tierra
y su osadía
y mi posible olvido
de ti.

Sofía Serra (De El hombre cuadrado)

jueves, 10 de mayo de 2012

Reunión ejecutiva

Reunión ejecutiva


Justipreciando al alza
las venéreas transacciones,
planeando el stock bursátil
de tus manos sobre las mías
—y mi espalda—,
reinventando alvéolos
bajo las luces mortecinas de la tráquea,
convendremos en el callejón
sin salida del diafragma
como senectudes selectas
que somos.


Un tú y un yo y un
comunicando
descansaremos de tasaciones
hasta que la nube adopte
forma trágica o feliz
no veneraremos
dioses porque dioses
hemos parido.


Pero tiembla
la libertad
bajo el hueco
la escalera
pernocta
a sabiendas
de que nadie
enciende la luz
para subirla
o bajarla.

Sofía Serra (de El hombre cuadrado)

domingo, 6 de mayo de 2012

Roturaciones

Roturaciones



Apenas me quedan héroes,
ni salvaeslips.



Venga de este guiso a sostener
tu calma, porque mi aliento
resoplo y bufo tras el arado.
El cordaje de las neuras se me rompe
equilibrando pesos y contrapesos
anudados a la reja.


Verte y no verte venir.


La techumbres inician el son
del leve paso de sus dedos
o sus garras sobre las tejas
liquenadas de la arcillosa
luz del verano, el quinto pino
del entierro riza el arcén
de su autovía.
Nunca fueron sembrados
árboles tan lastrados.
Hecatombe y lúcida sombra
en este verte y no verte venir.


Persisten cuadrados los soles
bajo las caricias del orbe azul.
Sin, pero sabiendo qué hacer,
resurge vacilando el verbo.
En el empréstito soñaron
con sus alas los delfines del aire.
Las piernas colgaban de los pretiles
y el viento aminoraba
la marcha de los aún más indecisos,
así que maté al segundo
tras de mí al acecho
buscando el minuto de mi estampida.
Mas renuncié, cerré la ventana
y juré no entoldar esta frente.
Luminosos, los seres del cielo,
esos a los que no llamamos ángeles,
sortean a manos viento las pupilas.
¿Qué hombre no los ha visto?


Verte y no verte venir.


Somos tantos que
se me ha quedado
pequeño el pulmón
-sólo uno, sólo uno tengo-
solicitando armisticios cantores
con su redonda boca.


Verte y no verte venir.


Nos quedaremos de ojos
cruzados obviando el juramento
y la inercia de las metálicas sienes
que beben asomadas a la puerta
y veneraremos un tú más yo
hasta que los laureles de invierno
logren entonar el grito
de la noche que mira y desmira
el malva de tu cabello. Vengaremos
sin más futuro que la rosa huella
habituada a resucitar
sobre el vacío desmesurado
de la espina.


Adolezcamos de algunos puntos sutiles,
confeccionemos el ansia de la rama,
exhibamos el letargo que nos oprime
compilando zinnias con palabras
prendidas del pico del jilguero
de tanto cantar para nada,
tanto dar para nada.


La venerable respuesta
apremia por ser escrita.
Pieza a pieza hace el frío
y las hojas no han caído.
Resuena la yerba
sobre los rizomas
de plata enterrados.
Se huele el aliento de la vida.


La muerte no tiene aliento.
La muerte no tiene boca.
Verte y olerte llegar:


Nena, hacías mucha falta,
tú sabías romper el duro hielo.

Sofía Serra (De El hombre cuadrado)

jueves, 16 de febrero de 2012

Pasante de noche III

(Correcciones "El hombre cuadrado")


Pasante de noche III


Buenos días, madrugada y certera sima.
Quisiera estar contigo aunque
el café me permita doblegar
la inercia de mis párpados.
La sangre entredicha, entre dos
puesta en boca, no comunica
la inmunodeficiencia acompasadamente,
fantasma de cálido y rojo orgasmo
de felicidad.


Algo me desprende
al intentar olvidar.
En ti pienso, justicia.


Sofía Serra ("El hombre cuadrado")

sábado, 28 de enero de 2012

Poema en 3-D

poema en 3-d

si alguien conserva la armadura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.


si alguien conserva la abertura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.


si alguien conserva la cordura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.

