Cojera (suroeste)
Como una reivindicación de futuro
pasó por tus manos la joya de la corona,
o el secreto de estado,
y no supieron luces ni vanos
si el membrete del sobre
que llevaba grabado tu nombre
se entregaba a los juegos de la dulce,
la dulce mujer y tierna.
Allí me quise, y verme amada,
cuando sopló el simún desde el estrecho,
las paredes se clavaron en el río sidéreo
y tinto sólo, qué solo, tan solo se quedo
este Hércules no dios ni vivo hombre,
solo una estatua de piedra
en la cochambrosa ruinera que lo vio
nacer. Toreando llegó
Gerión y a los pastos hizo ganado
de Flora. No quiso fabricar Hefesto
no el yunque rojo ni el duro hierro.
Bailando persiguió los pasos
de Afrodita, amando al son
de su entrañada y entrañable cojera.
("El hombre cuadrado")
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