(Correcciones Nueva Biología)
Anfibio deseo
De un sinvivir me empujo
a un sinvivir me acerco
a la muerte oxidada
en la grupa montada
del futuro sin deseo.
Como alambre, como mimbre,
como estiércol, como pájaro,
como suelta de jaulas
y de mañana.
Denuedo y calambre
desde los pies hasta la nuca
que ya te acaricié,
golden gate de mi averno,
tanto tiempo que llevo
desnudándote de las huellas
y en los otoños te oigo,
tórtola que me atiende
y me recuerda siempre
qué pequeña es la fuente.
No hay amor y tú me vuelas.
Este revoltijo de carne
se obsta a sí mismo,
suspende su paso anudando
herméticos gritos en mis ojos.
Que se van.
No clama el ciervo herido
de un bosque a otro
el monte calcinado,
ya paisaje desmenuzado en pavesas pétalos
y algunas pequeñas flores blancas
prendidas de olor a fuego.
Esta tumba de sol aloja lombrices,
y yo, Gollum, ya te cuento:
No me salvo de mi muerte,
sino de tu vida, pez del frío,
que escribo por no matar,
que estas manos ya lo hicieron,
una a una, en ambas vidas.
Sofía Serra
Lindo. Muy lindo.
ResponderEliminarAbrz.
Abrazos, Sarco.
ResponderEliminarLo que me gusta de este anfibio deseo es su ritmo trepidante que me hace leerlo rápido y acabo exhausto, pero con ganas de releerlo y esta vez aún más veloz.
ResponderEliminarCuidado, Sofía, ese anfibio es más escurridizo que una anguila en un charco de aceite.
Un abrazo viscoso