La presa
a nadie contar,
a todo cantar,
a nada llegar,
a todos llagar.
si el fútil y furtivo amante
deviene
a tu soliloquio de animal
enjaulado,
no visites las sienes,
auspician
cierta decencia
sólo a solas
compatible.
tú a ti te tienes
y detienes.
frío y gozoso discernimiento
en el aviso del sol naciente.
no moriré hasta que el rubor
amanezca en tus mejillas.
Y entonces no anhelaré libertad.
Sofía Serra (De Suroeste)
Parece como una canción que al final rubrica de una manera magistral los versos: "...no moriré hasta que el rubor amanezca en tus mejillas.
ResponderEliminarY entonces no anhelaré libertad...."
Un abrazo y feliz día Sofía.
Nos han dormido todos los cuentos, sabemos todos los cuentos y no se sabe bien lo que tu lírica cuenta entre ellos.
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