lunes, 2 de noviembre de 2009

Ver el mar


Título de la fotografía: Ver-mer

Esto no es nada. Si poema, ya sabe más que quien esto escribe

A las costuras de esta zafra se me adhieren vuestras embestidas,/
como salvaje y tierna desmedida de lo que ya no solicitáis, la alegría y el proclamo de una era/
que nace mudada en paquiderma sirena de ojos claros/
y voz ausente./
Observad la canallesca intención de la mar que la abandonó fiada en la arena,/
contemplad cómo sus miembros se entumecen a fuer del goteo insaciable/
de sus lentes irisadas, ya tornándose en entretelas/
de grises escamas, coraza contra el aire,/
gesto solícito de que no fue más que la agonía la que la dejó sin mar,/
sin silero desierto desde el que cantar su mistérico proclamo./

¿Qué obtuso porvenir cimenta los longevos eriales?/
La mar de las vetas claras./
Porque es trabajadora, porque conoce la verdad de los hombres,/
porque asume, consuela y engendra y pare como jirón secreto de sí misma/
su contumaz consuelo depositado en el eterno de su abrigo, la orilla,/
el juramento sobre el que la luz atestigua la existencia de Ellos./
Cantos rodados sin externa visión que los contraríe,/
tan sólo cantos,/
tan sólo cantos , yuxta-opuestos ni engarzados, melodías del aire sobre el aire,/
embriagados del aceite vital de su denso/
gemir bajo el mar... bajo el mar,/
nacen a veces las piedras convertidas en Poetas.
/

Sofía Serra, Todos los Santos 2009

jueves, 29 de octubre de 2009

Retrato a la luz del sur


Título de la fotografía: Abiertas desde el amanecer

A María Rosa García Castillo jugando en la yerba, poeta en la sombra y amiga

Ya no te espantan las arrogancias, ¿verdad?
Ya mojó alguna que otra vez tu cabello
la lluvia atormentada por el suelo de agosto.
Ya quebró el suspiro al sol que bebió de tu manto de agua salubre descomponiéndote en dos , o tal vez tres, renegando/
de su misma suerte por enredarse a tu cintura para no lograr volver a desprenderse./
Tu empresa es más solitaria,
tu descenso más acuciado,
las leyes de la gravedad pernoctan para poder hilvanarte antes de que llegue el albor./
Entretejen su profundo sueño bajo las cárcavas de tus huesos y tus raíces en penumbra/
para no despertar a esta alterada vida que aquilata, fríe y espanta
a las luciérnagas de la noche.

...Y la llaman muerte.
¿De quién sino de los otros?

Sofía Serra, Octubre 2009

"Rastros sobre el agua", selección en Almiar

Pedro Martínez me propuso mostrar en su revista Almiar una seleccción de algunos poemas y fotografías. La he titulado, "Rastros sobre el agua".
Picando AQUÍ puede accederse a ella.
He escogido esta fotografía del año 2006 como portada.



miércoles, 28 de octubre de 2009

Ars domestia


Picando AQUÍ se pueden ver las fotografías una por una

Hace cientos de años, cuando aún no se había inventado la luz eléctrica, ni casi la fotografía...bien, sin exageraciones, recomienzo. Hace unos ocho años, cuando iniciaba mi andadura fotográfica por este medio y casi me iniciaba en el mundo de la fotografía digital, comencé por exponer un conjunto de fotografías que constituyeron todo un éxito. Entonces no atiné a encontrar explicación posible dado que ni mi trayectoria era conocida ni, mucho menos, casi existente, aunque pronto intuí la explicación. La titulé, muy ingenuamente, "Visiones de un ama de casa". Pronto comprendí la expectación ciertamente interesada que ambos expresiones conjugadas despertaban en una gran mayoría de espectadores, posibles disfrutantes o amantes de la fotgrafía en general. Para no andarnos con rodeos, se trataba de puro morbo, expectación enfermiza ante no se sabe qué, o sí.
Hoy, a la luz de las esperanzas intentadas, parafraseando uno de mis versos, y gracias, sino a dios, si a algunos seres humanos, el hecho de que un ama de casa exponga sus ¿qué son si no las fotografías?, visiones, no despierta más que un posible, o nulo, interés natural por aquello que es simplemente fotografía, tal vez poética, pero sólo fotografía.
Dicen que fotografiamos lo que más cerca tenemos, y que para ser fotógrafo no hay que andar recorriendo paises y continentes. No soy yo la que me voy a definir como fotógrafa, pero al menos puedo reconocer que cualquier cosa de nuestro entorno es susceptible de ser fotografiada más o menos bellamente, esto es, con sentido, de fotografía.
Esta recopilación, reúne un número muy pequeño de cuantas he podido hacer a lo largo de estos siete años (posteriores a esa mi "primera exposición pública" ) referentes al mismo escenario, es decir, el hogar, la casa de una, tal vez su lugar de trabajo, y seguro, mucho más.
Variadas en tratamiento, revelados,encuadres y hasta perspectiva interior, no hay más pretensión al exponerlas que la de no dejarlas en el cajón, como siempre, y que sirvan de muestra a un extenso trabajo realizado.

sábado, 24 de octubre de 2009

Las verticales del alma (La Poesía como arma de futuro)

Título de la fotografía: La vertical del alma

Frígida quisiera encontrarme,
mis cervicales enhiestas, prestas a ser lanzadas a la feroz lejanía vertical
inmediata al desvío de mi alma.
Presta y rígida como incólume veleta sin vientos.

Más allá, al amén de las nubes anaranjadas en mis pupilas tributarias,
pervive la lozanía, la facilidad, la alegría del suspiro,
las risas encandiladas en el brioso querer de la noche siempre nueva.

Tras sotavento, olvidando la liviana perfidia de una definición,
encuentro, espero, y en esperanza mi alivio hilvano,
la sorpresa risueña de oxígeno líquido que despierta MI tarro de todas las esencias.

No, si al final sevillana soy, maldita entre las yerbas,
y entre las caracolas,
sólo dispuesta a la afrenta de la desidia de la amarga clámide que lame la piel fría de las estatuas.
Porque sevillana sin nombre acepta la luz como existencia,
como billete de ida y vuelta en la averna oscuridad de las migajas extendidas.
Luz, tremenda,
hasta de mis cuentas de luciérnagas, luciérnagas de tus ojos, alma de los míos,
que aun cegados en el rubí de tu primer presente,
lograron entonar el baile de almenas que alimenta nuestra alma.

Ruego a la nada que percibo en trashumancia paradójica,
que alivie, ame, sotavente y fresquee,
disuelva y amilane,
quiebre y abata,
poderosa y dulcemente,
esta rubicundez de ira contenida de volcán en humedales de ámbar, cielo y caldo de cultivo
de futuras humanidades.


Sofía Serra (Asesinos de almas, 2002)
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.