todo más denso
cuando la espada vuelve amor.
Todo más lleno y libre,
libre, sí, como un astro
de aire azul, libre nube blanca
sólo dueña suya
y de algún viento que la meza,
suave y ondina vigorosa,
decadente mar, posible lluvia,
sensación del bien y tus labios
mirando el celeste aguacero
de la dicha.
porque yo creo en tú
y el beso no dado y el por dar
cedidos a ese tierno mundo
que es tu forma de mi mundo
de mi amor,
la posibilidad de ser
en ti.
El habitáculo blanco
se detiene humeante
de chirrido de estrellas.
Vuelven difusas las cosas
en los oídos de la lumbre
de mi alma, tu alma,
veneración de dioses,
los halcones se posan a escondidas,
nadie les hace ruido,
nadie los mata, nadie osa
descomponer el silencio vital,
la muerte ajada,
ya tan fea y antigua, se duerme
a descansar,
la rosa nace desde la promesa
del tallo verde
un brote, una alegría
futura y mientras
lo verdadero, la ilusión,
la espera, el manantial
del alma, mi alma, y dios
dice que la tuya.
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una noche muy personal,
ResponderEliminarcada quien lleva la suya a salitres o a mieles
y otros solo pueden imaginar la una o la otra sin experimentarlas jamás
un gusto leerte
saludos
Hola, Santiago. Gracias y bienvenido.
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