el columpio
Incluso a la encina
le llega el momento
de callar. Y yo
¿acaso más que ella?
Aun mucho menos,
perduro sedienta
de mi propio silencio.
seis y siete, trece
vive, quizás el año
de aprender aún me queda
la esperanza de tu risa
cuando el viento voltee
la esquina y se lleve
con él la tapia del cementerio
de tu condenada similitud.
como todos los edificios
sordos y ciegos,
como toda la juventud amable,
como cualquier suerte
que se desvencija
cuando la silla...
Ay, el asiento y el dolor,
y el dolor y el consuelo,
la similitud del consuelo:
el balanceo.
y mi balanceo.
y me balanceo.
Sofía Serra (de La clave está en los árboles)
Puedes acabar un poemario pero no tu inspiración.
ResponderEliminarSeguiremos atentamente "el balanceo de tus versos..."
Un abrazo en la noche.
NO caeré en la estupidez de comentar poesía, y menos la tuya. Simplemente, quiero que sepas que me balanceo.
ResponderEliminarAbrazos