lunes, 22 de septiembre de 2014

Matiz otoñal

Matiz otoñal

Palpita la hoja
cruda devorada
por los amarillos
de su creadora:
la luz del sol
prende los silos
del cielo de otoño.

Aromática muerte de la flor,
roja rompe y vence
el muro del hielo
sordomudo.
Está callada tan a brumas
tan a solas,
tan entera, tan negada.

El caracol estirado,
la luz en la espalda,
el sobresalto mulliagudo,
la vivencia del dolor
y el mutismo. Sobre todo
la mudez que todo lo habita:
vencerás sin luchar.

viernes, 19 de septiembre de 2014

La fuerza

La fuerza

Hay personas que caen
por su propio peso la caída
posee símil de abismo
donde figura la verdad
—gobernamos con juncos
mientras ella se bate en retirada—.
No depende del fulgor
de las espadas se alimenta
de su pureza, de su sacralidad.
Seamos honestos:

las puntas se hunden
los hincos en el cuerpo
sagrado de la tierra,
la compañía, su compañía,
el sol, la luz, la noche,
las estrellas, la tormenta,
el granizo, la yerba seca
desmentida por el viento
del estío, los orines
de los perros, los túneles
aventajados por las bocas
de las lombrices y sus anos,
toda
su enorme compañía
se alza en lanzas
enhiestas son
de guerra defensa
haced de lo que en silencio
os pida
la huella sobre la rosa
y dura tierra del verano.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Despertar arqueológico

Hace tiempo que me di cuenta de que entre todos mis poemas de los sucesivos poemarios son numerosos, o al menos constantes, esos que aluden a la arqueología, a la historia (y prehistoria), normalmente inspirados entre otras cosas en obras de arte antiguas.  Como también se reparten los que se inspiran en el campo, en la noche, en la mañana, en la ciudad etc. A veces me asalta la idea de deshacer todos los poemarios y clasificarlos por temáticas (así conforman poemarios muchos poetas). Nada que objetar, salvo que no es mi forma. El poemario tiene entidad por sí mismo porque él mismo se la otorga, y yo lo respeto intentando apuntalar más firmemente su diacronía con sus tonos, no siempre con éxito, resulta obvio. Pero no puedo evitar sorprenderme cuando, corrigiendo lo que un año antes fue escrito, contemplo el concepto desarrollado sin que yo misma me diera cuenta o fuera consciente. Así, ahora compruebo que este "Diario de mañana" o "Extinción de ruina" (no sé muy bien aún qué nombre llevará al final) es un puro canto a la muerte. Como siempre intento darle la vuelta a lo doloroso o a eso feo que ven/vemos los humanos (algunas veces, darle un par de guantazos) bastante equivocadamente.


En wikipedia


Despertar arqueológico

Apenas tener nombre de hueco
o suma de melancolías
que se escalonan unas
sobre otras se admiten
pisándose los talones
hasta que forman la falsa
bóveda o cúpula del túmulo
enterrado con su verdadero
túnel abierto al campo claro
del día. me vi en la yerba
blanca del agreste agosto
meditando sobre la máscara
agamenónica de tu fecunda
risa, tu ara votiva a la alegría
de la mañana.

Despertar y estremecer
al calor, la calle, aun negra
y naranja, me avisa
de tu urgente destino de hombre
feliz y en calma,
y yo contigo,
como los amantes esposos
etruscos retratados
en su tumba.

(Sofía Serra. Sept. 2013)





miércoles, 10 de septiembre de 2014

Per-sé-fone

Per-sé-fone

me queda aprender a descansar.
Besos de alegría busco
sombra en el estío, luz
ante el espejo, suelo
de otoño, abrigo
en invierno a las flores
por nacer.

Aprendiz de dudas.

Está naciendo la sierpe
lozana manjar de lutos
y luz de estepa nocturna.
Sea por una vez pasta
y densa semilla de hielo
que deposito en tu labio:
se inquietan las raíces
cuando me tumbo se tornan
graves los aullidos
de la tierra, cada terruño
esconde dentro de sí
la gota, el fuego hilarante
que de tu boca emana:
la salvaje demencia
de una química sostenida
por carne y huesos,
un cuerpo con son de persona.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La farola

La farola

Apenas tres horas de noche
dormida, me siento dando
tumbos sobre mis orejas,
ora llega el día que tengo,
ora el que sueño contigo,
borracha de cansancio.

Ya no sé si ebria
de vino, de ti,
de falta de mí
o de mí de sobras
entregada.

De amor, seguro,
a lo que sea
quiera ser y estar
entre tú y yo,
como esta farola
a la que me abrazo.
 
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