Las comisuras de mis labios
miran hacia arriba, mis ojos
hacia el frente, mis pies ya
sortean hábilmente el lecho
crujiente de un otoño
que ya casi duerme.
Porque días en que todo
más claro, todo más claro, las hojas
caen pesadas por la lluvia,
ya no crujen duras las hortalizas
de un tiempo frío y lento,
porque todo más claro dura blando
y ya termina una extinción
de ruina. Y es que las hojas
caen las hojas caen y todo
entonces se ve todo más
claro espacio entre las ramas
que al bosque inundan
con sus tramas de luz
ya caída desde el cielo
hasta el suelo.
Como las hojas.
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me gusta mucho, mucho =D gracias Sofia
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