Título de la fotografía: La flor de mi secreto
Del alba de la roja llaga
Alba, alba, que la noche ahueca el ala, alba brava/
que me desarma haciéndome/
de ancho mar, de río grande, de calma caliente en silo de nido/
en verte y llegarte sobre este simple destino/
que une, reparte y clava el sentido/
en la cruz, en mi suerte, en mi centro tu vida y mi llaga./
Y el nudo al común verbo, suerte/
y paso de mi quimera al averno va un soplo,/
y aire no encuentro, y galga abierta que llega y que llega,/
que corre y que vuela por donde el amor hace:/
tal vez por la nada, tal vez pura,/
sólo segura con nombre oculto a voces./
Que yo ya sin miedo me quedo,/
arrancada al viento, goteada en suerte,/
en puro muerto peso donde/
se desmadejan estos dedos perversos,/
estos dedos ciclámenes auroras de naciente mundo/
se diluyen como guardas de espinas acechantes sobre este sol. A esta guarida/
de hembra común, solana, levantisca y quieta se acercan./
Corta./
Pulso incierto, nervio aterido de frío bajo el astro de potente rayo./
¿Por qué no me abrigas?/
Miedo sin acopio, de dolor sin/
asomo de descanso, suma, bienvenida a/
este parto por dentro, me parto, me desgajo, me destronco de mis células internas en la buena muerte del espejo dorado que atraviesa/
mi vientre de parte a parte hasta romperme en dos, diez, un millón de mí.../
Y echo mano. Y otra mano, y no recojo ni ninguna ni nada./
No-doy-abasto./
Estos dedos, estos dedos/
que han dejado de ser carne o ley de éstos desleídos en el aire sin olor de llama./
...Que me abandona, ¿que debo abandonarlos?, que me abandonan./
Que del aire se han hecho.../
Los esculpiré en la piedra, como la cumbre llaga come/
la cumbre boca que no atraviesa a la llama, de piedra/
callada, dura y fuerte como roca: roca quebradiza, roca que te quejas, roca gime, roca viento y muerte,/
roca, roca lesa, roca nada./
Desarmada./
Como la ola abierta en la playa... ¿qué quedará más que espuma así seca, absorta, tan sólo sorbo para la arena de la orilla?/
Voy, voy, voy al porvenir, a las duras suelas, a la llama viva,/
a la carne prieta./
Ven, ven, ven, amor,/
a quebrar el horizonte, a saltar de vela en vela,/
que no hay nada más vivo que su sonora llaga./
Voy, ven, vamos ya, amor,/
que veremos cómo los geranios se rompen en flores llamas./
Cumbre de llaga, enterrad. Cumbre de llaga devuelta/
de empacho de luz,
de amor llama llega la inocente llaga. Roja. Generosa. Viva.
...Qué bonito parirte, mi flor, ¡qué bonito!.../
Qué bonito y cuánto vivo./
Cuánto vivo, dolor, cuánto vivo aunque tanto ya muera./
Sofía Serra, 14 abril 2010
(Este poema lo he terminado de escribir con la intención de regalárselo a mi amiga Eva Márquez con motivo de la presentación de su poemario "Retales de estrógenos". Leer más aquí.)