domingo, 30 de septiembre de 2012

Desde fuera

Desde fuera

Más una penumbra sola
más una penumbra, dos
y no más, seña
y santo de aquí
no inhuma
y el mar no entierra.

Y llegarán gigantes damiselas
a entolar el cielo
con sus pastizales húmedos
y el fru-fru de sus sedas
espantará al sonido acuoso
de tu oído.
Y ni una habrá que lacere
la piel de tus mejillas
cabalgarán
a lomos del miedo
llevándoselo con sus faldas
más allá de la esfera de poniente
volverán los exógenos centros
a rejuvenecer el tronco salino
de tu semen
y ni tú ni yo
volveremos
a sucumbir
solos desde dentro
sólo uno solo
dentro de este incómodo
e inhumano universo.

Aplastaremos a la noche
hasta amasarla pan de ángel.
Estamos enfermos de sed
y lamento huérfano de oídos
comunicando adioses cuando
sólo ellos asienten soledades.

Sofía Serra ( De La dosis y la desmedida)

sábado, 29 de septiembre de 2012

Fondeadero

Fondeadero

no es necesario el soplo
ni la condena de tus lentos
y grávidos paisajes que se ausentan
a babor y a estribor olvido el acicate
de este verte y no verte venir
hacia el pozo de estrellas.
me pregunto dónde,
me pregunto cómo,
me pregunto ostiones
adheridos a tu casco
cuando llega al fondeadero
hacia donde caminará
la lenta acogida de la arena ahora
que planeo sobre el mar abierto
como mis piernas se abren
como el compás que abarca
el ancho de la mesa donde
los mapas del tiempo
se extienden sin caer al piso
de madera.
Y yo todo veo a través del ojo de buey…

Me descuello en graveros
de senderos habituados
al paso de las naves de agua
sobre la cubierta de esta sentencia
adosada a la quilla de las estrellas.
Que también se cansan.
hace tiempo que me despertó
el estallido de tu llegada,
mas no debatí con tus ojos
la medida y ahora los fuegos fatuos
iluminan los mástiles
del aire azufrado,
poemas queriendo dejar de escribir
poemas en el suelo
de un día que se sienta
en la borda de mi vida.

Sofía Serra (De Solenostemon)

"El hombre no ha concluido", un poema de Batania

El hombre no ha concluido

¡Cómo estiras la trenza de los meses!
¡Cómo asomas tus brazos de garganta
ante la pluma sorda del jilguero!
¡Cómo al perro le llamas perro, al loco loco
y al hombre injusticia!

No quieres hacer la vida que te toca.
No quieres copiar el verso que te sabes.

Quieres hundir tu hereje en los papeles,
quieres matar tu cansancio de puentes,
quieres decir en este mismo minuto,
ahora que duermen los otros,
que el hombre no ha concluido.

¡El hombre no ha concluido!

(Argüelles,
veintisiete y cuarto de Noviembre,
seis en punta de la mañana).

Batania. Neorrabioso. Poemas y pintadas. Ediciones La Baragaña, 2012

viernes, 28 de septiembre de 2012

"Melíferas", un poema de C. K. Aldrey




Melíferas...

Mis ojos en tu pecho
tus piernas en mi espalda
Vuelan las melíferas
alrededor de tu boca
chupan la saliva
-que no es miel sino vino
y luego en sus aguijones
cubiertos de pelillos oscuros
llevan a la reina el elixir
que la inmortaliza
a su celda
defendida por enjambres
en el atardecer que se oculta
entre los árboles
Tus manos en mis brazos
mis huesos en tu cadera
Regresa la sinergia
y conjura los sonidos
de batallas
con mis labios recorriendo
tu pradera rojiza
de otoño inesperado
Entra a tu alcoba
de cirios perfumados
-L'nuit d'ete
mientras murmuras
a mi oído
la sentencia de Bukowsky
tenemos que morir
más de una vez
para realmente vivir
Como las abejas
cuando mueren y resucitan
en esos ciclos de amor
despiadados
e inyectan
con el beso de la muerte
la dulce fragancia
de la miel…

C. K. Aldrey

El silo

El silo
Mis poemas traicionan
el futuro del pasado
pero no el horizonte.


Espejos buscaba la muñeca ansiosamente,
espejos donde sentirse atrapada
víctima de la luz y de las otras muñecas
que rondaban a su paso por la estela
que las flores dibujaban, un manojo
sobre la yerba verde de día y plateada
de noche como otro espejo
o sol inventado

llega amor rondando por
por la fría acera.
llega amor enervando
aristas de pan duro.
en masa tierna
y blanca, kaolín
de gurumelos,
la espantada se asienta.

¿y a este paso, a esta hora
tendré que renegar de todos
y cada uno de mis versos?
mi dios único e ineluctable,
mi cárcel y mi congoja,
mi tren marcha
abordo ha de mí misma
¿hasta cuándo me cansarás,
harás fritada de las esquinas,
esas en las que te busco como
cierva con los ojos fuera de sus órbitas?

Yo soy creyente de mi hermano,
¿hasta cuándo se eternizará mi apostasía?

Dueña de la más ciega de las luces,
fiel de la religión que se construye
realizando constante repudio:
la fe que se proclama
en la más humana
de las paciencias.

Galileo sin torquemadas,
poesía blanca para la más perfecta de las noches.
poesía roja para el hogar encendido
de las claras esferas.
poesía crujiente para mi risa.
poesía espléndida para todos.
poesía verde como el aire de la ortiga
y la numismática de un día de primavera.
¿A dónde irá la fuente si no tiene piernas?
Y sin embargo, se mueve.

El silo, ¡el mar!,
¡el mar!...
Y tu alegría.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)
 
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