Papá estado
Tengo que trabajar,
¿me echan una mano?
Las fuerzas eternas se desgastan
con vuestra mera presencia
donde no deberíais estar,
cada cual con su mentira,
cada cual con su hipócrita miseria,
cada cual con su nula vergüenza
o conciencia de corderos.
mejor de cabritos:
ninguno somos inocentes
—¿qué hago aquí?—...
Pero a todos los que habéis pasado
por delante mía os distingue una medalla,
la de corcho, la de humo, la de aire...
Salvo a esa muchacha
a la que le dolía la costura en su vagina
por su reciente maternidad mientras
que ninguno de vosotros,
¡parados, terquísimos parados!,
os levantasteis para ofrecerle
vuestro asiento re-caliente.
Vuestro el dinero de la prestación,
vuestra la culpa si ella tiene que volver al hospital.
Lo pagaréis con vuestra propia asignación.
Me da igual que digáis que paséis hambre:
no me lo creo. Habéis tenido la oportunidad
de alimentaros y no habéis querido hacerlo.
Habéis querido pasar por el aro
de papá estado a costa del dolor.
Ella no necesitaba un papá.
Ya su hijo lo tenía.
Vosotros sí: al tirano,
al sin nombre.
No debe extrañaros
que os llame bastardos.
Muy aguda, querida... has dado de lleno en el quid de la cuestión.
ResponderEliminarUn besazo
No podría estar más de acuerdo con el concepto... Pero, ¿me compras "mi" medalla de humo? No es que tenga hambre, pero conozco un sitio donde ponen un cocido...
ResponderEliminarAbrazos, siempre
No, no te la compro, Amando. Primero porque no me gustan esos tipos de artículos, prefiero los trapos, y segundo porque no tengo dinero. Sobre el cocido, si me compras tú los avíos, mañana mismo te lo hago yo, y estoy segura de que más rico que el de ese lugar que tú conoces.
EliminarMe gusta esta chica; a destiempo y a desespacio; como siempre pero sin desentono. No entiendo tus escritos cuando son explícitos; ¿ qué quieres decir ?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=4hy3lZbAS90