Confesión
Hay que quemar todo lo que acabe con nuestro corazón.
En realidad, y tras demasiados años, la sensación que me queda, es que los poetas solo escriben para sí mismos y para otros poetas. Y eso es lo más deprimente y frustrante que puedo sentir.
Odio con toda mi alma el sentido gremial de los que se dedican a las letras. LO ODIO HASTA LA MUERTE.
Voy a ponerme a doblar ropa del "lavao".
Y a regar las macetas.
Y a joder al personal con lo que pueda de mis letras o mi mirada o mi vida o mi sentido del humor o mi tristeza.
Y a hacer fotografías cuyos disparos me llamen.
Y a pensar en ti como si no hubieras muerto.
Voy a emborracharme de mi propia gracia mientras la hallo en lo otro.
Hay que quemar todo lo que acabe con nuestro corazón.
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