Sofía Serra (de "El hombre cuadrado")

viernes, 20 de enero de 2012

A un príncipe cretense

Sigo corrigiendo el blog de la cocina. He recordado este pequeño poema al leer una de las recetas de allí, una de tradición cretense, el o la (no estoy segura) Gémista.
AQUÍ os la dejo por si os apetece hacerla, es muy sencilla. Hay también un enlace que en su momento y para aquel blog que se suponía escribía mi madre, me resultó oportuno incluir. Hoy al recordarlo  he introducido el nombre de Potnia en la wiki y he llegado a esto:


Curiosamente,  este poemario pensé en titularlo de alguna forma que evocara a la diosa Artemisa. En él además incluyo un poema dedicado a "ella": La perdida o enviada por el arte o algo por el estilo, aún lo dudo, jugando con una sui generis descomposición de su nombre. "Arte", y "misa", yéndome hacia el latín en vez de hacia el griego, jugando con el verbo "mitto, missi, missum" (enviar, transmitir, lanzar etc). 
Muchas veces pienso en retitular este poemario como "El hombre encuadrado", pero  aún no me he puesto a corregirlo de lleno.




                                                               Príncipe de los lirios (hacia 1400 a. C.)




A un príncipe cretense


Ejército prometeico este campo
abonado por las lises de tu mano,
soldado gigantesco de la nube
y el racimo de moras o espigas
que germinan soltando el paso
y el vuelo de toda ave, toda mariposa
aventurada por el soplo de mis labios
a tu cintura, tu perfil, tu corona,
iris circuncida el viento con mi pluma.


Sofía Serra, "El hombre cuadrado"




miércoles, 11 de enero de 2012

El diente de león y la acacia (Memorias del cercado)

El diente de león y la acacia (Memorias del cercado)

No vestir nunca en otoño,
desnudar en todo acaso
lo que nos distingue en vana diferencia,
como cada coquina que desenterré en la playa.
Mis pies se arropan


sordos como la llave sorda
abre la casa sorda como
el hueco y el ave sorda
pero cantora.
Que no existe.
Berenjenar y subsistir, quemar
banderas y palos de arte mayor
y que el cruel castigo del látigo lacere
tu espalda herrumbrosa, vigilia vejada
por las nocturnas estrellas,
vender viento a manos llenas
hasta dormir deshojada.


Se aploma el disfraz
para el que nunca muere,
para el que permanece
sobre el manto memoroso.
Beber de los meados del ñú
y escupir mierda sobre los girasoles,
los quema y los aja
como si las nubes
evacuaran ácida lluvia:


el desurco de la farsa,
la guadaña del falsete siega
y nutre tu ábaco cejiblanco
con la cuenta de tus andrajos
de seda y mi sombrero cornucopia
colmado de gargajos
y soles nutrientes de clorofila
que el agua escupe.
Beberán otros dioses
ahorcados por bufandas
de rayas como el payaso
se iracunda cada vez que se pisa
el pie con el zapato del segundo,
colgado de tu rama.


No quiero sino
caer a tu
país extraño.
Su corteza con agujas,
mis semillas como plumas,
—¿por qué tú, justicia,
no apuñalas mandíbulas
de vez en cuando?—
Volvamos al trueque:
cambiaría mi reino
de diente de león
por tu recreo de árbol
fiero e integrado.


Llevamos, ¿cuánto tiempo
acaeciendo juntos?

Sofía Serra (El hombre cuadrado)

martes, 10 de enero de 2012

Días de Reyes y Magas (poema final de "el hombre cuadrado")

(Relanzo esta entrada para poder introducirla en twitter, ya que por fin he podido activar los comentarios, ver nota al final)


Con este poema doy por cerrado el poemario con el que he estado los últimos meses, "El hombre cuadrado". Creo que ya ha empezado a germinar  "algo otro" que se podría titular "suroeste", en este parece que me ha llegado el título antes. A veces pienso en a ver si de una vez dejo de escribir nuevos poemas y dispongo de tiempo para, además de corregir poemarios, poder hacer algo con ellos, aunque sea imprimirlos por mi cuenta (lo que supone maquetarlos, etc, etc), pero no sé, no sé cuándo llegará ese momento, ni siquiera si llegará.


