lunes, 13 de agosto de 2012

"Balsa-mar" en Letras Macondo

Poema.
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Las perseidas noches

Las perseidas noches


que ni dormir me consienten

el calor avariento duerme hombres
y adoquines, se rebela abreviando
el ritmo vital consanguíneo
y correspondiente de clara luz,
la opacidad sucede al orto,
como si el sol se hubiera consumido
y cayera el telón del escenario
sobre la esperanza.
Queda algo por hacer y no soy yo.
Descansan tranquilos
el poder del usufructo y
la menoscaba en las huertas.
La tartamudez de este verano
convive con la grave sombra
lenta y gruesa, como si el orbe
se hubiera inflado y contenido
en cláusulas de gomaespuma.
Duermen los lechos hinchados de noche
hueca, evacuan sus tripas de muelles,
vomitan el calor de látex
que suelda pieles a las aguas
saladas de las sábanas.

Se desalienta el aire inútil
de un mundo que se ha estropeado
y hemos dejado en la acera
del dominio. A salvo las barrigas
se desplazan como globos oculares
torpes y grávidos recorriendo
el curso de las descarriadas
calles, plazas y playas.

Nulos transeúntes,
oscuridad en el misterio,
negación de dioses.
No se hace el día.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

domingo, 12 de agosto de 2012

Decisión

Decisión

Te regalaría mis pestañas
si destacaran por su espesura,
su largueza o curvatura
como la de los abanicos
que volteaban el aire
en mano de los esclavos
en tiempos de ayer,
hoy mis párpados.

la luz en la sepultura,
un rayo indeciso de sol
luciendo la piedra
y encima la jaula
con algún jilguero
que olvidó comer las cinias
que para él fueron sembradas
afuera.

las noches son las leales
compañeras de los signos
sin desciframiento posible.
Un lugar no llama al canto,
un panteón sólo adora a dioses
muertos o de piedra,
el cielo azul escoge
la nostalgia
y la separa lentamente
de mi piel.
Duele tanto aire puro bajo la epidermis.
Pero los pulmones sonríen
pletóricos.

Y se acabó,
de hoy no pasa
hasta mañana.

(Sofía Serra. De La exploradora)

sábado, 11 de agosto de 2012

Mac-jarta

Llevo dos días con las manos, y hasta los pies, enterradas en el mac (una semana con la cabeza también). Ya sólo me falta solucionar esto:

http://www.macuarium.com/foro/index.php?showtopic=351083

A lo que espero poder dedicarme hoy.
Muchas gracias a todos los que me habéis escrito al correo interesándoos. Como me sale la informática y la electrónica por las orejas,  no abundo en detalles, al menos por ahora.
Buen fin de semana de agosto caliente, pegajoso y denso como una estrella de neutrones. 


viernes, 10 de agosto de 2012

Solenostemón I

Solenostemón I

De qué querré yo hablar
que no seas tú.
Para qué nací si-no
es para hablar
de ti.
Por qué solucionaré si-no
es para verte venir
bajo tu camello de estrellas.

un hombre se sitúa en la esquina
opuesta del universo
¬-es cuadrado, como nosotros-,
habituados a su soliloquio
no lo oímos.
Las sienes se nos abren
y nos nacen las agallas
sin blindaje.
Bucearemos a pulmón
abierto y libre alas
sales del océano
con toda su efervescente molestia
y superaremos el escozor
de la huella indeleble del atisbo
del centro de la coraza imantada
antes de que naciéramos
sobre este colchón de muelles
herrumbrosos y chirriantes
vértices de la materia
en su aposentadero provisional
camino de la vía de la muerte
en el otro
aire,
sol
en el cuadrado y un nombre vigoroso
y húmedo para las plantas
de nuestro pies
que se posan como plantígradas
osas en la vertiente arenosa
del paraíso en la Tierra.
nuestra labor de humans, baby,
concita
esmeraldas fúlgidas,
minas de carbón sellado, conmiseración
sobre lo que no poseemos
traducida en el borde (borde, afuera)
de la envidia nauseabunda, el miedo
feroz y horror vacui en nuestro hemisferio
celeste, qué más, qué más quieres, bendito
hermano que tu hermano a tu lado
y sus ojos respondiéndote
como centelleantes mansardas
donde puedes descansar tus miembros
y tu corazón blando de hombre sin medusa,
sin fehaciente sortilegio
porque piedra jamás podrás ser, ni siquiera
habitante de una tierra
mediocre.

me claudiqué,
quise cerrar,
cerré.
me olvidé de mí,
cantarás si grito a toda voz
de tu boca.
no resuena sobre cada piedra la escarpada
lumbre, y la cordillera, ya la ves
cómo se dobla y se extiende a tus pies
adorándote, hombre mío, ¡yo misma hombre!
Llorarte me fue regalado, deja
ventear tus sales, orear
la flama de tu apéndice
encendido, reventar en el orgasmo de luces
que al universo deja ciego, tu abrazo
de amor inteligiendo
tu miseria de átomo moribundo,
qué digo átomo,
quant, ni atisbo bendecimos, mas
sólo nos tenemos
a nosotros.

amén.

Sofía Serra
 
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