La Espera-da
Se emborrachan las ubres
Ebrias de contenido
vital
Y de calamitoso
estrépito
Que los otros pechos
proclaman:
Manan leche jerigonza.
Metralla cubierta
De sierpe sabia,
La culebra honda,
La de la cabeza grande
Anida bajo los romeros
en flor,
Entre las piedras y el
polvo,
Pero su piel no cambia,
Su líquido curvilíneo
advierte:
Si me pisas, me defiendo
Como el sol que se
oculta
Con las manos, su
resplandor
Llagará mis palmas
Abiertas
A La Esperada.
Mientras, he construido
Pozos artesianos.
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