Día de Reyes y Magas

Artesonado o techo
en el quinto espacio de tu muñeca,
bebe tu pulso la arena del reloj
y se alimenta vago
de la especie de torta china
con la que regalas al mundo
tus miserias de bienhechor
escondido, de gaspar entretenido
en sus labores. Fuiste a saltar
y se abrió el precipicio bajo
su abertura del canal
se suspenden senectudes
del tercio de tu lágrima,
beber y hacer desaparecer
la única marca de tu nombre.


Con la venia y el desecho
te opusieron, feliz dama
de la noche luenga.
El parasol trama juncos
en tus pestañas se balancea
la púa del sol matutino.
Vence la diosa de la luz
llamada aurora de rizos
perpetuos como el hambre
que te sostiene.


vente a mi limbo de entretelas
y llanto dando tumbos,
ven desgranado y salvaje
apático de la tormenta
venga dormido
el verde de tus mejillas
como planta embrionaria
de enebro con agujas y sus luces
por donde el aire del hilo ajeno
encuentra hueco y pasas.
Grande el sol y grande tu boca
lenta y sumisa amante
de mi escafandra blanda.


la camella gime con sus ojos
de hormiga llorando por las nubes,
vándalas acompañantes
del cielo amaneciendo.


se descomprime
el corcho
de esta piel terca.
Y sorda.
Y cuadrada.


Sofía Serra (El hombre cuadrado)


(AQUÍ se puede ver fotografía de la camella que trajo la descompresión del hombre cuadrado, ;))



lunes, 9 de enero de 2012

Epata

Epata

Serán las hormiguitas de tus sienes
las que remonten la escalada
de prueba cisalpina. Convendrán,
aunque algo cansadas, en que no hay más que
galvanizar para que las huellas de sus patitas
queden grabadas en el acero de las escafandras
que te esperan tan extrañas y duras y tan ciegas
y mecánicas hormigas ferreteras de un mundo
tan duro y yerto y frío sin ti.


Sofia Serra (El hombre cuadrado)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Dulcinea se suicidó

Dulcinea se suicidó


Quijote de poderoso turno
y desdeñable salvajada,


¿a cuánto asciende el valor
de tu última tesitura
o tu segunda o quinta
puesta en marcha? soldados heridos
levantan sus bayonetas
contra la jungla invisible
de las quijotescas ocasiones,
la avaricia rompe el saco,
las honestas peticiones de tus poros
atraviesan la cejijunta soledad del sol.
vengadas, las solitudes vengadas
de cada vello de tu cuerpo
en paz,
en paz la respuesta.
Someten los verbos el arraigo
y la permanencia de la latitud
de la dulce mujer que se te fue.


Sofía Serra. Noviembre, 2011 (El hombre cuadrado)

domingo, 4 de diciembre de 2011

La parca

La sierpe lozana (la parca)


No sé bien
ni mal comenzar
si o no prescindir
de ti o de mí
y sólo ceder
a él o ella
paso, los dos
que gobiernan
en el bálsamo duda, gigantes
apostamos sobre el leve remanso
del denso delantal de estaño
vuestro.


ni aunque tú y yo
fuéramos gallinas
sabríamos sostener su mirada
de ciempiés morado
de terciopelo bajo los ojos.
los arrestos y los aplausos
tienden el deseo
de alguna clave de verde,
un solvenir anudado
a su sinuoso cuerpo,
algún tentempié sobre
tu abrecadabara
sonrisa sin espera,
y llega la carcajada sibilante,
tan mía la siento:
koónfiaenmíii
koónfiaenmíii,
semejante murmullo ondina
sobre tu cobrizo de agua
entretelado con mis dedos.


Sofía Serra

jueves, 24 de noviembre de 2011

Interview pop-ear

Ya le he encontrado título al último poemario con el que estoy. Nunca definitivo, pero parece que es el suyo: El hombre cuadrado




Interview pop-ear


Entrevemos a un periodista
entrevistado por un periodista.
No preguntan ellos,
preguntamos hoy los periódicos
uniformados
por el cansino diario,
los coti-(yeah)-(dia)-nos
a la hipotálamica prensa:


¿Dónde han quedado los oídos
ahora que todos somos bocas?


(Sofía Serra)
 
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