jueves, 9 de agosto de 2012

Balsa-mar

Balsa-mar

bebo comuna cosaca maldita
sed a cuestas no hay a-dios
que me la quite tinto y te
canto implorando por una buena
lluvia, ácida no, por favor,
soles y pimienta, árida y dulce
me atragante esta plácida sed,
esta pálida sed
de orgasmo comunitario son
algodonosas las pezuñas
de mi yegua que camina
a la vera mía arena
soy sin saber cuándo
me crecieron las piernas.
El caminante que me cruza
hunde mi piel una
entraña consigo misma
blanda agiganto
la dormida de las estrellas
cuando se cierran solas
en el ojo del cíclope
dorado, ven, soldado muerto,
en mí te conservaré
húmedo y vivo.

Nadie conoce el otro
mundo yo sí existo.

Sofía Serra (De Suroeste)

2 comentarios:

  1. Qué poema tan "jodío" de leer!! Tiene un ritmo como a trompicones, me gustaría oírtelo recitar. Me gusta que requiera del lector un esfuerzo.

    Un abarzo Sofía.

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    Respuestas
    1. y a mí,jeje, que nos esforcemos al leerlo, ;)
      Es un juego que sale sin querer, Eloy, este tipo de poemas nunca debo recitarlos aunque tengan su propio tono, su gusto es sorprender al lector y romperle el hilo, que se detenga y él descubra o elija el "cómo"...sea capaz de elegirlo, quiera elegirlo, se moleste en elegirlo al menos, si no quiere hacerlo en descubrirlo.
      Y también es muy distinta la lectura en silencio que el recitado, tú lo sabes. Yo estoy educada en la lectura interior de la poesía. Siento decir que por mucho que se haya impuesto actualmente y yo misma la haya practicado o practique, aunque sólo en este medio, nada me llena como la lectura en silencio.
      Muchas gracias por tu visita, querido Eloy

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