Abisal
Si creciera, vería
una boca enjaulada.
Quizá por eso mismo
no quiero mirar por encima
del hombro, o no sé,
me resulta ajeno, no tuyo,
desentrañablemente
oblicuo, propio de los dioses
malignos, yo y mi versión
de ti, qué ingenuos páramos
tan llanos. ¡Y tan libres!
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