jueves, 6 de noviembre de 2014

El sí

El sí

Cómo nublar el sentido
del cielo raso y sin nombre,
cómo ocultar la luz
sino es con mis puños
cómo poder no poder
defender lo que es cierto
y me atora la garganta
si el aire y mis pulmones
son lo mismo cuando lloro
como el cielo llueve cuando se nubla
el sentido de las cosas y se ve
holgazanear al tiempo
que no me ayuda pasando
deprisa como las nubes huyen
ante la presencia de los rayos
del sol y tu luz cómo nublarla
sino es con mis manos
y con mi lluvia.
Cómo no llorar con ellas
y ser agua que recorre las calles
hasta tu avenida hacia
mí.
Cómo no llegar a dormir
mientras la ciudad despierta
y así no llorar, ni llover
ni huir de mí misma.

Cómo negarme.
Cómo negarte.
Cómo negarlo.

Cómo no
decir sí.

martes, 4 de noviembre de 2014

Jardinera

Jardinera

Hoy el tiempo sin embargo
se hace más lento,
cualquiera sabe de sus biorritmos
si ni siquiera sé yo de los míos
o los tuyos, el tiempo,
repito, se ha lentizado.
No dejo de preguntarme
quién se ha separado
ya yo de él,
tú de mí
yo de ti,
él de ti
tú de él.
O él de nosotros.
Somos cuatro
aun sin parecerlo,
aunque sí padecerlo.

Este cansancio de abandono,
huerto vacuo niego
el exento jardín pasado
extenúa el sueño.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Convaleciente

Convaleciente

Suavemente asoman
los dardos verdes, caen
a plomo sobre el iris
clavando la preñez
de un estado de esperanza.
Convaleciente convengo
con mi vientre en el réquiem
por un pasado tan lejano,
los errores cometidos
ahora nacen remediados.

Y remedo con mi sombra,
que sí me pertenece
y a la que domino,
cuantas veces entorpezca
el camino el cansancio
por la desventura, el exilio
desmesurado de tu cuerpo
en estas noches mías — y de mi sombra—,
tan quejosas, tan enfermizas, tan a luces
del alba que renace. No hay dolor
que por gozo no llegue. La partida
vuela siempre el ave de retorno.

Como las cigüeñas de un norte.

Del amarillo al rosa escribo
tiñendo los días grises
de negro y rojo,
nuestros jóvenes colores
de duelo por el ayer
que vivos hemos muerto
de amor por un hoy,
que ya nuestro y no yerto.

jueves, 30 de octubre de 2014

Distinción

Distinción (Del don de oro)

Sin embargo alguno
digo que no es oro todo
lo que reluce se llama
tomillo, cantueso, jarilla, cardo,
pinchos
laceran las tibias tiernas
trituradas entre las ruedas de dientes
del gobierno de los hombres
que no saben nombrar,
que no asimilaron
el sagrado don,
el que nos distingue de los conejos
que persigue Lupita
por todo el monte dorado,
que no es oro, como ya dije antes,
sino son
yerbas secas pero aún olorosas,
aún saben amar,
aún saben hallar
el mineral precioso de mi conciencia,
y así puedo seguir
amando al ser humano,
distinguir
la dorada paja en mi ojo —y en el de Lupita—,
sanarla y sanarme
distinguiendo
los seres humanos de las humanas
bestias carentes
del don.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Son de este día

Son de este día

Días como aquellos
me persiguen aminorando el lecho,
la sentencia de la densa muerte
de lo malhadado,
porque toda huella
se hunde sobre sí misma
proclamando la blandura
del barro, la tierra grande,
a donde todos también volvemos
como huellas tiernas
sobre el tiempo.

Son de un día
como ese son
tus avenidas circulares.
Así, como sin pausa
ni marca, llega la alegría.

lunes, 27 de octubre de 2014

El balance-0

El balance-0

Lo paso muy mal.
Quiero irme a la Gran Puñeta.
Estar siendo
hilo y forma
del encaje
de la bocamanga
de la vestimenta
de los gigantes.
Dejar de estar
para figurar-
-me seda
su altura
y la falta de oxígeno.
Dejar de estar, dejar
de estar dejar de
estar de ser
dormir
de ser
Sofía.

viernes, 24 de octubre de 2014

Todo se escapa

Todo se escapa

No sucede cuando quieres
si-no es no
voluntad del destino.

Todo se escapa
y elude quedarse
enramado en la copa
del árbol ya sin hojas.
Como en la yerba todo
se queda nivelando
el ras del verde con el filo
blando de la gota
de rocío y el brillo
de la luz del sol
destellando estrellas
para las bacterias:
un mundo invisible
pero existente,
un mundo que no se deja ver.

Ni gastar.

Así, me voy al campo
a pernoctar con la gramínea,
con la piedra y con la rama
rota así me voy al campo
a rezar con los salmos
de la tierra así hundo
mis miserias en el barro,
en el limo de aquel río
que hoy no veo aunque vislumbro
con mis ojos ocultos
que ya me llevan
hacia el campo
de el paraíso imperdible.

Señor, si aún no me has entendido,
no importa, la rata no aspira
a ser
comprendida. Solo vivimos
para lograr ser más pequeñas,
más grises, más perdidas
entre las piedras de la valla,
menos vistas, más invisibles
y silenciosas.

Y escapar.
 
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