A una dedicatoria
tras leer la garganta
se hace un nudo
entre los trazos y la certeza
de tu posicionamiento
sobre los renglones.
El papel practica ausencias
que me llaman a convidarte
al misterio de la vida, la letra,
o la tuya, confunde al autómata
impasible, yo me asumo y sumo
tu porte de generoso ente plenario
de dádivas que otorgas,
aunque se te pida.
Sofía Serra (de Solenostemon)
Qué cosa tan hermosa es una dedicatoria. Especialmente cuando uno la escribe a alguien querido o la recibe y, se queda con ella para siempre. A mí me parece un acto de amor mutuo. Incluso a los desconocidos, que la solicitan, debe producir una emoción espcial para el autor. Sin embargo, no pido dedicatorias, sino personas; algo así com tú, querida.
ResponderEliminarMe gusta tu poema-reflexión y me gusta "Solenostemon" Muchos besos, Sofía
Muchos besos, Isolda, y muchas gracias por tu acercarte y por tus palabras.
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