jueves, 27 de junio de 2013

Todo y a ti (el domos)

(Escrito hace un año, avanzaba lo que estoy haciendo ahora, mi vuelta al campo)

Todo y a ti (el domos)

Y pude ver al ruiseñor
de día cada tarde
sin espinas se posa
entre los pinos y las rosas.


He estado allí, he recordado, voy a ir, tengo que ir, quiero ir. Quiero verme allí allá.
Es el durante, el mientras llego y no, romper la inercia lo que cuesta esfuerzo.
Se acaba de fundir la bombilla del humo, tan fría y azul como algunas sienes. Si todos hablamos de lo mismo, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo?
Desde luego este siglo, este comienzo de siglo, se caracterizará para la mirada de futuras generaciones por la proliferación de filósofos de cuchara. Entre los que me incluyo. Filósofos domésticos. ¿Es que acaso puede existir el filósofo no doméstico? Domos, tal vez la única palabra pura y naturalmente humana. La casa, el hogar, el fuego, lo que nos cubre y protege. La naturaleza es dura para el hombre, cuerpo tan vulnerable, piel tan fina. Necesitamos el domos. Construimos el domos, nos nace naturalmente el domos para protegernos de la inclemente naturaleza, de la inclemencia de la intemperie. La misma esencia de la naturaleza propicia nuestra necesidad de crearlo; ésa es la contradicción y la paradoja, pero natural, y por tanto, somos naturales, mal que les pese a algunos.

Espero que nadie
Lo dude a estas alturas.
Lo Es-pero
Sé que no es así.

Me he ido al campo
A vivir la yerba seca.
Me he ido aunque no esté allí.
Me he ido a presenciar
Mi propia ausencia.

Lloraré cuando compruebe
Que no he estado,
Pero al menos podré
Reconocerme en mis antiguos
Brazos hoy aún más broncíneos
Y potentes. Y el dorado
Me hablará de su nostalgia
Por mis manos.
Al menos oiré
Su pecho sin ira.

Me he ido al campo
Para redibujar mi silueta
Desparramada
Sobre tantos adoquines
Hirvientes y sucios, MUY SUCIOS, de negro
Polvo. El biergo o bieldo introduzco
En el montículo de compost,
Las malvas se han secado ya,
Sé que el ruiseñor me observa
Aunque durante la madrugada
Yo ya pueda dormir
En la cama de urbe
Y algún confort
Que sólo
Yo entiendo.

Todo y a ti.

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