martes, 2 de octubre de 2012

"En tiempos difíciles", un poema de Heberto Padilla

En tiempos difíciles

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque
que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
esta es, sin duda, la prueba decisiva.

Heberto Padilla, de su poemario Fuera del juego (1968)

lunes, 1 de octubre de 2012

Otoño

Otoño

Como queriendo escribir otras palabras,
como posándose las hojas sobre la tierra
aún caliente del verano,
los árboles la abrigan
previendo el frío del invierno,
así yo me desnudo y declaro
mi fronda caída y me consuela
el gesto de la naturaleza
al protegerte con mis palabras
que hoy yacen
para que tú despiertes
algún día.

Sofía Serra (De Solenostemon)

domingo, 30 de septiembre de 2012

Desde fuera

Desde fuera

Más una penumbra sola
más una penumbra, dos
y no más, seña
y santo de aquí
no inhuma
y el mar no entierra.

Y llegarán gigantes damiselas
a entolar el cielo
con sus pastizales húmedos
y el fru-fru de sus sedas
espantará al sonido acuoso
de tu oído.
Y ni una habrá que lacere
la piel de tus mejillas
cabalgarán
a lomos del miedo
llevándoselo con sus faldas
más allá de la esfera de poniente
volverán los exógenos centros
a rejuvenecer el tronco salino
de tu semen
y ni tú ni yo
volveremos
a sucumbir
solos desde dentro
sólo uno solo
dentro de este incómodo
e inhumano universo.

Aplastaremos a la noche
hasta amasarla pan de ángel.
Estamos enfermos de sed
y lamento huérfano de oídos
comunicando adioses cuando
sólo ellos asienten soledades.

Sofía Serra ( De La dosis y la desmedida)

sábado, 29 de septiembre de 2012

Fondeadero

Fondeadero

no es necesario el soplo
ni la condena de tus lentos
y grávidos paisajes que se ausentan
a babor y a estribor olvido el acicate
de este verte y no verte venir
hacia el pozo de estrellas.
me pregunto dónde,
me pregunto cómo,
me pregunto ostiones
adheridos a tu casco
cuando llega al fondeadero
hacia donde caminará
la lenta acogida de la arena ahora
que planeo sobre el mar abierto
como mis piernas se abren
como el compás que abarca
el ancho de la mesa donde
los mapas del tiempo
se extienden sin caer al piso
de madera.
Y yo todo veo a través del ojo de buey…

Me descuello en graveros
de senderos habituados
al paso de las naves de agua
sobre la cubierta de esta sentencia
adosada a la quilla de las estrellas.
Que también se cansan.
hace tiempo que me despertó
el estallido de tu llegada,
mas no debatí con tus ojos
la medida y ahora los fuegos fatuos
iluminan los mástiles
del aire azufrado,
poemas queriendo dejar de escribir
poemas en el suelo
de un día que se sienta
en la borda de mi vida.

Sofía Serra (De Solenostemon)

"El hombre no ha concluido", un poema de Batania

El hombre no ha concluido

¡Cómo estiras la trenza de los meses!
¡Cómo asomas tus brazos de garganta
ante la pluma sorda del jilguero!
¡Cómo al perro le llamas perro, al loco loco
y al hombre injusticia!

No quieres hacer la vida que te toca.
No quieres copiar el verso que te sabes.

Quieres hundir tu hereje en los papeles,
quieres matar tu cansancio de puentes,
quieres decir en este mismo minuto,
ahora que duermen los otros,
que el hombre no ha concluido.

¡El hombre no ha concluido!

(Argüelles,
veintisiete y cuarto de Noviembre,
seis en punta de la mañana).

Batania. Neorrabioso. Poemas y pintadas. Ediciones La Baragaña, 2012
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.