miércoles, 15 de septiembre de 2010

A very special day


Turkish smiles or the turkey's smile (and the little dog with the bright eye)

De levante llegan trayendo con ellas sonrisas, miradas y belleza.
Este medio tiene también sus grandezas, sus grandes grandezas.
Hará unos pocos meses, aproximadamente por Mayo o Junio, durante una de esas mis breves incursiones en facebook y dado que me suscribí a la página de la universidad de Sevilla porque mi hijo por aquel entoces andaba pendiente de examinarse para selectividad, me saltó un mensaje cuyo remitente no sólo no me sonaba a nada sino hasta un poco a guasa. "Sultán "algo" se llamaba. Ya sabemos todos las trastadas que este medio o la navegación por las redes sociales pueden ocasionar. Abrí con mucho "misterio" el mensaje entre intrigada y a la expectativa de a ver qué nueva "broma" me asaltaba, cuando comencé a leer un breve pero claro escrito (en inglés) de alguien que firmaba como lluvita (así, lluvia en diminutivo, o "sultán"). Entre mi parquito dominio del inglés (siempre he creído entenderlo bien, hasta hace exactamente escasos minutos) pude entrever que no era ninguna broma. Se trataba del mensajito que una muchacha de origen turco me dejaba porque me había visto "pasear" por la página de la universidad de Sevilla. En él me decía que era una (o varias, eso no me quedaba claro) chicas de origen turco que para septiembre planeaban viajar a Sevilla para proseguir sus estudios de filología hispánica en la universidad de esta ciudad durante el presente semestre. Estaban buscando alojamiento, piso, hospedaje. Tras cruzar con ella dos o tres correos y veindo que hacía una muy buena falta de dominio del inglés, decidí pasarle la pelota a mi hijo, no por nada, no, o sí, por todo, ...una es madre pero no tonta, ;)
Desde entonces todo lo por resolver  lo han ido solucionando, por lo visto, porque el caso es que anoche llamaron, o contactaron por messenger con mi hijo, no me acuerdo muy bien, para decirle que estaban hospedadas a escasas dos calles de este domicilio, ¡menuda sorpresa me llevé!
En fin, que las preciosas muchachitas, cuya abanderada a través de este medio se atrevió en su día a contactar con una desconocida en busca de cierta posible ayuda, o al menos guía para orientarse en su proyecto estudiantil, hoy me han hecho una visita, trayendo con ellas un gran ojo turco que preside desde este mismo momento la mesa central de esta casa, una cajita con riquísimos dulces provenientes de Ankara y sobre todo su simpatía, calidez humana y belleza.
Un soplo de cálido y rico levante para este cuarto que hoy se ha visto así de bien acompañado.
El cuarto, y el hijo de la del cuarto, claro, ;)

De izquierda a derecha: Ayge, Sultan (sí, lluvita), Mehtap y Gagla (lleva en la segunda "g" un guión superior que no puedo escribir con este teclado). En medio, mi hijo, Manuel, al que obligamos entre las cinco a sentarse en medio; en su honor hay que decir que él no quería. Ahora han ido a ver el piso y esta mañana ya han podido activar todos los líos de los móviles para poder hablar con sus familias...Sí, debo decir que me quedo mas tranquila sabiendo del buen intérprete y guía que las acompaña en todas las gestiones pertinentes.
Tengo seis meses para retratarlas, practicar el inglés de camino, y gozar viendo cómo aprenden el español. Estas cuatro desde hoy mis preciosas niñas turcas, mis cuatro bellezas. 
Este medio es que tiene sus ventajas, sus felices ventajas.

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