jueves, 12 de noviembre de 2009

Beso para despertar al bello durmiente



Bello durmiente

Sí, de acuerdo./
De acuerdo con la violencia y el orgullo que nos recoge la entrepierna hasta conseguir partirnos por la mitad,/
desmembrarnos como estrellas./

De acuerdo, en tolerancia,/
con la suministración de dádivas oportunas que nos vistan de oros y terciopelos para poder sonreír / sentados a la mesa de la anfitriona infecunda./

También de acuerdo con tu ignorancia, de hombre sin cabeza, /
casi sin piernas,/
sólo dibujado en tu extremidad como retrato de almas mancas. /

Suprema bestia que habita en cuerpo compuesto de negro y vida, aviesa solicitud y lugareña fiesta de ojos nublados./

¿No lo veis?/

¡¿Es que acaso no lo veis?!/

Inútilmente concita al verbo y al grito clamando por la escucha./
Inútilmente le habita la esencia común a estas sombras que paseamos por las quemadas arenas de nuestra propia casa, enjabelgada/
con dorismos y diafragmas, con lentitud y osado beneplácet ante el odio y el sentir ajeno que, por no sustituirlo, aceptamos./
Inútilmente brega, lucha, pierde, llora./

...¿Acaso no nos vemos?/
...¿Acaso no te miras?/

¿Acaso no te inmutas ante tu propio dolor y tu misma impotencia?/

¿Acaso tus llagas no te duelen ni supuran?/

¿Acaso consideras recurrente volver y volver y volver a hablar sobre lo mismo una y mil veces/
y tamizar las hemorragias y los rasguños,/
y sostener con tus manos el cuerpo de la vida, la turgencia del amor y la diafanidad de las palabras?/

¿Acaso puedes mantener sin temblar el gran peso oculto de todo lo que construimos ciegos y novatos sin saber si las hiladas se componen de lesas manos o inmaculados cristales?/

¿Acaso alimentarías tu cuerpo con lo que excretas?.../

Entonces, ¿por qué alimentas tu alma con las expiraciones de lo que no hace falta?/

¿Acaso no vivirías mejor si “¡fuera odio, fuera inquina/
y dame aire y oxígeno puro para estos pulmones que, prietos y constreñidos ya por nuestra propia osamenta, optamos por encerrar al vacío en el saco de todas nuestras miopías!”?./

Pues si es así, ROBA/

¡Roba!/

Roba,/
que somos uno y nada de lo mío adquiere existencia hasta que en tus manos no se deposita./
Roba./
Para poder ser el tuyo y lo nuestro. /
Roba según tu centro que habitas que, como común eje invertido de la tierra, /
a todos nos traspasa hasta hacer regurgitar la mierda que /
desde nuestra propia ignorancia tragamos. /

Roba./
Para que la prenda negra no cubra tu mano con su fría mortaja./



Sofía Serra, 2006

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