Nasciturus
Atravesamos sendos juncos
y sólidas olas
que atesoran la rústica piel
del neandertal y esa zozobra
de la leona con la camada aún caliente
pidiéndole comida
y las espigas en la mano
que se abre.
Y caen, semilla tras semilla,
sobre el suelo dorado
y el cielo casi blanco,
sol, insectos,
agua nada
que llevar a la gruta.
¿A qué hueles, bonita bestia faldera?
Me pondré una minifalda
y adoptaré posición fetal
en el batiscafo
ya resuena la música
de tu barbilampiño hociquito
y tus púas maxilares
ya desgarran la pleura
que me rodea.
¡qué bien se llora
en el aire! ya puedo oler
la humedad de mis lágrimas
y su
¡sal!
sofía serra
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