El pronunciamiento
Estoy, y estar es recia
estancia de la tierra dura
bajo la blanda nalga
en la que se clava
mi picuda osamenta,
¿por qué articulas
sobre enhiestas subvenciones?
mas mi contrito parecer
nada tiene que decir
en este tipo de situaciones
tan tuyas, tan dadas
a la semántica de las acciones,
a la gobernanza fisionométrica,
la nomenclatura de tu rostro
ajado por la intemperancia
de los purgantes actos,
de los elementos vivos
como semovientes de todos
los inviernos aunque sople
el verano calmo entre tus dientes
silabeando arena y costra dulce
de sal marina y gruesa
adobando ciertos labios,
sonidos ciertos y sonrisa
cierta, certera alegría
y certeza de blanda ternura
que el pronunciamiento
de tu cuerpo me proporciona:
efigie de sanos huesos
y útiles palabras para el santo
nombre de tus nalgas.
de culo, cuesta abajo
y sin freno nos deslizamos
por el mar de lava ya tibia
y el barro blando y sereno.
domingo, 21 de julio de 2013
jueves, 18 de julio de 2013
Las víctimas y mis dedos (seis eran seis)
(Hacía mucho tiempo que no escribía un poema así)
Las víctimas y mis dedos (seis eran seis)
Tras ciertos asomos
de dudas, mis dedos
se posan sapientes,
teclean las letras,
se erigen valientes,
recogen la riada,
la pausa, el censo,
la nube, la yerba,
el lamento lento
de la oriente tierra
blanca y extendida
sobre cuatro puntos
ordinales, mapa
de ningún ensueño.
mis dedos seducen,
mis dedos deducen,
mis dedos reducen
a plano, ordenan
y mandan, dirigen,
sentencian la muerte,
mis dedos verdugos
victiman mi mente,
rehén sin prejuicio,
sin norma y sin tabla,
bendice el destino
de tan blanca batalla:
aquí, el soldado,
ahí, el paciente,
y por todos lados
el aspa espectáculo
del cruento deseo:
llegar, lograr ser
seres siempre amados.
Las víctimas y mis dedos (seis eran seis)
Tras ciertos asomos
de dudas, mis dedos
se posan sapientes,
teclean las letras,
se erigen valientes,
recogen la riada,
la pausa, el censo,
la nube, la yerba,
el lamento lento
de la oriente tierra
blanca y extendida
sobre cuatro puntos
ordinales, mapa
de ningún ensueño.
mis dedos seducen,
mis dedos deducen,
mis dedos reducen
a plano, ordenan
y mandan, dirigen,
sentencian la muerte,
mis dedos verdugos
victiman mi mente,
rehén sin prejuicio,
sin norma y sin tabla,
bendice el destino
de tan blanca batalla:
aquí, el soldado,
ahí, el paciente,
y por todos lados
el aspa espectáculo
del cruento deseo:
llegar, lograr ser
seres siempre amados.
Un libro mío
Un libro mío
Libro fotografiado: Cuadernos de un poeta en Mazagón. (Divagaciones sobre la arena). José Antonio Moreno Jurado. Baile del sol, 2013.
Me llamó primero por el nombre geográfico al que alude su título. Su portada me agradaba sobremanera. Al acercarme al contenido (reseña de la editorial), ya supe que no podía hacer otra cosa más que adquirirlo, así, adquirirlo, hacerlo libro mío, en mis manos, físico, y no cedido o prestado. Mío, como siempre he necesitado los libros.
Ayer lo pedí. Ha tardado un click de mundo. Esta mañana ha llegado.
Al abrirlo al azar ya me ha dado el primer aldabonazo, ¡resulta que soy atea!, y yo sin saberlo, siempre dudando de qué soy. Las reflexiones de Moreno Jurado en torno al ateísmo me han permitido nombrarme, incluirme por fin en algo. Tanto desaguisado hacen los usurpadores, los secuestradores de la palabra, de los conceptos. En el ateísmo también existen integristas, sí señor. Sino que entonces ya no son ateos.
Después lo he fotografiado, cuatro o cinco disparos. Al final el que me llena es el de una toma en horizontal, jamás he hecho una foto de libro en formato horizontal. Debe ser que me recuerda el mar. Debe serLo.
Mientras vuelco y abro los disparos en el ordenador, vuelvo a abrir el libro por donde él diga. “He vuelto a ver a la camarina”, él habla, y continúa especificando dónde: la cuesta de Maneli. Entonces ha sobrevenido el borboteo en mi interior, ese que no me espero, ése que, ante mi mismo asombro, rompe en lágrimas, una emoción de reconquista.
Por la cuesta de Maneli se baja a la playa de (mis) Los cabezos amarillos.
Este año está siendo rico de dones y aciertos en nuevos libros, y, quizás, de otros asuntos.
Libro fotografiado: Cuadernos de un poeta en Mazagón. (Divagaciones sobre la arena). José Antonio Moreno Jurado. Baile del sol, 2013.
El primer poema del mundo
Toda sombra siempre transparentará el color predominante de su entorno, y triangulará entre la posición del sol, su árbol padre y el plano donde se proyecte para lograr ser fiel a los tres. La sombra es el sincretismo perfecto, porque es gris en entornos polícromos equitativos, sabe matizar. Porque en ella son posibles los matices, conduce al conocimiento. La luz es la Inhumana, como bien dijo Canto para esta era. La sombra, la Humana.
La sombra es la primera reducción al plano de nuestro mundo de cuatro dimensiones. La sombra es la primera obra de arte, el primer poema del mundo.
miércoles, 17 de julio de 2013
Abisal
Abisal
Si creciera, vería
una boca enjaulada.
Quizá por eso mismo
no quiero mirar por encima
del hombro, o no sé,
me resulta ajeno, no tuyo,
desentrañablemente
oblicuo, propio de los dioses
malignos, yo y mi versión
de ti, qué ingenuos páramos
tan llanos. ¡Y tan libres!
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