Cada Paisaje
La de veces que uno y otro
nos dijimos adiós
allá por las circunvalaciones.
Cada curva ha rastreado
la siguiente curva desplazando
la carretera hasta darnos
en los rostros la mirada mutua
sobre cada ambos pares, mis pechos y tus manos
bailan trabados al compás
de cada precipicio que se abre.
Cada sintomática pregunta al paisaje
nos devuelve una respuesta minúscula
sobre cada árbol erguido
y cada torre de la luz.
Se detiene el sol
sostenido por el suelo.
Cada acto gravitacional
se nos vuela de las manos.
Son los pájaros —“pájaro, pájaro”,
dijo Bambi,—
repoblando el aire
ante el disparo del paso
de cada coche
sobre el asfalto.
Desde este sueño,
mendicantes oleajes
obtienen su plena confabulación
de líquidos leales a los cuerpos.
Haciendo la cama, sonríe el parto.
Océano alado entrambos.
(De "La dosis y la desmedida")
Bambina
Una pieza de sol
abre la bruma desprendida
de la tierra y su salobre
pertenencia, pues al mar pertenece
el agua toda que rocía tus cantos
y mis laderas, la gimnasia
del horizonte extendiéndose
como elástico afán de suelo.
Y sueño, a lomos de tu presencia,
cabalgándote como animal joven
y fresco que corretea por la llanura
de las exigencias, sin más olfato
que para su sed, su hambre de yerba,
su primicia, la nueva tierra mojada
bajo sus patas y su pelliza,
tal como yo te monto, mi tierra tú.
Aún poseo la cola donde se me posó la mariposa.
(De "En un lugar del mundo")
No hay comentarios:
Publicar un comentario